Apóyanos

La charlatanería como oficio

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

La pandemia, la que conocemos como el coronavirus en su expresión universal, a mi modo de ver no es producto de la importación, como pretenden funcionarios del más alto gobierno hacerle creer al  conglomerado nacional en declaraciones con exhibiciones continúas de sus “físicos” en las que se  atribuyen la condición de tal. Entre ellos desempeña un papel más destacado Nicolás Maduro, tenido como ilegítimo mandatario, remplazado constitucionalmente por el diputado de la República Juan Guaidó, actual presidente de la AN. Por lo que resulta no ser Maduro el idóneo para opinar sobre tal menester, dada su condición de  sustituido entredicho.

El tener la infección como  venida de Colombia, entre otras naciones, dadas a la exportación de virus, como en forma reiterada  nos hace ver el mandatario imputado usurpador por la AN, constituye  una triquiñuela  inveterada para eludir la falta  de cuido hospitalaria, que sin solución de continuidad  afrontamos los venezolanos. Situación objeto de denuncias, de  reclamos  y manifestaciones  frecuentes, llevados a cabo  por una ciudadanía  en estado de “mengua”, resignada a conseguir la paz en los cementerios, dada la imposibilidad de continuar con vida en el planeta Tierra.

Darle entonces cabida a la importación predicada nos pondría en condiciones de considerar como cierta una maniobra habitual, que no tiene otra consideración que añadirla a la postura habitual de “charlatanería” con  atisbo  de narcisismo a la que pretende acostumbrarnos un régimen carente de respaldo, que con  disposición  autoritaria  ha tratado, en forma maniquea, de  impedir la celebración una elección libre que permita el ascenso al poder de un ciudadano  que  sepa dar por entendido  que el acatar la Constitución radica en el imperio del Estado de Derecho. Como es deseo de muchas potencias y organismos internacionales  que solo reconocen como presidente provisional de Venezuela al diputado Juan Guaidó.

Darle carácter de importada a  una peste tan dañina como lo fue la gripe española por 1918; y como a otras que se han venido sucediendo, con  inversión de gastos cuantiosos de dineros del patrimonio nacional para afirmar su creencia, no es serio. Peca por irresponsable. Hay quienes vistas las consecuencias traídas por la pandemia le atañen responsabilidad de extensión  a China, nación que recibe halagos continuos por parte de un  régimen cuyo cambio se pide a diario, lo cual no comparto por cuanto es una estrategia de mercado; pero sin negar la habida falta de información de esta nación asiática  sobre el particular referido, dado que el virus es  oriundo  de China.

Sin excepción, en los años transcurridos desde el inicio en 1993 de la fracasada revolución militar, llamada bolivariana, con falso uso utilitario del  “mito” Bolívar, los venezolanos  hemos  venido padeciendo de una  “Mavita”,  que habiendo sido una nación próspera, con una industria petrolera nacionalizada, con garantía de estabilidad de precios, que fuimos capaces de plantearle a las naciones industriales, entre ellas Estados Unidos, la importancia de exploración y producción del petróleo.

Hicimos negocios para hacer con sus residuales una fuente de ingreso de primer orden. Que logramos incorporar a las  discusiones de la OPEP sin discriminación a los países  no productores. Que nacionalizamos muchas de nuestras industrias básicas. Que pusimos en marcha la sustitución de importaciones. Que hicimos de la agricultura un hito de adquisición exportable. Que aumentamos la refinación de la gasolina. Que masificamos la educación estadal sin exclusión de la impartida por particulares. Que los estudiantes de educación primaria  contaban  con merienda diaria incluyendo el vaso de leche  Que la gasolina estuvo sin escasez al servicio de pequeños y grandes productores. Que  unió  al país mediantes carreteras de la mejor calidad. Que las maternidades cubrieron  los partos  de todas las  clases  prestándole  la mejor calidad de servicio; y por qué  no decirle sin temor a equivocación, casi todos los hijos de inmigrantes, hoy dueños de las actividades comerciales, nacieron en  ellas.

Pero todas estas conquistas han sido desaparecidas, de ellas conservamos  el pasado. Es decir, el residuo. Sin otro culpable, que no sea  esta mavita de larga duración sin condiciones para  extinguirla, se le  agrega otra también de  grandes perjuicios, la cual hemos comentado con el nombre de coronavirus, que a nuestro modo de ver, su presencia en el país, ha sido manipulada por el gobierno cuestionado, quien mantiene anuncio de presentación diaria, con supuestas pocas bajas, pero con prisión para el profesional que se atreva  a opinar sobre su implementación  y dar resultados  incluyendo periodistas, como también sometiendo a prisión a asesores del presidente provisional.

Todos los días en cadena nos hastían con resultados imprecisos que nos llevan a su no confianza; pero eso sí, con ataque hasta bélico, donde le dan como perverso a los que se han sumado al gobierno provisional que nombrare la AN. Se asumen en sus amenazas la representación de un pueblo que desasistido de servicios sanitarios, con aumentos de  responsabilidad de cuido de muchos  de los de los ascendiente  descendiente de más de 5 millones de migrados tuvieron que abandonar al país en busca de trabajo, sin posibilidad para sobrevivir con imposición diaria de mantenerse en sus casas con empleo de jabón (agua que no llega  a los hogares), productos precarios; y con desconocimiento que por falta de empleo se muere la gente, se le impide el trabajo a los adultos de 60 años en adelante, sin transporte de Metro, se les tiene como agentes mejor servido para el contagio infeccioso en forma exponencial. Todos nos preguntamos  qué hace el Sonde  y el gran número de policías  y motorizados  en beneficio del necesitado: Pues bien, no le permiten  transitar  por  calles. Impiden la entrada al Metro; pero   ordenan  “encierros”, sin contemplación de  necesidades. Se crea un  de miedo  impuesto por  una autoridad  arbitraria que goza del elogio diario de los que usan los medios de comunicación a manera  de gestión  publicitaria.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional