En estos días se celebra la Cumbre del Futuro en la oportunidad de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Se inició ayer domingo 22 de septiembre y culmina hoy lunes 23; antes se realizaron las Jornadas de Acción los días viernes 20 y sábado 21. Las expectativas son tibias, no tanto como los problemas a abordar, sino por los enormes intereses que es preciso tocar si se quiere un mundo mejor para todos. El propio secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, lo dijo hace poco: “La humanidad tiene que tomar una decisión difícil y urgente: retroceder o avanzar”.
Los progresos en los compromisos más importantes asumidos por la comunidad internacional, como son los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre el cambio climático y la paz, no dejan lugar para el optimismo. A la Agenda 2030 la han atacado fundamentalmente los grandes responsables de la economía de la codicia y algunos fanáticos de todos los extremos, al igual que las acciones para reducir el calentamiento global. La codicia por el poder y el dinero no deja lugar a la paz.
“El 24 de septiembre sabremos si seguimos adelante como si no pasara nada, arriesgándonos al colapso y a una crisis perpetua, o avanzamos hacia un futuro mejor, más sostenible y pacífico para las personas”. Afirmó Guterres anticipándose a los posibles resultados de la Cumbre.
Al iniciar la reunión el domingo 22 es de esperar que, con la totalidad de los 193 Estados miembros, más el Estado Vaticano que asiste en condición de observador, aprueben el documento final “Un Pacto para el Futuro”, ya acordado luego de dos años de conversaciones; y seguramente el Pacto Digital Mundial y la Declaración sobre las Generaciones Futuras como anexos.
En la enorme complejidad de los actuales problemas mundiales se tocarán los cinco de mayor importancia y urgencia, el primero es el desarrollo sostenible y cómo asegurar su financiamiento, la evaluación del cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible en sus tres grandes asuntos: la cuestión social, la economía y el medio ambiente.
El segundo tema a abordar es el de la paz y la seguridad en el mundo, con todas sus complejidades, en particular la modificación de los mecanismos para resolver los conflictos como el Consejo de Seguridad. El tercero se refiere a la ciencia, la tecnología, la innovación y la cooperación digital, en el que se tratará el delicado asunto de la Inteligencia Artificial, con tanto potencial para resolver problemas como para crearlos.
El cuarto aborda el tema de la juventud y las generaciones futuras, la educación, la generación de puestos de trabajo y su participación en el diseño de su propio bienestar. El quinto tema se refiere a la trasformación de la gobernanza global, esto es, la revitalización de los órganos de Naciones Unidas, el fortalecimiento del pilar de los Derechos Humanos dentro de la organización, la reforma de la arquitectura financiera internacional o la gobernanza del espacio ultraterrestre.
En la cita están los políticos, los empresarios y los expertos que tienen en sus manos la suerte de la humanidad, es de esperar que la sabiduría prive sobre la codicia y la estupidez.
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