Es indudable que El Esequibo, incluyendo su mar territorial, es Venezolano y forma parte de nuestro país, desde que existíamos como Capitanía General de Venezuela y luego como República.
El imperialismo inglés, lo ocupó ilegalmente en el siglo XIX, en momentos de debilidad para nuestro país; luego, trataron de consumar el despojo con el Laudo Arbitral de París, el 3 de octubre de 1899, proceso viciado en el que, Venezuela estuvo representada por EEUU y el imperio inglés ejerció todo su poder para obtener un fallo a su favor.
Después de la muerte de Severo Mallet-Prevost en 1949, abogado participante a nombre de Venezuela, en el Laudo de París, salieron a la luz sus irregularidades. En 1962, Venezuela denunció ante la ONU la nulidad del referido documento e insistió en nuestra reclamación histórica. Ésto fue un indudable éxito de la diplomacia venezolana, logrando que, el 17 de febrero de 1966, se firmara el Acuerdo de Ginebra, cuyo aspecto fundamental es reconocer la Nulidad del Laudo Arbitral de París y la búsqueda de una salida negociada, a través del mecanismo de “Comisión Mixta”, que duraría 4 años.
El Acuerdo de Ginebra, firmado por Inglaterra, Guyana y Venezuela, establece que, durante la negociación entre Venezuela y Guyana (independiente del imperio inglés desde mayo de 1966), esta última administraría el territorio, sin efectuar ninguna actividad que modificara la situación jurídica del territorio en disputa. El artículo quinto del Acuerdo de Ginebra, establece que ninguna acción de Guyana sobre El Esequibo compromete las bases de reclamación de soberanía de Venezuela sobre el mismo.
La Comisión Mixta no alcanzó ningún resultado, por lo que las partes firmaron, el 18 de junio de 1970, el “Protocolo de Puerto España”, donde acordaron suspender, por 12 años, el mecanismo contemplado en el Acuerdo de Ginebra y la obligación de acogerse a uno de los medios de solución pacífica previstos en el artículo 33 de las Naciones Unidas, si no hubiere acuerdo.
Las conversaciones diplomáticas continuaron sin avances y la situación permanecía invariable. Sin embargo, la República Cooperativa de Guyana, con el presidente Forbes Burnham, estrechó relaciones con Cuba y ésta expresó su apoyo a Guyana, lo que agregó tensión política al proceso. A partir de allí, los sucesivos gobiernos de Venezuela, aliados de EEUU, consideraron al vecino país, como enemigo y comenzaron a considerar escenarios de guerra.
En 1982, el Congreso Venezolano presionó al gobierno para retomar el Acuerdo de Ginebra. Así, en 1987 se acordó el mecanismo de “Buenos Oficios” del Secretario General de la ONU, que actuaría como mediador para llegar a un acuerdo. Este mecanismo tampoco arrojó avances; se mantenía el Status Quo.
El Esequibo se mantuvo como un tema de tensión estratégica para la Fuerza Armada, aunque, era algo lejano, sólo recordado por aquellas franjas de “Zona en Reclamación”, que se mostraba en los mapas.
El Presidente Chávez puso fin a la narrativa hostil que imperaba hacia Guyana. Su gobierno canceló la hipótesis de guerra y buscó aproximarse por la vía diplomática y de cooperación a través de Petrocaribe. Emergía uno de los elementos fundamentales de la política exterior del gobierno del Presidente Chávez: Venezuela NO es un país agresor y no contempla enfrentamiento militar; y, mucho menos, una invasión, ni al Territorio Esequibo, ni a Guyana.
Así, Petrocaribe, el más exitoso de los programas de cooperación Sur-Sur, logró que los países del Caribe Anglófono, cambiasen su postura de recelo tradicional hacia Venezuela –vista como potencia subregional satélite de EEUU–, abriendo la cooperación hacia nuestra fachada caribeña, convirtiéndose en una extraordinaria presencia que el gobierno de maduro dejó extinguir, perdiendo una poderosa herramienta diplomática para Venezuela.
El petróleo
La inmensa formación petrolera de Venezuela conocida como la “Roca Madre, La Luna”, es la formación geológica generadora de hidrocarburos en Venezuela y el origen de nuestra riqueza petrolífera; ésta se extiende desde la Cuenca del Lago de Maracaibo, al Occidente y se desplaza hacia el Oriente, hasta el norte de Monagas y nuestras cuencas tradicionales, donde se conoce como “Querecual”, y luego se deposita en el reservorio más grande de petróleo del planeta: la Faja Petrolífera del Orinoco. La existencia del “Cratón de Guyana”, al sur del país, actuó como un tapón, que provocó que estas formaciones se desplazaran hacia el Delta del Orinoco y a nuestra Fachada Atlántica, justamente, hacia el Mar territorial de El Esequibo.
El 14 de junio de 1999, el Gobierno de Guyana, presidido por Bharrat Jagdeo, emitió Licencias a favor de Exxon Mobil en aguas de El Esequibo. Una acción absolutamente ilegal, que violaba el Acuerdo de Ginebra y el mecanismo del Buen Oficiante. Desde el Ministerio de Petróleo, emitimos Mapas y los respectivos alertas a la Cancillería, donde se demostraba que las Licencias otorgadas, ocupaban el Mar Territorial en disputa.
El gobierno del Presidente Chávez ACTUÓ INMEDIATAMENTE y emitió NOTAS DE PROTESTA; y, el 29 de septiembre de 2000, la transnacional envió una nota al Ministerio de Petróleo de Guyana y a la Comisión de Geología y Minas, firmada por G.A. Worthington, vicepresidente de ESSO Guyana (filial de Exxon Mobil), informando que se retiraba “temporalmente” del área, reconociendo que “existía una disputa territorial” en la misma.
Evidentemente, la poderosa transnacional petrolera, con una presencia centenaria en el país (antes como la Standard Oil), tenía conocimiento privilegiado de nuestras formaciones de hidrocarburos y su extensión hacia el oriente, por ello, obtuvieron una fuerte presencia y control de vastas reservas de petróleo en la Faja Petrolífera del Orinoco, durante el período de la “Apertura Petrolera” y ahora quieren extender su presencia en lo que constituye nuestra fachada Atlántica.
En efecto, desde el Ministerio de Petróleo, a partir de 2002, iniciamos una campaña en nuestro espacio marítimo en los confines orientales del territorio: emitimos licencias en la Plataforma Deltana, llevamos a cabo un exitoso proceso de unificación de yacimientos con Trinidad y Tobago, y desarrollamos el proyecto Mariscal Sucre en Paria, lo cual reafirmó nuestra presencia en esta zona fronteriza; en el marco de la Plena Soberanía Petrolera, asumimos el control de los proyectos PetroSucre y PetroDelta, todos en nuestras aguas territoriales limítrofes con El Esequibo. La acción más importante, en el ejercicio de nuestra plena soberanía petrolera y territorial, fue la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) en febrero de 2007.
Hoy decimos que el Sol nace por El Esequibo; pero, hasta ese año 2007, no teníamos el control del petróleo ni en nuestro propio territorio, al sur del Río Orinoco, en los 57 mil kilómetros cuadrados de la FPO, la reserva de petróleo más grande del planeta, donde las transnacionales ejercían el control absoluto.
La nacionalización de los Convenios de Asociación de la Faja, llamados eufemísticamente “Asociaciones Estratégicas”, junto a la migración de los Antiguos “Convenios Operativos” a la figura de Empresas Mixtas, fue un proceso exitoso donde 31 empresas nacionales e internacionales, se ajustaron a nuestra Constitución y Ley Orgánica de Hidrocarburos.
Sólo dos norteamericanas –Conoco Phillips y Exxon Mobil– ,se negaron a aceptar nuestras leyes. Tuvieron que irse del país. La batalla contra la Exxon Mobil fue dura, pero al final, logramos hacer valer nuestros derechos soberanos, los derrotamos en los juicios de arbitraje internacional (figura lesiva a nuestra soberanía jurisdiccional, aprobada durante la Apertura Petrolera, pero que debíamos respetar porque había sido aceptado por el antiguo Congreso Nacional de nuestro país) ante la ICC de París y el CIADI en Washington.
Durante el gobierno del Presidente Chávez, hicimos valer nuestra soberanía de manera efectiva y radical, cumpliendo con la Constitución, sin buscar excusas o artilugios: la Constitución NO ES PROGRAMÁTICA, ES DE APLICACIÓN DIRECTA, SU APLICACIÓN NO necesita SER CONSULTADA.
Por eso, las acusaciones en mi contra –ex Ministro de Petróleo y presidente de PDVSA– y en contra de Andrés Izarra –ex Ministro de Comunicaciones y fundador de Telesur–, ambos durante el gobierno del Presidente Chávez, de ser “agentes” de la Exxon Mobil o “traidores a la patria”, es una burda mentira, canallada más del gobierno de maduro y de su fiscal sicario, Tarek William Saab.
Nuestra determinación en defensa de la Soberanía del país, fue demostrada cabalmente. El acto de Nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, el 1ro de mayo de 2007, en el Complejo José Antonio Anzoátegui, junto al Presidente Chávez y más de 50 mil trabajadores de PDVSA, quedará para la historia como un contundente acto de reafirmación de nuestra soberanía.
La historia no se puede borrar con un tuit o las acusaciones de un gobierno desesperado, violador de los DD.HH y negligente en la defensa de la soberanía nacional.
¿Cómo llegó la Exxon Mobil al Esequibo?
Es una pregunta que cualquiera puede y debe hacerse, al escuchar la propaganda del gobierno, la respuesta es fácil: la Exxon Mobil está instaladisima en el Esequibo, produciendo petróleo, porque maduro lo permitió.
No es de la nada, que la Exxonmobil, Hess (ahora Chevron) y CNOOC de China, se instalaran allí en el mar de El Esequibo y produzcan 380 mil barriles día de petróleo en aguas del Esequibo, proyectando que para 2024 producirán 620 mil barriles diarios y en 2027, 1,2 millones de barriles día de petróleo.
En enero de 2013, Guyana trazó una línea arbitraria hasta Trinidad y Tobago y emitió licencias de exploración y producción de petróleo en aguas de El Esequibo, NOSOTROS, desde el Ministerio de Petróleo ALERTAMOS directamente a maduro sobre su ilegalidad. Luego, en ocasión de su primera visita oficial a Guyana, en agosto de 2013, le expliqué a ambos Presidentes (maduro y Ramotar) y a sus respectivos Cancilleres, que las Licencias emitidas por Guyana, ERAN ILEGALES y vulneraban nuestra soberanía.
La acción de Guyana fue demasiado agresiva, las transnacionales estaban midiendo la reacción del nuevo gobierno venezolano. Pero maduro, NO PRESTÓ ATENCIÓN a este grave hecho, sus prioridades eran otras.
Entre 2013 y 2018, la Armada Venezolana retuvo a varios buques de exploración petrolera: el buque “RV Teknik Perdana”, de Anadarko Petroleum, y el “Ramfor” y “Delta Monarch”, contratados por Exxonmobil, todos hacían exploración sísmica en El Esequibo; sin embargo, ante la protesta de Guyana, el gobierno los devolvió, con LA INFORMACIÓN SÍSMICA recabada ilegalmente. Las transnacionales hicieron lo que les dio la gana en las narices del gobierno, que estaba ocupado en otros asuntos.
El silencio y falta de respuesta del gobierno ante estas actuaciones ilegales en El Esequibo, es producto de la negligencia y sus intentos de negociaciones secretas. Lo he denunciado en mis escritos: nicolás maduro instruyó a su entonces canciller, Delcy Rodríguez, y después a Jorge Arreaza, a buscar un acuerdo con la Exxon Mobil y congraciarse con la Administración de Donald Trump, sin éxito.
Ese cálculo político, con asuntos tan delicados como la soberanía nacional, fue la razón del silencio del gobierno ante la acción de las transnacionales, estaban NEGOCIANDO en secreto la soberanía del país, a cambio de mantenerse en el poder.
Hoy día, la Exxon Mobil, la Hess (Chevron) y la CNOOC, producen petróleo en El Esequibo, con el apoyo indiscutible de EEUU. Tenemos al país más poderoso del planeta, secundado por China, extrayendo nuestro petróleo de manera ilegal. NADIE HIZO NADA. Ni maduro, ni su gobierno, ni la Fuerza Armada Bolivariana, una FALTA GRAVE en defensa de la Soberanía. Ésto SÍ ES TRAICIÓN A LA PATRIA.
Lo he escrito y denunciado varias veces, desde hace tiempo: maduro entregó la Soberanía Petrolera para mantenerse en el poder. Ello me ha costado ataques de todo tipo y ser víctima de una enconada persecución política. El gobierno de maduro destruyó PDVSA y ha entregado el petróleo a los privados, a las transnacionales –como Chevron– y ha permitido que la Exxon Mobil, se posicione como dueña de El Esequibo.
Ahora, estamos ante una SITUACIÓN DE HECHO, donde Guyana tiene ventaja, pues vendió su alma al diablo, para quedarse en el Territorio Esequibo.
Esta situación, por muy compleja que sea, por muy poderosos que sean los intereses involucrados, TENEMOS QUE REVERTIRLA –nos va a costar hacerlo– pero lo haremos; eso sí, con un GOBIERNO PATRIOTA, responsable, que sea capaz de defender nuestra soberanía de manera integral.
La situación diplomática
No deja de extrañar y sorprender que, habiendo sido maduro canciller del Presidente Chávez durante 6 años, se hayan cometido tantos errores en el manejo diplomático de este tema.
Desde la Cancillería de maduro, ni siquiera se aprovechó el ambiente favorable logrado con el Acuerdo de Petrocaribe, para establecer los límites con los países del Caribe Oriental; mucho menos, avanzaron con el tema del Diferendo con Guyana. La Dirección de Fronteras de la Cancillería, me consta, no fue escuchada, los expertos salieron o fueron silenciados, perdiéndose una extraordinaria oportunidad de avanzar en la delimitación con el Caribe.
Desde la muerte del último Buen Oficiante del SG de la ONU, Norman Girvan, en abril de 2014, este mecanismo de mediación y facilitación se perdió por negligencia. El SG, Ban Ki-moon, presentaba candidatos que eran descartados por Venezuela, con inverosímiles argumentos “conspirativos”. Como Embajador ante la ONU, lo convencimos de no pasar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) –Órgano de las Naciones Unidas–, y dejar la decisión a su sucesor.
Así, en febrero del 2017, el nuevo secretario general, Antonio Guterres, acordó extender el mecanismo por un año y nombró al noruego Dag Nylander.
Mientras tanto, el presidente David Granger, se desplegaba en ofensiva diplomática en el seno de la Asamblea General de la ONU; maduro desaprovechó este espacio para exponer los argumentos de Venezuela. Guyana se presentaba como víctima de una agresión, logrando el apoyo de los países del Caricom y de la Organización de Estados Americanos OEA, y neutralizando a los países de la región que podrían mostrar su apoyo a Venezuela, como el caso de Cuba.
El 28 de febrero de 2018, el secretario general, cesó su mediación y remitió el caso a la CIJ. Sin embargo, Venezuela no reconoce su jurisdicción y se negó a entregar sus alegatos, en cambio Guyana lo hizo de manera inmediata.
Fue solo en junio de 2022, 4 años después, que la representación de Venezuela, encabezada por Delcy Rodríguez, presentó alegatos enfocados en la jurisdicción de la CIJ, solicitando incorporar a Inglaterra –antigua potencia colonial– como parte de la disputa, desconociendo el carácter independiente de Guyana. El 6 de abril de 2023, la CIJ desestimó, 14 a uno, los alegatos presentados y fijó el 8 de abril de 2024, como fecha límite para recibir la Contramemoria de Venezuela, para luego pronunciarse.
La CIJ decidirá sobre la disputa aunque Venezuela no presente sus alegatos. Entramos en la misma disyuntiva que tuvimos cuando defendimos los intereses de la República ante los tribunales de arbitraje con la Exxon Mobil y la Conoco Phillips.
Nosotros no estábamos de acuerdo con la figura del Arbitraje Internacional (caso Exxon Mobil y Conoco Phillips), pues significa renunciar a nuestra soberanía jurisdiccional. Pero si no defendíamos los intereses del país ante estas instancias internacionales perderíamos TODO, así que, decidimos acudir y defender al país, preparados y con argumentos.
Si Venezuela desconoce la jurisdicción de la CIJ, del cual el país es signatario, Guyana avanzará y seguramente obtendrá un fallo, que legitimaría una ocupación de hecho del territorio. Nuestro país, tiene excelentes argumentos para defender nuestra posición histórica ante la CIJ, lo que parece no tener el gobierno, es un equipo legal capaz de hacerlo, porque recursos le sobran.
El Referéndum, un estruendoso fracaso del gobierno
Por ello, cuando el gobierno convocó al Referéndum, del pasado 3 de diciembre, nos pronunciamos en contra, por varias razones: primero, es un precedente peligroso, el cumplimiento de la Constitución no puede ser sometido a consulta; segundo, no tiene efectos en la disputa territorial; tercero, el gobierno busca transferir al pueblo la responsabilidad en el manejo errático del caso, tanto para negarse a asistir a la CIJ (pregunta 3), como para amenazar a Guyana con una invasión al Territorio Esequibo, y la creación del “Estado Guayana Esequiba” (pregunta 5), una amenaza de ANEXARSE el territorio, dándole una patada a la mesa y provocar una escalada militar.
El gobierno trató de utilizar una materia tan sensible, como es la soberanía sobre El Esequibo, para ganar apoyo electoral; pero el rechazo hacia el gobierno es altísimo. Esta votación se convirtió en un Revocatorio para maduro y mostró, clara y contundentemente, su casi nulo apoyo popular.
El gobierno FRACASÓ en su convocatoria, la población se abstuvo. Pese a las cifras fantasiosas del CNE, las calles y centros de votación ESTABAN VACÍOS.
Como jefe de Movilización de Chávez desde el Referéndum de 2004, sé lo que es movilizar a millones de personas, es un movimiento de masas que no se puede ocultar, ni aunque voten “rapidito”, como tratan de argumentar voceros del madurismo.
Ni siquiera el presidente Chávez pudo sacar los 10 millones de votos que aspiramos en 2006 y 2012.
Ahora agitan los demonios y suenan los tambores de la guerra, una cosa demasiado seria. El pasado 5 de diciembre, nicolás maduro, que no ha cumplido sus atribuciones constitucionales, incurriendo en responsabilidad individual, amenazó con la anexión del Territorio Esequibo, ordenando a la desmantelada Pdvsa y CVG, hacer presencia y organizar el otorgamiento de Licencias en el área en disputa.
Habría que preguntarse ¿con qué?, si uno de los problemas para el ejercicio de la soberanía nacional, es que maduro desmanteló Pdvsa y apenas puede producir algo de petróleo. El último Reporte de la OPEP, registró una producción de 751.000 barriles día, de los cuales Chevron produce y se lleva (sin pagar) 120.000 barriles día; es decir, que nuestra empresa está produciendo sólo 631.000 barriles día de petróleo.
Luego, maduro ordena otorgar licencias de petróleo y gas en El Esequibo, tal como ha hecho Guyana. La pregunta es ¿Quién se va a meter allí?, con un potencial conflicto militar, donde ya están operando las más poderosas empresas internacionales de petróleo. El gobierno de maduro recurre a los mismos mecanismos que Guyana para entregar los recursos naturales; no tiene cómo ejercer la soberanía. La Pdvsa roja rojita, no existe más.
En un arranque de patriotismo, maduro da un plazo de “3 meses” a las transnacionales para que abandonen El Esequibo. Habría que preguntarse, ¿y si no, qué pasa? ¿Alguien puede creer que Exxon Mobil, Chevron y CNOOC van a recoger sus macundales y salir corriendo porque maduro los amenazó? Es difícil, pero si eso ocurre, será sólo como resultado de una escalada militar de consecuencias impredecibles para Venezuela.
Finalmente, se ordena a la Asamblea Nacional crear el estado Guayana Esequiba y se designa una autoridad única, cuyo centro de operaciones se coloca a una distancia de 80 kilómetros de la frontera con el Esequibo, en Tumeremo, población devastada por el impacto del Arco Minero, donde el gobierno, a duras penas, mantiene su presencia territorial y actúan abiertamente grupos irregulares y criminales.
Mientras el gobierno juega a la guerra, Guyana aprovecha para seguir presentando a Venezuela como país agresor y llevará el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por considerarlo una amenaza a la paz regional.
El desarrollo de los hechos preocupan a países de la región, principalmente, a Brasil, donde el presidente Lula Da Silva, sin parcializarse, advirtió que «la humanidad debería tener miedo a la guerra. La guerra sólo tiene lugar cuando falta el sentido común. Vale más una conversación que una guerra«, a la vez que su mandos militares, realizaron la 26° Reunión de Coordinación con las Fuerzas de Defensa de Guyana, el pasado 28 de noviembre; y, según declaraciones del propio ministro de Defensa del Brasil, aumentarán la presencia al norte, dada la tensión existente.
Por su parte, el Comando Sur de Estados Unidos, como era de esperar, salió en apoyo a Guyana y anunció ejercicios militares conjuntos. Mientras, Cuba sigue en un estruendoso silencio.
Finalmente, emerge la deriva autoritaria y represiva del gobierno que, subiendo el tono en la retórica guerrerista y chovinista, aprovecha para encarcelar opositores y dictar órdenes de captura contra dirigentes de la oposición y ex Ministros Chavistas que hemos expresado nuestra opinión crítica a lo que sucede.
El fiscal sicario –señalado como violador de los derechos humanos–, en vez de decirle al país dónde está Tareck el Aissami y los 25.000 millones de dólares que se llevaron, nos acusa de Traidores a la Patria y agentes de la Exxon Mobil. La acusación es absurda y peligrosa, demuestra el talante fascista del gobierno; una postura cínica y contradictoria, porque se visten de colores cool para concitar el apoyo en torno al Esequibo, pero EL QUE PIENSE DISTINTO VA PRESO. Cosa normal del madurismo, que, desesperado, recurre a la violencia y a la represión para evadir su fracaso.
El país sigue a la deriva, con un gobierno incapaz de defender la soberanía nacional, carece de una estrategia nacional. La Patria está siendo desmembrada y entregada. Vivimos momentos de extrema debilidad, lo que nos hace presa fácil de los intereses transnacionales instalados en El Esequibo.
La historia juzgará a los culpables de tanto desacierto; y, el país, como un todo, tendrá que ser capaz de conquistar y dar las batallas necesarias para recuperar nuestra Soberanía integral sobre nuestro Territorio Esequibo, nuestra economía y nuestro petróleo.
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