Para algunos analistas políticos, la situación país los lleva a una primera síntesis “algo se torció malamente en Venezuela y debe corregirse o el país caerá en un callejón sin salida que podría conducirlo a una guerra civil una vez no exista posibilidad alguna de una salida institucional y una vez se haya colapsado irremediablemente la posibilidad de diálogo y conciliación. Otra posibilidad nefasta es que Venezuela se retrotraiga al subdesarrollo más básico o al fracaso del Estado y se convierta en un Estado fallido si el gobierno y la oposición no optan por buscar la racionalidad, la conciliación y la solución institucional a los conflictos”. Es evidente, Maduro y su círculo de colaboradores directos desmantelan progresivamente la democracia venezolana, al tiempo que dilapidan los recursos naturales del país para enriquecerse. Se sigue agudizando la devastadora crisis económica, política y social.
La crisis económica de Venezuela, tal vez la más estrepitosa del mundo, es tanto ilógica como lógica. Es ilógica porque nadie se hubiese imaginado que uno de los países más ricos del mundo, un país petrolero como muy pocos, con las reservas de petróleo más extensas del mundo, iba a terminar en semejante hoyo económico.
La economía de Venezuela acumula años continuos de desplome. Es una crisis inédita que no solo reta a las teorías escritas en libros y enciclopedias, sino que lapida sin pausa las condiciones de vida de 28 millones de ciudadanos e impulsa una ola migratoria jamás vista en la historia reciente de la región, según advierten analistas e investigadores. La crisis económica que viven los venezolanos es compleja hasta humillante cuando toca hacer cola para preservar la existencia humana, la agudeza de la crisis es un indicador que manifiesta de manera fáctica o científica que la revolución fracaso necesita de una urgente revisión o refundación si quiere seguir democráticamente en el escenario político – electoral.
En el contexto electoral, la tendencia histórica refleja cómo se mueve el voto chavista / madurista vs el voto opositor, revelando una oposición cada vez más fortalecida y hasta favorita para alcanzar cualquier triunfo electoral presidencial, regional o municipal, entendiendo elecciones competitivas, con un nuevo CNE, depurado registro electoral nacional, asegurar el voto en el extranjero con supervisión del mundo democrático y aliados de Maduro.
Es relevante enfocar para el análisis de Abril 2013, Nicolás Maduro, uno de los delfines del comandante Chávez, asume la candidatura por muerte del máximo líder de la revolución, logra resultados que se conectan con la tendencia de la decadencia del voto chavista en Venezuela. Luego en el año 2018 Maduro es reelecto presidente bajo un ambiente de fraude electoral.
Tendencia histórica de la decadencia del voto chavista. Presidenciales 1998: Chavismo 3.673.685 // Oposición 2.863.619. Constituyente abril 1999: Chavismo 3.630.666 // Oposición 300.233. Constituyente Diciembre 1999: Chavismo 3.301.475 // Oposición 1.298.105. Presidenciales 2000: Chavismo 3.757.773 // Oposición 2.530.805. Revocatorio 2004: Chavismo 5.800.629 // Oposición 3.989.008. Parlamentarias 2005: Chavismo: 1.871.419 // Oposición no participó. Presidenciales 2006: Chavismo 7.309.080 // Oposición 4.292.466. Reforma 2007: Chavismo 4.404.626 // Oposición 4.521.494. Regionales 2008: Chavismo 5.541.942 // Oposición 4.712.621. Enmienda 2009: Chavismo 6.310.482 // Oposición 5.193.839. Parlamentarias 2010: Chavismo 5.423.324 // Oposición 5.674.343. Elecciones presidenciales 2012: Chavismo 8.191.132 // Oposición 6.591.304. Elecciones regionales 2012: Chavismo 4.853.494 // Oposición 3.883.037. Elecciones presidenciales 2013: Chavismo 7.505.338 // Oposición: 7.270.403. Elecciones Municipales 2013. Chavismo // 5.216.522// Oposición 4.373.910. Elecciones parlamentarias 2015: Chavismo 5.625.248 // Oposición 7.728.025. Presidenciales 2018: Chavismo / Madurismo: 6.245 862 // “Oposición” 2.943.805.
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