OPINIÓN

La amenaza del Gatopardismo

por Juan Fernández Juan Fernández

En estos días pasados, conversando con un buen amigo y compañero petrolero, intercambiando ideas y reflexiones sobre la situación de nuestro país, salió a relucir la paradoja que definimos como Gatopardismo a la criolla, de hacer ver que se cambia todo para que no cambie nada. Esta palabra usada en las ciencias políticas es resultado de una novela escrita por  Giuseppe Tomasi di Lampedusa, a mediados del siglo pasado. Me quedé con la inquietud, pues el deseo de la gente de Venezuela de recuperar la democracia, de tener un país con futuro sigue presente, es una constante que nos distingue como ejemplo de ciudadanía, con sus errores y aciertos.

Desde la llegada de Chávez se comenzó a revelar la falacia de la supuesta revolución. Solo basta un vistazo rápido al respecto en estos 20 años, por ejemplo; el decreto 1011, los hechos de 2002, la lucha por principios y valores, la meritocracia, todo aquel movimiento de la sociedad civil para el referéndum revocatorio de 2004, la lucha en contra de la reforma constitucional, los hechos de 2014, obtener la mayoría en la Asamblea Nacional en diciembre de 2015, y a partir de 2019 el gobierno interino, que señaló una agenda ciudadana, del cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Hoy, sin embargo, la incertidumbre aparece de nuevo y esto genera desesperanza en la gente, la paradoja del Gatopardismo ronda nuestra vidas. La pregunta es cómo evitar entonces que el Gatopardismo se apodere del imprescindible cambio que requiere Venezuela, algunos puntos para la reflexión:

1.-  Escuchar la crítica y corregir hace diferencia

En varias oportunidades uno escucha, lee comentarios y hasta sugerencias sobre hacer criticas al gobierno interino es hacerle un favor a Maduro y es ir  en contra de la unidad. La critica es una constante de la democracia, debe contener un racional y su objetivo debe ser para corregir, para aclarar, para apoyar hacer las cosas bien, en nuestro caso al gobierno interino y la Asamblea Nacional legitima, de no haber respuesta o acciones quien se perjudica es Venezuela. En las actuales circunstancias, la diferenciación de los que creemos en democracia y la dictadura está precisamente en aceptar la opinión diferente. No escuchar y desestimar la crítica es equivalente al reclamo que hacemos sobre ser perseguido por pensar diferente, se asimila al ser ignorado.

En democracia, quienes lideran tienen la responsabilidad de construir la visión compartida y buscar el consenso, pero también parafraseando al presidente Sanguinetti de Uruguay,  la democracia es gobernar por el favor de la mayoría a través de voto pero su ejercicio siempre deber ser de la mano de las minorías. Es decir, la mayor responsabilidad de lograr el consenso es quien lidera, y la critica es parte del ejercicio democrático. En las circunstancias actuales cobra relevancia, el rol de escuchar de quienes ocupan posiciones de liderazgo. Los ciudadanos no debemos sentirnos inhibidos de opinar, por el contrario cuanto mas y constructivamente se entenderá como el intercambio de opinión, y de acciones consensuadas es un debe ser.

Hoy en día el país democrático se maneja bajo un esquema de gobierno interino de coalición parlamentaria de 4 partidos, aun cuando la oposición democrática real, la verdadera, es mas amplia. Hay una critica del esquema de decisión basado en cuotas de los 4 partidos y esto debería cambiar. Mucho se habla sobre la necesidad real del concurso de los mejores, y efectivamente esa amplitud seria un cambio clave para lograr la vuelta a la Democracia, no basta con decir vamos a cambiar. En consecuencia el esquema de las actividades en la administración del gobierno interino, debería estar basado en criterios determinando las pericias, la experiencia, el liderazgo, y la complejidad de las tareas y los objetivos a ser logrados. La escogencia por cuotas no es la mejor opción,  y allí aparece por ejemplo la sombra del Gatopardismo.

Los recursos humanos preparados para estas tareas de reconstrucción sabemos los hay en nuestro país, en todas las áreas.  Del sector que provengo hay personas con pericias y habilidades gerenciales, de negociación, y efectivamente alguno ha sido seleccionado, pero también hay criticas en cuanto algunos nombramientos, en un sector tan critico para el país, en las actuales circunstancias. Como decía, del sector que provengo, además de tener la capacidades para el proceso de transformación energética que viviremos inclusive también habrá capital humano que bien podrá ser utilizado mas allá del sector petrolero en las tareas de reconstrucción, una clave para el éxito un país,  en donde todos se sientan aportando. Hay que insistir, como estos procesos, deben ser hechos con amplitud y criterios de consenso e incluyentes que pienso el gobierno interino debe considerar y quienes forman parte de la coalición de los 4 partidos.

2.- Cambio del modelo económico rentista

Los venezolanos llevamos en nuestro ADN, el petróleo, casi podemos decir un mito con muchas implicaciones sociológicas. Comenzando por aquello de;  tenemos petróleo, somos ricos.

El modelo rentista del petróleo, apoyado en una hipótesis sobre la distribución del riqueza para alcanzar el umbral del desarrollo y un estado del bienestar aceptable para los ciudadanos. En los últimos 20 años este modelo rentista, de un gobierno gestionando la actividad petrolera, además de ser factor de la descomposición derivada de la corrupción, no funciono. Como sabemos, los niveles de pobreza son escalofriantes y es importante decir que tampoco funcionara para las realidades del siglo XXI.

Consideremos un ejemplo, de la industria automotriz cuya empresa mas valorada hoy es Tesla, fabricante de vehículos eléctricos. El resto de la industria se prepara aceleradamente para dejar de producir motores de combustión que utilicen gasolina y diesel, sin duda un aviso para quienes estamos en el sector petrolero. Pero además, cuando los países  establecen programas de estimulo para el fomento y desarrollo de las energías alternativas, minimizar la dependencia del petróleo importado. Los mercados financieros estructuran esquemas para dar financiamiento a las energías alternativas y no valoran las reservas petroleras como anteriormente. Las grandes petroleras se mueven a convertirse hacia empresas de energía y los países petroleros se organizan para buscar como atraer inversiones para acelerar ingresos de sus reservas y modificar sus economías para minimizar la dependencia del ingreso petrolero. Todo lo anterior, tiene que ser sin duda, un llamado a cambiar, pero de verdad el modelo económico del país, hacia una economía diversificada en sus ingresos, y preparándose para desarrollar el sector energético mas allá del petróleo,  para lo cual poseemos ventajas competitivas y dejar atrás el modelo rentista petrolero.

Este proceso de cambio del patrón energético no será instantáneo, pero si evolucionara en un periodo relativamente corto de tiempo, algunos opinan una ventana de 40 años para el petróleo. Por lo tanto, utilizar la palanca de los recursos petroleros en el corto plazo, para ser maximizados y diversificar la economía venezolana es fundamental. Una de las premisas estratégicas para el cambio de modelo económico del corto plazo es recuperar la industria petrolera con la participación del sector privado en apertura total, con lo cual estamos totalmente de acuerdo, a la par se debe desarrollar paralelamente otras fuentes de energía, entre ellas el gas.

El gas es una fuente de energía limpia que además tiene un impacto interno significativo para desarrollar otros sectores económicos, creando empleo  y valor para la nación.

La responsabilidad de quien gobierna es dar los condiciones legales para atraer la inversión y la seguridad jurídica, de esta manera nos permitirán aprovechar esa base de recursos que yace en el subsuelo tanto de petróleo como de gas.

El desarrollo de otras áreas de la economía, para hacer realidad la diversificación están allí y conceptualmente también requieren de la inversión privada y condiciones atractivas para incentivar la participación, desde la minería, el sector  industrial,  el agro,  los servicios incluyendo la apertura al sistema bancario, y el desarrollo de la bolsa de valores,  el turismo, etc.. Venezuela debe pasar de lo que fue un país petrolero a otro estadio mas amplio y diversificado.,

La esperanza como la definió Aristóteles, el soñar despierto, es una aspiración de todos en Venezuela camino a ser un país diferente, que cambiara para insertarse de pleno en el siglo XXI como nos merecemos. Lo anterior se debe traducir en un cambio real pues de lo contrario la crisis y la demanda social no podrá ser satisfecha convirtiéndose en un terreno abonado para el populismo y el totalitarismo del que queremos salir, cuidado con el Gatopardismo.

3.- Transparencia, control  y rendición de cuentas

La administración de los bienes públicos esta basada en principios como la honestidad del funcionario o servidor público, la transparencia con la cual se ejecutan los procesos, la rendición de cuentas. Los elementos de control previo y a posteriores son parte del sistema de balances de una sana administración de recursos. En una situación tan única como la derivada del gobierno interino, estos elementos cobran muchísima importancia.

La expectativa  sobre el cambio hacia el país que buscamos, esta en sacudirnos ese cáncer de la corrupción, un mal bajo el cual sabemos la supuesta revolución funciona, y donde miles de millones del patrimonio publico se han perdido, pasando a bolsillos de unos pocos a costa de perjudicar a su gente. La opacidad con la cual el régimen maneja los recursos no es una sorpresa, ya inclusive la aparición de miles de millones se convierte es tan recurrente que uno pierde la perspectiva de cuanto suma en total, el robo a la nación.

Para quienes están en la Asamblea Nacional legitima como el gobierno interino,  están obligados a cero opacidad, cero corrupción, y rendición de cuentas. En gerencia se aprende que el sistema de balances y la medición de la gestión, son factores importantes para la transparencia pero liderar con el ejemplo es la mejor acción a tomar. Exigir rendir cuentas y darlas debe verse como algo rutinario y normal, y además una obligación con la ciudadanía, ese es un cambio que todos queremos ver ocurra.

En las circunstancias que vive nuestro país, efectivamente hay que cambiar muchas para efectivamente cambiar el rumbo hacia el país que nos merecemos, no es una opción hacer ver que se cambia todo para que no cambie nada.

@JFernandeznupa