“El alma venezolana es esencialmente apasionada por la filosofía”. Dr. José Gregorio Hernández. Elementos de Filosofía.
“Esta es la lección positiva y esperanzada de quienes confían en la perdurable, aunque tardía, fecundidad del bien”. Dr. Mario Briceño Iragorry. La Hora Undécima.
Cuando se habla de la lucha que se libra en Venezuela es de orden espiritual es porque aborda la necesidad del rescate de la fecundidad del bien que guarda el alma nacional. El venezolano en general es bueno, honesto, sencillo, tratable, llano y solidario. También es trabajador y aún en medio de las dificultades sabe salir adelante con dignidad.
A veces ocupan espacio las excepciones, asunto que ha tratado con especial tino Don Mario Briceño Iragorry, siempre cuidadoso de poner al lado los arquetipos que representan el bien. La traición de los mejores es el título de un ensayo suyo escrito en 1952 con el que buscaba llamar la atención sobre el mal ejemplo que daban algunos líderes. Pero siempre apreció el talante bondadoso del pueblo.
Parecida opinión guardaba el Dr. José Gregorio Hernández y lo dejó escrito en su libro Elementos de Filosofía cuando afirmó que: “El alma venezolana es esencialmente apasionada por la filosofía”, pero no la académica sino la que se aprende lentamente, en el enfrentamiento cotidiano a la gran tarea de tratar de vivir con decoro. “La filosofía elaborada de esta manera viene a ser el más apreciado de todos los bienes que el hombre alcanza a poseer; se establece tal identidad, una adhesión tan firme entre ella y la inteligencia que la ha formado, que llega a parecer imposible toda separación, y solamente alguno de los cataclismos intelectuales o morales que a las veces acontecen en la vida es capaz de efectuarla”.
Y vaya si en nuestro país han acontecido cataclismos morales. Venezuela hoy «es ejemplo de gran corrupción», afirmó el 30 de enero de 2024 Transparencia Internacional (TI) en su informe anual de 2023. “Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) en el sector público, con una escala de cero (muy corrupto) a 100 (muy baja corrupción), Venezuela obtuvo 13 puntos. Solo Somalia supera al país caribeño a escala global”.
La lucha es para que esas bases virtuosas venzan el mal, representado fundamentalmente por la corrupción que es uno de los principales responsables de la pobreza y el crecimiento de la desigualdad. 52% de los hogares vive en condición de extrema pobreza, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), publicada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Las desigualdades de ingresos son notorias y la diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de casi 35 veces. Miseria para la mayoría y opulencia para las cúpulas articuladas al Estado.
Por ello la confianza en las entidades públicas está en el piso. Según un estudio sobre capital social en diversos lugares del país realizado por el Centro de Desarrollo Humano Sustentable de la Universidad Valle del Momboy en junio de 2024, la confianza en los funcionarios y en las entidades públicas es menor de 2 puntos en una escala de 10. Ni los jueces, ni los militares, ni los policías de salvan de esta crisis de confianza. La gente en general confía en la familia, en los amigos y vecinos, donde también se refugian los lazos de solidaridad.
La lucha es espiritual y los enemigos son la corrupción, la mentira, el engaño, el atropello, la humillación e incluso las palabras soeces y el comportamiento grotesco y vulgar, sobre todo desde donde deberían darse lecciones de decencia.
Los aliados para esta lucha espiritual es la sencillez, lo natural, la solidaridad cotidiana, el buen comportamiento, la virtud y todas las sanas costumbres que valoramos la enorme mayoría de los venezolanos, que vemos con alegría cómo una mujer recorre el país y suma enormes multitudes sin decir una mala palabra, sin un insulto, sin ofensas y proponiendo con firmeza y claridad el triunfo del bien sobre la maldad.
Las armas para esta lucha son las palabras poderosas, las conversaciones, la escucha, las propuestas, la acción solidaria, la alegría, la participación, la movilización activa y la organización en cada sitio, en cada lugar, para lograr que la bondad se expanda y gane espacios.
La epopeya de las primarias del 22 de octubre del año pasado demostró ese talante del pueblo venezolano, y a lo largo y ancho de nuestra entrañable geografía se desbordó el ansia de encontrar la paz y el sosiego que permita que todo ese talante bondadoso del pueblo venezolano se despliegue plenamente. Que el encuentro de las familias y la sociedad con el Estado se pueda dar en condiciones de respeto y de compromiso con el bien común, como supremo fin de las instituciones. El 28 de julio es la ratificación categórica de ese talante bondadoso.
“La dimensión del rango histórico que representa ser venezolano, –rango oculto y dormido al cual sabe hacer honor el pueblo– fue el motivo central” de la vida y la obra de Mario Briceño-Iragorry. “Esta es la lección positiva y esperanzada de quienes confían en la perdurable, aunque tardía, fecundidad del bien”.
Llegó el tiempo para que la bondad emerja.