Cada 15 de agosto las Iglesias Católica, Ortodoxa y Anglicana celebran la solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Sin duda, es una de las festividades más queridas por fieles de varias religiones y, además, la Asunción ha sido motivo de inspiración de célebres pintores que la han representado con destreza, belleza y en diversos estilos desde tiempos inmemoriales, aunque solo fue considerado como dogma cuando fue proclamado como tal por el Papa Pío XII, el 1 de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus. Consiste en «Que la Inmaculada Madre De Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».
Después dela celebración del Concilio de Trento, ocurrido entre los años 1545 al 1563, y de la Reforma Católica, hubo un tema discutido de manera recurrente y ampliamente comentado, que fue la asunción de la Virgen María. La creencia sobre la muerte de María y su subida al cielo en cuerpo y en alma, no se menciona en ninguna delas llamadas fuentes canónicas de la Biblia (la Ley, la Costumbre, la Jurisprudencia y las Fuentes particulares), o de algún pasaje de los Evangelios, sino que su referencia primaria proviene de un texto latino del siglo II titulado Liber de Transitu Virginis. De acuerdo con este texto, el cuerpo de la Virgen fue llevado al cielo, hecho considerado un milagro y legitimado por el testimonio de los apóstoles y algunas mujeres piadosas que visitaron el sepulcro al cabo de tres días de haber sido inhumado el cuerpo de María.
Esta creencia se ve reflejada desde tiempos muy lejanos. Recordemos que,al sur de la Ciudad Vieja de Jerusalén, se encuentra el Monte Sion, un lugar simbólico por antonomasia: allí está el cenotafio de David, como también queda el Cenáculo, sala donde Jesucristo celebró su última cena, y donde ulteriormente sus discípulos recibieron al Espíritu Santo (Pentecostés). Justamente, en el Monte Sion, muy cerca de la muralla sur de la Ciudad Vieja, se puede visitar la Abadía de Hagia María, conocida también con el nombre de la Abadía de la Dormición.
Es un templo hermoso; fue construido sobre las ruinas de una remota sinagoga judeocristiana, que se convirtió en la llamada Iglesia de los Apóstoles,arrasada en el año 70 d. C. por las tropas romanas. Esta iglesia fue rehecha por Juan II, obispo de Jerusalén, durante el siglo V, y fue denominada Basílica Bizantina de Hagia Sion. En ella fueron reubicados los restos de san Esteban. Sin embargo, esta Basílica también padeció los males de una invasión, en este caso a cuenta de los persas en el siglo VII (614 d.C.). Un tercer templo se edificó en este lugar en el s. XII con el nombre de Santa María del Monte Sion, cuyos restos aún se pueden distinguir en elsector de la sala sacramental y en las basas del actual monasterio benedictino llamado Abadía de Hagia María, que se edificó en el siglo XIX cuando el Kaiser Guillermo II adquirió estas propiedades al sultán Abdul Hamil II.
La Abadía de Hagia María,como todos los lugares de Tierra Santa, es depositaria de una vetusta historia. Se levanta precisamente sobre el sitio donde murió la Virgen María. En la cripta de la Basílica, custodiada celosamente por los Benedictinos que constituyen la «Abadía de la Dormición», encontramos una entrañable imagen que personifica a la Santísima Virgen María dormida, y en la cúpula hay un mosaico simbolizando a Jesús, quien ha bajado a buscar a su Madre para llevarla a los cielos.
En varios de los libros que he consultado, puede leerse, con ligeras modificaciones, que, según una tradición muy antigua, el arcángel san Gabriel le habría anunciado a María que cuando ella cumpliera su ciclo vital en esta Tierra, su Hijo, Jesús, bajaría a buscarla al cabo de tres días. Incluso, Jesucristo había notificado a los apóstoles que deberían reunirse en Jerusalén con el propósito de despedirse de la Virgen María. Los discípulos habrían custodiado el cuerpo de María, enterrada junto a sus padres y a su esposo san José en Getsemaní, cercano a la Basílica de la Dormición. En esta tradición oral, se dice que Tomás llegó tarde al entierro de María y pidió que le permitiesen verla y así despedirse. Al abrir la tumba, el cuerpo de María ya no estaba y tan solo había algunos lienzos que fueron usados para envolver su cuerpo. Entrada la noche, oyeron una hermosa melodía celestial y presenciaron la elevación de María, quien les decía: «alégrense, porque yo estaré con ustedes todos los días».
Además de los templos y lugares reseñados,hay grandes obras que datan de fechas remotas, comenzando por las pinturas llamadas «Dormición de la Virgen». La forma como fue plasmada pictóricamente tuvo varias versiones hasta llegar al Renacimiento y al Barroco, movimientos en los cuales se concordó una alegoría de la asunción. Tradicionalmente, se puede observar que las figuras son distribuidas desde un primer plano donde se sitúa tanto a los apóstoles como a las mujeres devotas, quienes contemplan a los ángeles alzando el cuerpo de María al cielo. En algunas pinturas, también se ha representado a Jesús recibiendo a su Madre.
He querido celebrar esta festividad seleccionando algunas obras de pintores que dejaron en sus lienzos un testimonio y visión particular sobre la Asunción de María, obras que se exhiben en templos y museos de diferentes partes del mundo, para comentarlas en una serie de artículos.
El formato que reseñé supra de La Asunción fue usado por Pedro Pablo Rubens en siete versiones. En cada una de las pinturas, el artista repite esta estructura, añadiendo algunos detalles en cada una de dichas versiones.
A veces, la Asunción se convierte en Ascensión, porque se pinta a la Virgen ascendiendo sola a los cielos y no llevada por los ángeles, sino que estos la rodean.
El paradigma más categórico de esta innovación iconográfica es La Asunción de Tiziano, un retablo de grandes dimensiones, pintado por encargo para la iglesia de Santa María dei Frari.
Se estima que en el siglo XVII hay un retorno a la imagen tradicional, donde, como he dicho, la Virgen es llevada a los cielos por los ángeles que la circundan y escoltan.
En la representación de la Virgen ascendiendo sola recordemos a: Perugino, Tiziano, Correggio, Durero, Rubens, Rembrandt, Poussin, Murillo, por tan solo nombrar a los que suelen ser más citados en los libros especializados.
En próximos artículos, me detendré en las representaciones pictóricas de La Asunción de cuatro grandes: Tiziano, Rubens, El Greco y Goya.
@yorisvillasana