OPINIÓN

La construcción del «héroe inmigrante» como forma de pertenencia

por Denise Cogo y Rodrigo Borges Delfim / Latinoamérica21 Denise Cogo y Rodrigo Borges Delfim / Latinoamérica21

El acto heroico del joven maliense Mamadou Gassam lo llevó a ser reconocido por el presidente de Francia y a obtener un puesto de trabajo

En junio de 2022, el derrumbe de un edificio en la localidad de L’Hospitalet de Llobregat, en la provincia de Barcelona, dejó un muerto, siete heridos y otros dos sepultados.  Dos jóvenes inmigrantes de origen marroquí, que vivían en un edificio contiguo, ayudaron a salvar a las dos personas.  Los medios de comunicación españoles empezaron a referirse a uno de los inmigrantes, Abdeslam Amamir, como el héroe inmigrante.

En mayo de 2018, el inmigrante maliense Mamadou Gassam, de 22 años, escaló un edificio en París para salvar a un niño que colgaba del cuarto piso.  El acto espontáneo de «Hombre Araña», como llegó a ser llamado por los medios de comunicación, movilizó a la opinión pública francesa. Tras el episodio, Mamadou, un inmigrante que no estaba regularizado en el país, recibió la nacionalidad francesa en septiembre de 2018 de manos del presidente Emmanuel Macron, además de conseguir un puesto de trabajo en el Cuerpo de Bomberos francés.

El 23 de noviembre de 2023, el brasileño Caio Benício, de 43 años, antiguo dueño de un bar de la ciudad de Niterói que trabaja como repartidor de aplicaciones en Dublín (Irlanda), utilizó su propio casco contra un hombre que estaba cometiendo un ataque con cuchillo en un colegio de la capital irlandesa, salvando a un niño de cinco años y a una profesora.

La tragedia dejó cinco heridos, entre ellos tres niños. El episodio impulsó una iniciativa de recaudación de fondos en línea por parte de los irlandeses, que reunieron el equivalente a 2 millones de reales, para entregarlos al inmigrante brasileño. Caio Benício también fue recibido por el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, y honrado con una medalla por su acto de valentía. En una entrevista con los medios, Caio Benício dijo que no se consideraba un héroe y que donaría el dinero de la recaudación online para pagar el tratamiento de la niña que salvó.

En 2015, la campaña #MigrantHeroes, lanzada por la Organización Internacional para las Migraciones, invitó a personas de todo el mundo a identificar y contar las historias de individuos que han arriesgado sus vidas para probar suerte en otro país, con el fin de destacar las contribuciones que los inmigrantes hacen a la sociedad. La campaña, que pretendía hacer frente al aumento de la xenofobia y las imágenes negativas de la inmigración, también reforzó el mito del inmigrante héroe que se ha hecho recurrente en la cobertura mediática de destacados actos de valor protagonizados por extranjeros en distintos países.

Héroes diferentes

En Brasil, el mito del héroe inmigrante se centra en las migraciones europeas del pasado, especialmente las de italianos y alemanes en el sur de Brasil a finales del siglo XIX y principios del XX. Estos inmigrantes son recordados como los «desfavorecidos que, con el sudor de su trabajo, hicieron fortuna en Brasil», según la historiadora Carla Menegat, borrando los procesos de cooperación y las experiencias previas de estos inmigrantes, que a menudo llegaron a Brasil con redes de apoyo y repitieron las prácticas de sus países de origen.

El mito, según la historiadora, también sugiere que algunas personas son más merecedoras del éxito que otras, como sería el caso, por ejemplo, de los negros que fueron esclavizados o de los grupos de inmigrantes no europeos que se establecieron en Brasil.

Visibilidad y pertenencia

Investigadores y activistas problematizan el mito del héroe inmigrante. Algunos ven una visibilidad positiva en la divulgación de actos de valor o superación, que acabarían con estigmas y estereotipos ligados a la inmigración. Esta visibilidad también contribuiría a sacar al inmigrante de la posición de vulnerabilidad o víctima que suele ocupar en el imaginario social. Pero esta visibilidad tiene otra cara, que es la individualización de lo social, necesaria para el funcionamiento y reproducción del sistema capitalista.

La movilización de afectos y emociones impulsada por el capitalismo neoliberal y el régimen de visibilidad impuesto por las plataformas digitales profundizan estos procesos de subjetivación basados cada vez más en la «autogestión» (de la salud, del trabajo, del ocio, etc.). Como consecuencia, los inmigrantes también se ven obligados a hacer públicas sus experiencias para negociar sentidos de pertenencia en la sociedad de destino.

Según Sofia Zanforlin y Julia Lyra, estas negociaciones se basan en la performance, «en la que la historia personal puede configurarse como una forma de movilizar afectos, ganar atención en las redes sociales y configurar la propia pertenencia al país, a través del buen trabajador, el emprendedor, el que no supone un peso para el Estado».

«Sus palabras me hicieron sentir que pertenezco a esta sociedad, y ya no me siento invisible», escribió el brasileño Caio Benício en una carta abierta de agradecimiento a la sociedad irlandesa. Una invisibilidad que se vio interrumpida por el reconocimiento público que el acto heroico obtuvo en los medios de comunicación. Según los medios, el acto del inmigrante heroico también contribuyó a debilitar una serie de manifestaciones xenófobas que tuvieron lugar en las calles de Dublín tras el episodio contra la presencia de extranjeros en Irlanda.

El deterioro del colectivo como lugar de movilización por los derechos de los inmigrantes y del Estado como actor en la formulación y gestión de las políticas migratorias ha contribuido a reforzar la figura del inmigrante héroe como individuo capaz de enfrentarse a la adversidad y superar las dificultades estructurales impuestas por el capitalismo. Cabe preguntarse qué repercusiones ha tenido la consolidación de las narrativas sobre el héroe inmigrante en la dimensión colectiva de las luchas migratorias, que se han materializado en experiencias de solidaridad, en la producción de brechas, así como en esfuerzos por cambios más amplios en la ciudadanía y en los derechos de los inmigrantes.


Denise Cogo es profesora de la Escuela Superior de Publicidad y Marketing, ESPM (São Paulo, Brasil). Coordinadora del grupo de investigación Deslocar – Interculturalidad, Ciudadanía, Comunicación y Consumo. Investigadora de Productividad 1C del CNPq e Investigadora Asociado del InCom-UAB.

Rodrigo Borges Delfim es periodista licenciado por la PUC-SP y máster en Comunicación por la Universidad Metodista de São Paulo. Es miembro del grupo de investigación HumanizaCom y fundador y editor de MigraMundo, un sitio web de periodismo independiente sobre migración.