OPINIÓN

La agricultura necesaria y posible

por Ignacia Holmes Ignacia Holmes

El impacto del cambio climático es incuestionable. Los últimos cuatro años han sido los más calurosos y secos de los que se tenga registro en el planeta, y en América Latina y el Caribe hemos visto las consecuencias, con eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.

Según reciente documento de la Organización de Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO), con base en datos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático , de mantenerse el escenario actual, la temperatura media en la región subiría en torno a los 2 °C para 2050, comparado con los niveles preindustriales.

Con tal aumento de la temperatura, se prevé un número aún mayor de fenómenos climáticos extremos en toda la región, incluidos episodios de sequías, inundaciones, olas de calor y huracanes, lo que traerá graves consecuencias para la agricultura, sector clave para la economía regional e importante fuente de alimentos a nivel mundial.

América Latina y el Caribe es indispensable para la seguridad alimentaria global: en números, la región suministra 13% de la producción agrícola mundial y 12,4% de la acuícola y pesquera. Sus cerca de 15 millones de agricultores y 2 millones de pescadores proveen alimentos para casi mil millones de personas, mucho más que la población total de la región.

Pero no debemos olvidar que la agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra son responsables del 23% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta. Entonces, cabe preguntarse ¿cómo puede la agricultura regional seguir haciendo su aporte a la seguridad alimentaria de manera sostenible?

Los países de la región ya están trabajando para reducir la deforestación, implementar una gestión sostenible del agua e integrar los ecosistemas para proteger la biodiversidad, pero se requiere un mayor compromiso para intensificar y aumentar la escala de estas y otras experiencias de manera que la región cumpla las metas del Acuerdo de París, necesarias para contener la alteración del clima y limitar su impacto.

Cambiar la manera de producir alimentos es un gran desafío, pero también una gran oportunidad para mejorar la productividad y proteger la fuente laboral de los agricultores. La inversión en innovación y la aplicación de enfoques que promuevan la transformación del sector productivo de alimentos serán clave para conseguir los objetivos trazados, algo que la FAO seguirá promoviendo para que la agricultura sostenible y resiliente sea pronto una realidad en América Latina y el Caribe.

http://www.fao.org/americas/es/