OPINIÓN

¿La brigada 256 es un irrespeto a los electores y a Darío Vivas?

por Daniel Arias Alfonzo Daniel Arias Alfonzo

Foto: Archivo

La presentación por parte del Poder Ejecutivo de la creación de la brigada 256 para la generación de políticas públicas merece varios comentarios importantes sobre la naturaleza de las relaciones políticas y el funcionamiento de las estructuras con las cuales piensa comenzar el 5 de enero de 2021 la gestión parlamentaria de los funcionarios electos en los controvertidos comicios del 6 de diciembre de 2020.

En primer lugar, es menester ubicar los comentarios precisos de la creación de dicha idea:

1. “Unamos un solo esfuerzo para atender y solucionar los problemas que ustedes han encontrado en todos los barrios y en todo el pueblo de Venezuela, hacer un mapa de necesidades, de problemas y de soluciones, establecer líneas de acción, objetivos y colocarnos metas y en ese mapa identificar los problemas principales para el 5 de enero entrarle con todo y en 200 días poder elevar la capacidad de respuesta y solucionar los problemas que hoy tiene el pueblo, le he llamado a eso la idea 256, la brigada 256”.

Será posible siquiera imaginar que el PSUV con más de 250 legisladores regionales, 19 gobernadores, 305 alcaldes y unos 2.500 concejales, no se tenga aún un diagnóstico preciso de las necesidades las más de 47.000 comunidades organizadas, en las más de 1.000 parroquias, 335 municipios y 24 entidades federales después de tantos años de gobierno, que los diputados AN tienen que organizar dicho diagnóstico con sus soluciones, costos y plazos de realización… entonces uno se pregunta por qué no mejor eliminar el Sistema Nacional de Planificación integrado por el Consejo Federal de Gobierno; los consejos de planificación y coordinación de políticas públicas de cada Estado; los consejos locales de planificación pública de cada municipio; los consejos de planificación comunal y los consejos comunales, que deberían tener un ciclo comunal de planificación y un plan comunitario de desarrollo integral, en su área de responsabilidad.

Es inadmisible que se justifique tanta negligencia institucional, como si la Constitución de 1999 hubiese entrado en vigencia la semana pasada y no tuviese 20 años en los cuales, debió crear una institucionalidad administrativa que desarrollará la democracia participativa y protagónica.

2. “Unamos un solo esfuerzo para atender y solucionar los problemas que ustedes han encontrado en su recorrido por todos los pueblos de Venezuela (…) Nosotros tenemos la experiencia y sabemos solucionar los problemas, se debe acabar la cultura del burocratismo».

Si el Poder Ejecutivo tiene la experiencia y conocimientos para resolver los problemas cotidianos, no puede alegar que no lo ha hecho porque los diputados electos en 2015 no les decían qué pasaba en Venezuela (¿?), siendo este planteamiento una afirmación que deja muy mal parados a alcaldes y gobernadores, que saben perfectamente que muchos problemas de infraestructura y servicios públicos no se pueden resolver por falta de financiamiento y no precisamente por problemas burocráticos en los enes nacionales, más aún, parece que la respuesta de no contestar y “hacerse el loco” es una política de Estado para no asumir responsabilidades concretas de problemas que no puede resolver por las razones que sean.

3. “Me pongo al servicio de ustedes para ser interpelado y darle soluciones al pueblo, ustedes tienen ese poder, eso fue lo que nunca entendió la oposición, tenían una Constitución y unas leyes».

En este comentario, se profundiza el sinsentido del comentario anterior, como si el Poder Ejecutivo fuera la lámpara de Aladino que resuelve todos los problemas y simplemente ocurre que no se entera de lo que pasa y entonces no resuelve porque simplemente nadie le informa, como si los decretos de emergencia económica, las leyes constitucionales de la Asamblea Nacional Constituyente y otros instrumentos legales no hubiesen sido suficientes para gobernar Venezuela, sin la Asamblea Nacional. Se observa el mismo discurso del “bloqueo a Cuba” que justifica todo y que en este caso pasa de las sanciones estadounidenses al enfrentamiento con la AN como la causa de todos los problemas en Venezuela.

4. «Nadie se crea inmune al virus de la burocracia, de la flojera, de la irresponsabilidad parlamentaria”.

Este comentario es una falta absoluta de respeto a los parlamentarios del PSUV que andan por toda Venezuela, haciendo jurar un compromiso inquebrantable de  morir y sacrificar todos sus bienes materiales por la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI. Pareciera que entonces que no existiera un criterio político para la selección de candidatos ni formación ideológica, ni compromiso personal para calificar así, antes de comenzar a unos militantes del PSUV, que saben muy bien a esta altura del juego, que pueden sufrir una gran cantidad de sanciones personales y familiares a través de las sanciones estadounidense a escala global y que deben estar claros de lo que quieren hacer…

Otras observaciones

  1. Es interesante la naturaleza “sectaria” que se desprende de dicho planteamiento, ya que en ningún momento se le ocurrió al proponente la posibilidad de ampliar la misma brigada con los  opositores que no están en el PSUV, que quisieran colaborar, tal como expresara Timoteo Zambrano al día siguiente, demostrando con ello que desean tener parlamentarios de primera clase y parlamentarios de quinta clase, que no dispondrán de los recursos institucionales ni financieros de dicha institución, sino que serán una especie de “jarrones chinos” para adornar el foro político en los medios de comunicación.
  2. Es interesante que a pesar de colocar el nombre de Darío Vivas al comando de campaña electoral, nadie se acordó en dicha reunión de trabajo de la propuesta institucional y organizativa presentada por el mismo Darío Vivas a la entonces presidenta de la AN, diputada Cilia Flores, para crear 87 centros de trabajo parlamentarios, o sea 1 en cada circunscripción electoral nacional, que disponía en dicho plan hasta una radio comunitaria, como plataforma comunicacional con sus electores, así como oficinas equipadas convenientemente y con el personal necesario para la tarea específica de: atender al pueblo… de tal manera que los diputados no huyeran de sus electores con la excusa de que se la pasan en Caracas, por lo cual uno se pregunta si es que se les perdió la carpeta con dicha propuesta, o no le paraban a lo que decía el susodicho o simplemente no quieren atender al pueblo.

En conclusión, la política de los 200 días para resolver los problemas de los venezolanos y la brigada 256 parecen un intento propagandístico para entretener a la opinión pública el próximo año 2021.