OPINIÓN

La amenaza del gobierno mundial

por Albert Geovo Albert Geovo

El Chateau de Ferrieres, iluminado de rojo para pareciera que está en llamas (en 1972)

El gobierno mundial, a través de poderes fácticos que se asoman a mediados de 2021, amenaza no solo con controlar la economía con el apoyo y la connivencia de la acción social de las entidades públicas y privadas, sino que también amenaza a la población de cada uno de los países, regulando a qué países viajar, qué naciones  visitar, dónde vacacionar, e incluso perder derechos tan básicos y esenciales como el de movilidad de las personas dentro de los territorios como fuera de ellos, desobedeciendo los valores y principios de las constituciones nacionales de los 193 países que conforman la comunidad de naciones, bajo el pretexto de las nuevas medidas sanitarias.

El objetivo de la amenaza por esta época en pleno siglo XXI es de configuración totalitaria, es la consolidación de un Nuevo Orden Social de régimen totalitario globalista que abarca todos los gobiernos del mundo y con ellos las principales religiones que se muestran por esta época en apoyo y mutis permanente ante la amenaza de las restricción de las libertades y derechos naturales como el derecho a la natalidad, derecho a la libre movilidad de las personas, el derecho a la libertades económicas ya restringidas a raíz del formato de sistema socialista que se levanta en todas las naciones con base en políticas proteccionistas, bajo sistemas estatistas, concentrados de gobierno… Para todo esto y más viene sirviendo la pandemia.

Sistema que abarca todas las áreas y ámbitos de la vida, como la salud, el derecho a la vida, el control y restricciones a la natalidad, la libertad de movilidad, la tergiversación de los derechos humanos en el libertinaje, e incluso, la promoción de patrones de conductas que socavan las bases de la civilización de Occidente fundadas en los principios y valores judeocristianos como las leyes pro aborto, eugenésicas, leyes de matrimonio igualitario y un sinfín de programas de la agenda global para el concierto de las Naciones Unidas que destruye las bases de la humanidad y de la civilización, amparadas estas nuevas medidas del milenio, conocidas hoy como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda roja 2030 que permitirán, de forma ineludible, frenar el crecimiento de la población de 7.500 millones de personas a 9.600 millones, que son la preocupación de los señores que dominan la agenda roja internacional.

Mientras tanto, durante esta época, las miradas están puestas sobre los efectos de la vacuna que impone la agenda roja en medio del confinamiento domiciliario y las nuevas medidas restrictivas, muchas de ellas inconstitucionales, por medio de los gobiernos nacionales, en los que han aflorado muchas interrogantes, y muchas noticias falsas, bulos, fake news.

Del mismo modo, por ejemplo, los comentarios de las personas en las redes sociales van desde los más inverosímiles hasta los lógicos. Se preguntan: ¿La vacuna es esterilizante? ¿La vacuna produce trombos, coágulos, escalofríos, activación de infecciones víricas, parálisis u otras complicaciones? ¿La vacuna posee metales pesados, grafeno o radiactivos? ¿Son realmente efectivas como escudo protector contra el SARS-CoV-2? Pues se viene explicando  que no garantiza protección total contra el covid-19. Aparte de si los decesos en los últimos meses son por causa de la propia vacuna ¿Si se vacunan los niños, como viene promoviendo la agenda roja a través de los medios masivos, cuáles serían las consecuencias? ¿Es aún experimental? Y para colmo, por esto último los laboratorios no se hacen responsables de los efectos secundarios.

Todos estos debates, que se dan entre científicos, políticos, periodistas, profesionales de la salud o no, gente del pueblo llano, aparecen muy poco en los medios, mientras que son los del boca a boca en los pasillos y en todos los hogares, donde los ventilan de una u otra forma, pese al nulo o poco eco que existe en los medios, a pesar de que la población se resiste, sabiendo que los riesgos de morir por el SARS-Cov-2 son porcentualmente tan escasos, como pueden ser los efectos adversos de la vacunación; que aunque  no sea de carácter obligatorio, los gobiernos a través de las entidades públicas y privadas amenazan con muchas limitaciones y restricciones a los que no se vacunen, ya que existe la coacción con no poder viajar, visitar otros países, trabajar  e incluso comprar, sino se tiene la marca de la vacuna, además sino se posee un certificado sanitario con la dosis completa de vacunación contra el covid-19. ¿Acaso es esto la materialización de una regulación impuesta por un gobierno mundial de carácter totalitario?

Un libreto que va en fases con una secuencia cronológica, casi perfecta, de connotaciones proféticas, que si no fuera por algunas denuncias ante los tribunales judiciales nacionales en las diferentes naciones y las denuncias en las distintas plataformas tecnológicas y medios de comunicación en general, que han permitido un punto de inflexión, probablemente; sin el amparo de los principios generales del derecho, la inteligencia y la reflexión automática, de seguro ya estaría  la población reducida a algo menos que a una opresión total de un gobierno mundial de carácter totalitario como el que se avizora.

Es por ello que el globalismo con todos sus poderes fácticos antepone toda la paciencia, toda la calma del mundo, razón por la que ocultan todas las oscuras ambiciones de apropiarse de los derechos naturales de la humanidad, por medio de los gobiernos nacionales y el concurso de las ideologías totalitarias, a las que se presta muy bien los partidos de izquierda a derecha, que funge más como ministerios de un dominio mundial, bajo un programa totalitario con base en las directrices de la agenda roja mundial,  que de acuerdo con hechos son los que quitan y ponen gobernantes y mandatarios en el mundo; lo peor es que pone generalmente a los peores.