Se ha destapado una pirotecnia de opiniones en las redes sociales con relación a la recién finalizada reunión del 6 de noviembre del Consejo de Administración de la OIT, en el contexto de la Comisión de Encuesta que este organismo tripartito mundial ha designado para tratar las múltiples violaciones cometidas por el régimen madurista contra los trabajadores venezolanos y empresarios privados durante su gestión.
Llama la atención la polémica suscitada por voceros del sindicalismo venezolano contra representantes empresariales y sindicales que han participado en esa reunión. Sobre el tema no se debe andar con ligerezas o prejuicios, ya que si ha habido un organismo internacional que ha sido consecuente desde que el chavismo llegó al poder en 1999 ha sido precisamente la OIT.
Durante el siglo XXI Venezuela ha sido el centro de atención de este organismo tripartito global, más que ningún otro, nuestro país ha sido visitado por misiones de todo género, de consulta, contacto directo, técnicas, de alto nivel y la de mayor renombre, la Comisión de Encuesta que ha puesto en evidencia al régimen autocalificado obrero como el más violador de convenios laborales en todo el planeta.
En el contexto del Consejo de Administración de la OIT participó un reconocido sindicalista venezolano, Jesús Urbieta, hoy fallecido, quien logró impulsar en 2005 las recomendaciones de protección a los trabajadores petroleros despedidos, proponiendo su reenganche y reconocimiento de salarios caídos. Ah, es cierto que el régimen chavista no las ha implementado por ser precisamente una dictadura, condición que determina que, al reestablecerse el Estado de Serecho, se deba cumplir con estos abnegados trabajadores discriminados y diseminados por el mundo.
Es importante destacar que la carga de la prueba y la iniciativa de solicitud de la Comisión de Encuesta la impulsó Fedecámaras, a la que luego se sumaron las diferentes centrales sindicales venezolanas, CTV, Codesa, UNT, ASI, CGT, al procurarse en su contenido el cumplimiento del diálogo social, expreso en los siguientes convenios, 26 de salarios mínimos, 87 libertad de asociación, 144 diálogo social. Iniciativa que permitió la defensa de sindicalistas presos como Rodney Álvarez y Rubén González, entre otros.
Por tanto, hoy lo planteado en el escenario de la Comisión de Encuesta todavía constituye el punto de encuentro del maltrecho sindicalismo venezolano, fragmentado y disperso, cuyo significado y desarrollo debiera ser el punto de partida para su reconstrucción.
Ello no desmerita algunas observaciones a las decisiones aprobadas el pasado 6 de noviembre, como es el caso de las señaladas a continuación, cuyo contenido a mi criterio establece que la vigilancia de la OIT sobre la situación laboral en nuestro país está garantizada al señalar expresamente el texto:
(f) decide inscribir en el orden del día de su 344.ª reunión (marzo de 2022) un punto titulado “Evaluación de los progresos realizados por el gobierno para asegurar el cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión de Encuesta y en función de ello, examen de todas las posibles medidas, incluidas las previstas en la Constitución de la OIT, para alcanzar ese objetivo”.
Posteriormente se debe aclarar detalladamente las implicaciones de esta otra decisión controversial:
“(b) reconoce las recientes medidas adoptadas por el gobierno para iniciar un diálogo con los interlocutores sociales”.
Habría que plantearle a los voceros sindicales y empresariales participantes en esa reunión, cuáles han sido esas medidas adoptadas por el gobierno de Maduro, que no sea desconocer los sindicatos, los contratos colectivos, perseguir a los dirigentes sindicales, condenar al trabajador a salarios mínimos de hambre y en definitiva al trabajo esclavo.
En definitiva, el contexto internacional viene haciendo un seguimiento tenaz a las tropelías y barbaridades de la dictadura madurista, por la CPI que ha manifestado ha lugar la investigación por delitos de lesa humanidad, las extradiciones de conspicuos colaboradores del régimen a cárceles de Estados Unidos, y la continuidad de la Comisión de Encuesta de la OIT son escenarios que deben mantenerse sin medias tintas que le den respiro al régimen criminal, que ha saqueado nuestro país y nos ha arrebatado nuestras conquistas democráticas.
Finalmente, lo recomendable a las opiniones controversiales es resaltar que no se le puede tirar piedras al árbol que ha protegido y ha vigilado al mundo del trabajo ante esta tiranía que ha degradado al trabajo digno, los salarios y la iniciativa privada.