OPINIÓN

La Batalla de Normandía: el 80 aniversario del Día D (III)

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

La lucha de los Aliados después de los desembarcos del Día D (6 de junio de 1944) no era lo que esperaban; es decir, un rápido avance para liberar París (“ruptura”), luego seguir hasta la frontera con Alemania ¡y para Navidad la guerra habría terminado! Muchas cosas no se tuvieron previstas: la geografía que facilitaba la defensa (el famoso “bocage” de estas regiones con pequeñas parcelas irregulares bordeados por setos y desniveles donde podían esconderse nidos de ametralladores, etc.), el clima (impedían el desembarco en los puertos artificiales), las dificultades logísticas al no controlar puertos importantes, y la mayor sorpresa: la voluntad y capacidad de la Wehrmacht para combatirlos llevando refuerzos a pesar del dominio aéreo angloestadounidense. El general Dwight D. Eisenhower, Comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada, afirmó: “La línea que realmente ocupábamos al comenzar la ruptura a los 50 días del Día D era aproximadamente la planteada para los 5 días del desembarco” (1948, Crusade in Europe).

La dureza de los combates en parte la describimos en nuestra artículo anterior de nuestra serie “El 80 aniversario del Día D”, donde los civiles sufrieron el uso de la mayor potencia de fuego que tenían los Aliados y con la cual pretendían resolver su incapacidad para vencer a los alemanes. No conozco películas en torno a la Batalla de Normandía (del 6 de junio al 30 de agosto) salvo el montón que se hicieron sobre su primer día, aunque sí existen varios documentales de la Batalla de Caen (del 10 de junio al 20 de julio). Combates en las villas del bocage y en torno sus setos y terraplenes podemos ver en Saving Private Ryan (Steven Spielberg, 1998) y los episodios 2. “Day of days” y 3 “Carentan” (precisamente el nombre de uno de estos pequeños pueblos) de la serie Band of brothers  (Tom Hanks & Steven Spielberg, 2001). En el segundo episodio entre estos pequeños arbustos se da el famosísimo “Asalto a Brécourt Manor” donde 20 paracaidistas comandados por el teniente Richard D. Winter destruyen 4 cañones que bombardeaban la playa Utah mientras se daban los desembarcos. 13 de ellos fueron condecorados por tal acción y es un caso de estudio en la Academia de West Point.  

La táctica inicial era que los estadounidenses de las playas Omaha y Utah tomarían la península de Cotentin con un pequeño puerto y luego la de Bretaña donde estaba el puerto de aguas profundas en Cherburgo, que permitiría que toda la logística llegara directo desde Estados Unidos; y los británicos y canadienses del resto de las playas tomaran Caen y las planicies del sur de esta ciudad donde podrían establecerse los necesarios aeródromos. La primera lucha duró todo el mes de junio y la 101° División Aerotransportada del US Army fue lanzada en parte en Contentin y acá es donde se da posteriormente la Batalla de Carentan (10-14 de junio) que se ve en el episodio 2 de Band of brothers donde se puede observar la seguridad que tenían los soldados alemanes frente a los inexpertos de Estados Unidos, y la fortaleza en blindados de estos aunque luego son superados por los tanques sherman “americanos”. En la serie nunca se observa la terrible destrucción de los pueblos franceses llevada a cabo por la artillería y los bombarderos aliados. Los británico-canadienses tendrían la mayor parte de la resistencia del enemigo debido a la importancia estratégica de la región que les tocaba conquistar, su avance fue extremadamente lento y Caen no caería sino el 21 de julio y después que fuera arrasada totalmente desde el aire. 

A principios de agosto los Aliados se dieron cuenta de la posibilidad de encerrar al millón de soldados que había concentrado el Tercer Reich en torno al sur de Normandía con todas sus armas, esta sería la Batalla de la Bolsa de Falaise que se desarrolla desde el 12 al 21 de agosto. Los británico-canadienses presionarían desde el norte y los estadounidenses desde el oeste y el sur. También existían contingentes de soldados de la Francia Libre y polacos. Los alemanes se dieron cuenta y resistieron manteniendo las pinzas abiertas hasta que pudieron escaparse la mayoría, aunque tuvieron que dejar una buena cantidad de material bélico. Después de esta derrota el camino a París estaba libre, pero Adolf Hitler había ordenado su destrucción. 

Capitán Michael Whitman

El 8 y 12 de agosto respectivamente fallecieron en la Batalla de Normandía dos personajes que han mantenido cierta fama. El primero fue uno de los mayores ases de tanques: el capitán Michael Whitman de la Leibstandarte SS Adolf Hitler y la Schwere SS-Panzer-Abteilung 101, quien tuvo una carrera militar de diez años combatiendo en Polonia, Francia, Grecia, Rusia y finalizando en Normandía. Llegó a destruir 141 tanques y 138 cañones, y se necesitaron 6 tanques Sherman para vencerlo. El otro es el hermano mayor del presidente John Fitzgerald Kennedy: el teniente Joseph Patrick “Joe” Jr. que también estuvo en la US Navy, pero en el frente europeo y murió cuando su B-24 robot (se llenaba de explosivos y se pilotaba por control remoto) explotó antes que este saltara en paracaídas. Era la llamada “Operación Afrodita” que buscaba destruir el cañón V-3. Para finalizar. no podemos dejar de citar el hecho de que el 15 de agosto los Aliados invadieron el sur de Francia con la “Operación Dragón”, quedaban pocas semanas para la liberación de la mayor parte del territorio francés. 

John F. Kennedy junto a su hermano mayor, Joe Jr.

Un dato de la actualidad íntimamente relacionado con nuestro tema se da en mi país. Acá los que controlan el poder y por tanto los medios de comunicación se han dado a la tarea de llamar “fascistas” a los demócratas que los vencieron electoralmente (pueblo, Centro Carter y tantos gobiernos dixit). Una vez más se comprueba la famosa frase erróneamente atribuida a sir Winston Churchill pero que perfectamente pudo haber dicho: “Los fascistas del futuro se llamarán a sí mismos antifascistas” (sobre este tema somos del pensar, siguiendo a Emilio Gentile, que el fascismo dejó de existir en 1945; más no el totalitarismo). La Segunda Guerra Mundial sigue viva en el discurso político del siglo XXI, pero también en lo relativo a sus ideales de lucha contra la maldad y los políticos con pretensiones totalitarias. La dos entregas que vienen, Dios mediante, hablaremos de la Liberación de París y la mítica Resistencia francesa junto a la famosa pregunta: “¿Arde París?”.