El martes 8 de agosto se celebró en la ciudad de Belém (Brasil) la Cumbre Amazónica

Con el mismo espíritu con el cual se revisó la Cumbre entre la Unión Europea y la Celac, se hace obligatorio con mayor razón tratar de comprender lo planteado durante la Cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, que reúne desde hace 45 años a los países que tienen soberanía sobre territorios de la inmensa selva amazónica.

En primer lugar, hay que señalar que tenían 14 años sin reunirse, lo que demuestra claramente que la protección del ambiente, el cambio climático y otros tópicos ambientales, no están en los puestos prioritarios de la agenda política suramericana, a nivel nacional, por parte de las élites políticas, económicas y culturales, a pesar de los ocasionales llamados en foros internacionales a «salvar el planeta» que realizan los presidentes de vez en cuando.

Si no fuera por el empuje del presidente Brasil, Lula da Silva, de posicionar a Brasil como líder del «Sur Global», anteriormente llamado tercer mundo, en materia ambiental y política, junto al mandatario de Colombia, Gustavo Petro, que plantea tesis ambientales muy radicales, incluso para países con movimientos políticos de corte ideológico ya desarrollados, no cabe duda de que esta cumbre no se hubiera realizado.

En este sentido, los temas esenciales son la defensa de los pueblos indígenas, el combate al cambio climático, la explotación «sustentable» de la selva amazónica, el financiamiento de las grandes potencias a los países de esta zona para proyectos ambientales y la salvaguarda de la soberanía nacional. Para ello, hicieron una guía o declaración de 113 puntos, de los cuales solamente referiré unos pocos por razones de espacio y respeto al lector,  ante manifestaciones tan evidentes de incoherencia política entre lo que se dice y lo que se hace, veamos:

Punto 1: Creación de una agenda común para todos los gobiernos vinculados al Amazonas. Es muy difícil imaginar que se coordinen gobiernos que demuestran incapacidad manifiesta para concretar proyectos de infraestructuras, acuerdos educativos de validación de títulos universitarios, tarifas aduaneras para crear un Mercado Común, crear agencias de investigación científicas regionales, entre otros muchos aspectos de la integración política,  en los últimos 200 años desde la independencia, donde siguen prevaleciendo intereses muy subalternos de grupos políticos que no tienen ninguna visión de trabajar junto a otros países, si con ello ven amenazado sus cuotas de poder.

Punto 3: Fomentar reuniones de actores académicos, científicos y de la sociedad civil, de manera que las élites de cada país tengan una visión compartida en materia ambiental, es algo que choca con algunos gobiernos que no se reúnen ni con los grupos políticos y sociales de sus propios países, porque están acostumbrados a que los gobiernos son «dueños de la razón y amos de la verdad», por lo cual los presidentes son emperadores nombrados por vía electoral,  que no respetan a quienes no piensan como ellos, así tengan 49,9% de los votos en contra.

Punto 6: Ampliar los mecanismos de diálogo político y cultural, entre los pueblos indígenas y los gobiernos. Ignora la larga historia de abusos, abandono, inasistencia y desgracia de los pueblos indígenas, debido a la conducta de unos gobiernos que viven señalando la explotación y exterminio de los «países imperiales» contra los pueblos indígenas, durante siglos, pero que olvidan evaluar la conducta de sus gobiernos en los últimos tiempos en esta materia.

Punto 7: Crear un Mecanismo Financiero para que los países desarrollados envíen recursos financieros a los 8 países de la Amazonía, con la condición de que sean no reembolsables, no supervisados por los donantes, ni objeto de sanciones en caso de incumplimiento,  porque los países socios no se pueden sancionar entre sí (Lula Da Silva), no compartidos con la sociedad civil y a plena disposición de dichos gobiernos para gastarlos en lo que se les ocurra, como si no existieran experiencias de los evidentes casos de corrupción con recursos internacionales en nuestra historia.

Punto 8: Crear un observatorio científico regional para monitorear en tiempo real la selva amazónica, lo que me lleva a preguntar, que van a hacer cuando los datos perjudiquen a gobierno en particular, tumbaran la página web, publicarán datos falsos o crearán comisiones de investigación, de duración indefinida. ¿Será que se atreven a monitorear el denominado Proyecto Arco Minero en Venezuela?

Punto 14: Crear el Foro de Ciudades Amazónicas, como un mecanismo novedoso de integración y desarrollo de políticas públicas sostenible en la región,  lo que me hace preguntar ¿si los gobiernos que no llegan a acuerdos ni con su propia oposición política, van a permitir la creación de plataformas políticas binacionales fuera de su control?

Punto 30: Crear autoridades regionales para el manejo responsable de los recursos hídricos, en forma sustentable, lo que se contrapone a la conducta de ineficacia, corrupción administrativa y otros desmanes típicos de nuestros países.

Punto 35: Solicitar a los países desarrollados la movilización anual de 100.000 millones de dólares estadounidenses, para financiar proyectos ambientales y pensar que no va a existir supervisión directamente del dinero, porque se viola la soberanía nacional.

Punto 61: Acuerdos de cooperación en materia de seguridad contra la delincuencia ambiental, lo que implica ver la conducta de los países cuando agricultores irresponsables causen incendios catastróficos o agricultores especializados deforesten grandes espacios para monocultivo industrial, ¿habrá silencio cómplice de los demás países?

Punto 68: Creación de un marco normativo para la planificación urbana en la región amazónica, lo cual es muy loable, pero choca con la realidad de muchos gobiernos populistas, que no practican la planificación en forma responsable dentro de sus propios países, saltándose todas las reglas financieras y de procedimiento, con el objetivo de conseguir réditos electorales.

Punto 70: Promover el fortalecimiento de los sistemas eléctricos de la región amazónica, lo que hace pensar en los gobiernos indolentes que no atienden los servicios eléctricos de las zonas más pobladas de sus países y prometen atender el problema eléctrico en los Estados menos poblados, donde está precisamente ubicada la Amazonía.

Punto 79: Discutir la sostenibilidad de la minería y la explotación de petróleo en la región amazónica, cuando es un hecho que si aparecieran tales recursos, como están apareciendo en la República Cooperativa de Guyana, las prioridades económicas del país y financieras de los gobiernos obnubilan cualquier visión ambiental en aras de riquezas a corto plazo.

Punto 81: eliminar la contaminación del aire, agua y suelos es un objetivo deseable, difícil de concebir en países donde no funciona ni el servicio de aseo urbano y donde el caos de los servicios públicos es el común denominador de las urbes.

Punto 84: Creación de un sistema universal de salud con enfoque intercultural, lo que me hace preguntar si el enfermo, realmente, no está desesperado por tener un acceso a la salud de cualquier tipo, que hoy en día no existe en muchísimas ciudades de Suramérica.

Punto 93: Buscar la combinación armoniosa de la medicina ancestral con la medicina occidental para la asistencia sanitaria a los pueblos indígenas, lo que debe ser explicado por algún experto, ya que no me atrevo a fijar posición.

Punto 95: Crear una Estrategia de Seguridad y Soberanía alimentaria para los pueblos de la región, lo que evidentemente sólo es posible si cada país tiene una política de tal tipo para el resto de la población, fuera de la zona amazónica.

Punto 100: garantizar la participación de los pueblos indígenas en la formulación y ejecución de las políticas públicas, a niveles subnacionales, lo que puede ser muy difícil para gobiernos que no son muy democráticos en sus formas y fondo, a nivel nacional.

Existen muchos puntos de derechos humanos, especialmente educativos y culturales que no señalé, por la burla de los gobiernos de hacer a grupos específicos promesas que no cumplen a las grandes mayorías nacionales.

Por tal razón, esta reunión será otro evento que quedará en deuda con los pueblos que habitan los territorios amazónicos.


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