La mentira se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente. El daño ha sido incalculable y alcanza zonas muy profundas de nuestro ser. Nos movemos en la mentira con naturalidad… De ahí que la lucha contra la mentira oficial y constitucional sea el primer paso de toda tentativa de reforma.
Octavio Paz
La palabra cultura tiene diferentes acepciones. Para algunos es el conjunto de conocimientos adquiridos mediante el estudio los viajes, las lecturas, etc, por una persona. También según la antropología cultural como el conjunto de los elementos materiales y espirituales (lengua, ciencias, técnica, artes, instituciones, costumbres y usos, pautas de comportamiento, etc.) que caracterizan a una sociedad respecto a las otras.
Desde hace muchos años se había colado una cultura de izquierda mezclada con el populismo más barato, e incluso como sucedió con el peronismo de los años cuarenta hasta mezclada con algo de corporativismo y fascismo (el Estado por encima de todo). Sea como fuere, está cultura se ha ido poco a poco desbaratando. El Perú de los militares de izquierda y del Apra ha sido sustituido por una nación, que deja que peleen entre sí los políticos, pero posee un Banco de la Reserva que tiene reservas internacionales por más de 70.000 millones de dólares. También es bueno destacar que en Perú había una enorme economía informal en donde el economista y analista Hernando de Soto llamó la atención, con el libro El otro sendero, y poco a poco ha descendido la economía informal y la pobreza.
Chile después de experimentar un gobierno marxista como el de Salvador Allende, donde estuvo sermoneando el propio Fidel Castro varios meses, el general Augusto Pinochet presidente de una junta militar mantuvo el poder durante 16 años, y dejó a Chile muy bien parado. Demás está decir, que la creación de los fondos privados de pensiones, ha dinamizado el crecimiento económico en Chile. Además, en Chile se produce el primer ataque frontal a la cultura populista y de izquierda con la célebre escuela de Chicago, que se gestó a través de la Pontificia Universidad Católica de ese país, en donde estudiantes egresados de esta universidad fueron a hacer postgrados en la Universidad de Chicago, y profesores de esta universidad norteamericana estuvieron en labores docentes e investigativas en el país andino y austral. Hoy por hoy, Chile tiene la tasa de pobreza más baja de América Latina y a pesar de que el izquierdista Gabriel Boric quiere de nuevo introducir el estatismo, no ha podido.
En América Central, tenemos a Costa Rica, país que no tiene fuerzas armadas y que ha sabido darle estabilidad a su economía posee el salario mínimo en dólares más elevado de América Latina. Y en El Salvador país que emplea el dólar como moneda tiene tasas mínimas de inflación, y su presidente Bukele ha sabido torcerle el brazo a la delincuencia. Panamá otra nación que emplea el dólar como moneda ha estado creciendo durante mucho tiempo, y su sistema bancario es pulcro y sin grandes problemas.
Así mismo, a partir de los años cincuenta se había impuesto la tesis de Raúl Prebisch apoyada por la Cepal (Comisión Económica para América Latina) en el sentido de que había que sustituir las importaciones porque los precios de los productos manufacturados crecían permanentemente, mientras que los de las materias primas bajaban. Ahora bien, el valor del comercio internacional creció entre 1948 y 1973 a una tasa interanual de 9,7%. Mientras que la participación de los países de América Latina pasó de 12,1% en 1948 a 4,4% en 1975. Esto fue una señal definitiva de que el modelo de crecimiento hacia adentro había fracasado.
En estos días el nuevo presidente de Argentina el economista Javier Milei y ultraliberal está luchando una batalla no contra molinos de viento, como un moderno Quijote, sino contra los restos marchitos del kirchnerismo y la política populista. Ya ha anunciado la aparición de un libro titulado Capitalismo, socialismo, y economía neoclásica, nada menos que por la Editorial Planeta. Nuestro primer presidente hartamente liberal ha prometido volver a Argentina lo que fue hace un siglo, un país desarrollado. Para ello, no ha descansado ni un instante. Ha logrado detener la hiperinflación que el anterior ministro de “Economía” le había dejado preparada en el Banco Central como una bomba de relojería para que le estallara en la cara la peste de la hiperinflación. Y ya ha alcanzado una fama internacional, y se ha lanzado de frente contra gente mediocre como los que operan las dictaduras venezolanas, nicaragüense y una de las más vetustas en el planeta la cubana.
Quizá el último fortín de la cultura populista-marxista, sea nuestra patria venezolana, donde a pesar de los buenos gobiernos de Eleazar López Contreras, Medina Angarita, Pérez Jiménez, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, y el primero de Rafael Caldera, sigan muchos creyendo que la renta petrolera se pueda rescatar, volviendo a aislar del comercio internacional al país. Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato quiso hacer ciertos cambios para enrumbar la economía venezolana hacia la modernidad y el estamento empresarial más el político le cerraron el camino. Por si fuera poco, hubo un intento de golpe y los golpistas fueron premiados al permitirles participar electoralmente, y ahora nos encontramos con una férrea dictadura y niveles de hambre y miseria jamás vistos.
Bibliografía
BÜCHI BUC, Hernan: La transformación económica de Chile del estatismo a la libertad, Editorial Norma S.A., 1993.
BULMER-TOMAS, Victor: The Economic History of America Latina, Cambridge, Cambridge, University Press.
RANGEL, Carlos: Del buen salvaje al buen revolucionario, Caracas, Monte Ávila editores,1982.