OPINIÓN

La Asamblea General de las Naciones Unidas y el reto de la oposición en Venezuela 

por William Santana William Santana

En tres semanas  dará inicio en la ciudad de Nueva York el septuagésimo quinto período de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG). En esta oportunidad estará presidida por el Señor Volkan Bozkir de Turquía. Tendrá ante si los siguientes temas escogidos para la agenda 2020 del 74º Período de Sesiones de la AG como objetivos prioritarios de Desarrollo Sostenible (ODS): Paz y Seguridad internacionales, Educación, Hambre Cero, Conferencia sobre los Océanos, Cumbre sobre la Diversidad Biológica, Desertificación, Iniciativa sobre la rendición de cuentas, la transparencia y la integridad financieras internacionales e Inclusión. (Esta agenda se aprobó en enero del presente año, momento en el cual el coronavirus era una noticia marginal en la prensa sobre unos ciudadanos chinos que se habían enfermado por presuntamente haber consumido murciélagos en la poco conocida, hasta entonces, Provincia de Wuhan).

Los países de la ONU acordaron en julio de este año que los líderes mundiales no viajen a su sede el próximo mes de septiembre y, en su lugar, intervengan con mensajes pregrabados en video en las sesiones de alto nivel de la AG .Ese arreglo, que responde a la pandemia del coronavirus, fue propuesto hace meses por el secretario general, António Guterres, y fue aprobado formalmente por los 193 Estados miembros. La excepción será Donald Trump, quien ya confirmó su presencia en la sala en lo que podría ser su última alocución como presidente de Estados Unidos si nos atenemos a lo que arrojan las encuestas 

En esta oportunidad la agenda estará subordinada obviamente a la pandemia del covid-19. Muy pocos temas de las comisiones escaparan a ser referenciados o enmarcados en lo que será el leiv motiv, así como lo estarán todas y cada una de las intervenciones de los segmentos de alto nivel, en especial las alocuciones presidenciales. Habrá elementos quizás novedosos o imprevistos como lo fue el año pasado el discurso de Greta Thumberg y  el eco que le dio el secretario general y la media, lo cual opacó otros asuntos no menos importantes pero definitivamente son tres los aspectos que deben se van a imponer en los trabajos de la AG: 

Evaluación y perspectivas del manejo de la pandemia, en especial por parte de las grandes potencias: La gran confrontación entre Estados Unidos y China. Primer asunto que ocupará la atención de una rivalidad ya de por sí sistémica en un escenario donde mantienen otros frentes sensibles como el embargo de armas a Irán en el Consejo de Seguridad. El origen del virus, el robo de información secreta, el ocultamiento de datos, en fin, todos los asuntos conocidos hasta ahora además de la competencia por la panacea en la cura de la enfermedad, aspecto este último donde Rusia también tendrá su parte protagónica. 

Liderazgo Global: aquí habría que hacer una distinción entre la gobernanza global y los líderes nacionales. El anfitrión en este caso y su máxima autoridad, el señor Guterres, quien a lo largo de su mandato ha tenido un extraordinario bajo perfil en su cargo, tendrían que ser los primeros sometidos a observación por el caso del director general de la Organización Mundial de la Salud, sobre quien recaen serias dudas con relación al manejo del coronavirus supeditado al tutelaje chino. Estados Unidos actuó de forma radical en este asunto y la gran critica es que con esta acción y otras en contra del multilateralismo ha dejado un gran vacío en la conducción mundial, pero también otros países mantienen sus reservas y obviamente esto va en detrimento de las prerrogativas  como rector y coordinador  que ha tenido la ONU en materia de salud.  A nivel regional la ausencia de liderazgo ha sido evidente. En el mundo se ha producido un aislamiento de las naciones, exacerbado en aquellos donde confluyen grandes corrientes migratorias lo que ha dado pie a los autoritarismos sin freno, el populismo, la xenofobia y corrientes políticas extremas hasta la noticia preocupante para América Latina de que el  Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo están en plena actividad según lo declaran sus líderes.  Es de esperarse que surjan o actúen en correspondencia aquellos que reúnen las condiciones para tal fin y como ejemplo pongo a Angela Merkel, quien ha demostrado tener condiciones suficientes para servir en las ocasiones donde la coordinación, el entendimiento y la consecución de fines superiores se imponen. Es probable que el mundo pueda identificar en estos meses venideros a quienes han manejado la actual crisis de la mejor manera. 

Cooperación Internacional: Este va a ser el clamor de los países en desarrollo. La necesidad financiera para alimentos y medicinas, así como las donaciones de equipos médicos y asistencia técnica.  A nivel global y bilateral se habrán de convenir acuerdos. Recién el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU declaró: “Todos nuestros datos, incluido el pronóstico del PMA sobre un aumento de 80% [a nivel mundial] en el número de personas que padecen inseguridad alimentaria —de 140 millones antes de la pandemia a 270 millones para finales de este año—, apuntan a un desastre real. Estamos en riesgo de una hambruna de proporciones bíblicas“ Según las estimaciones de la agencia humanitaria, la falta de seguridad alimentaria afectará en especial a América Latina, donde se prevé un crecimiento de un 269 % en el número de personas que padecen hambre y desnutrición.  

En el caso de Venezuela, ¿Que se puede esperar de la Asamblea General?: Suponiendo que en el lapso entre la publicación de este artículo y la apertura de la AG no haya ocurrido nada extraordinario que altere el actual statu quo entre la oposición y el régimen, a nivel político para la presidencia de la AN no mucho más allá de lo conseguido el año pasado cuando la crisis venezolana tratada en grupos como el G-Lima , UE y Estados Unidos con el fondo de los informes Bachelet y el asiento de Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos. Para el régimen mucho menos si consideramos que los temas de la agenda corresponden los ODS priorizados y si el lector interesado busca los objetivos en la página oficial de la ONU se dará cuenta de que aquí no solo se ignoran sino que se va en contra de todos y cada uno de esos loables fines. 

¿Qué nos queda entonces? Para el gobierno de Maduro instruir a su representante permanente, el “embajador” Moncada, para que en su discurso irrespetuoso y agresivo repita el libreto cubano de las sanciones, la violación de la soberanía de una patria libre y victoriosa en todas las batallas y toda la épica imaginaria revolucionaria de las agresiones imperiales.  

Para la Presidencia AN: Mantener en el tapete y visibilizada la terrible crisis del país ya que no hay razones objetivas ni subjetivas para pensar que de aquí allá las cosas hayan mejorado o se haya manifestado algún pensamiento o acción de enmienda. Todo lo contrario, el reciente bloqueo a la agencia financiera que iba a cancelar el bono Héroes de la Patria fue concebido de manera tan artera y egoísta por aquellos que pagan una miseria nuestros médicos. Por consiguiente, lo conducente y obvio es continuar con la labor hasta ahora realizada de obtener la ayuda urgente que precisa el país en esta situación calamitosa según todos los estudios que se han realizado, entre ellos el más completo y revelador como ha sido el de Encovi y es aquí precisamente donde se encuentra el gran reto: asegurarse de que esos recursos lleguen a quienes realmente los necesitan. 

Efectivamente, y aquí recojo lo escrito por el profesor Félix Arellano en un artículo publicado por el Colegio de Internacionalistas de Venezuela con relación a la cooperación y la pandemia: “Otro síndrome estructural de los más vulnerables, es la corrupción, cualquier nueva dotación de recursos en el sector sanitario se convierte en un potencial negocio, un drama que se presenta en cascada, desde las autoridades del ministerio, hasta el personal de limpieza. La dotación podría llegar y desaparece, pero muy cerca se pueden conseguir y comprar los productos a precios astronómicos. La situación resulta más trágica en los países con gobiernos autoritarios, pues la nomenclatura goza de impunidad”. Para la presidencia de la AN, más que un reto, vencer ese obstáculo va a ser una proeza. Recordemos lo acontecido con la ayuda humanitaria que no pudo entrar desde Cúcuta  y otras donaciones que han llegado al país sin que se conozca su paradero.. 

Finalmente, deseo expresar mis mejores augurios a la delegación de la presidencia de la AN que hará seguimiento o participará en las actividades relacionadas con la AG porque en definitiva sus logros serán los de nuestro país.