OPINIÓN

Joyas hispanas en 2023

por Asdrúbal Romero Asdrúbal Romero

El cine español continúa en racha de recuperación después del abatimiento que le produjo la pandemia. Doscientos sesenta y seis largometrajes se produjeron en 2018, el récord más alto antes del COVID, y esa cantidad ya ha sido superada con creces tanto en 2022 como en 2023. Además, producción con muy buena calidad. He tenido la oportunidad de ver muy buenas películas españolas  a lo largo del año que acabamos de cerrar, de aquí que desee compartir con ustedes mi lista de joyas de la cinematografía hispana 2023. Antes debo aclarar que no he alcanzado a ver todavía todas esas cintas que se han estrenado con el aval de muy buenas reseñas. Mi lista entonces se caracteriza por un marcado sesgo personal y, seguramente, muy injustas ausencias.

Esperando a Dalí fue una gratísima sorpresa que disfruté a mediados del año. Como es sabido, las películas de temprano estreno en el calendario anual suelen tener menos probabilidades de ganar nominaciones para la temporada de premiaciones –en el caso español muy marcada por los premios Goya–. A partir de la obsesión de Jules, el excéntrico dueño de un restaurante en Cadaqués, por tener la satisfacción de atender, algún día, al maestro Salvador Dalí, David Pujol desarrolla una hilarante historia que combina caracteres admirables, una maravillosa atmósfera mediterránea capturada de manera excelsa por el director de fotografía y muchas pasiones humanas como las que se han derrochado en el tradicional cine europeo. Fue una delicia verla. Por eso no la olvido, aunque no haya recibido nominación alguna.

Una que sí recibió nominación al Goya a mejor dirección novel fue Upon Entry, codirigida por Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez. Esta película indie rodada en apenas 17 días para producir sus 74 minutos de duración –inusual en esta época de dilatados filmes–, cuenta el trago amargo por el que tiene que pasar una joven pareja que viaja desde Barcelona a Estados Unidos. Él, un joven urbanista venezolano; ella, una barcelonesa y artista de la danza; han decidido unir sus destinos para emprender un nuevo proyecto de vida en sede propia del sueño americano. Viajan con sus visas, pero son pasados al “cuartico”. Sí, al mismo cuartico de segunda inspección que los venezolanos conocemos muy bien. Casi toda la película transcurre en ese reducido espacio de martirio, pero todo el drama que en él se desarrolla está muy bien respaldado por un sólido guion, que se acredita nominación, y excelentes actuaciones. Cuando la veía, pensé que el personaje principal masculino debía estar siendo personificado por algún actor venezolano desconocido para mí. Así de bien lo hace Alberto Amman, un argentino al que también se le reconoce con nominación. Esta pequeña joya se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada. Contiene referencias insertadas de muy apropiada manera sobre la problemática nuestra y, por supuesto, se convierte en una denuncia efectiva sobre los abusos del Servicio de Inmigración de Estados Unidos.

Chinas fue una película que me llamó la atención desde el mismo momento en el que vi su avance en una sala de cine. Esta tuvo la virtud de activar mi interés por el argumento principal que prometía. En todos los barrios madrileños hay un «chino». Así denominamos a los pequeños abastos de conveniencia regentados por ciudadanos de nacionalidad china, que suelen estar abiertos hasta inusuales horas de la noche y fines de semana. Cuando frecuentamos alguno, siempre encontraremos a la misma persona atendiéndolo, a veces una pareja de esposos. A consecuencia del tráiler, comencé a preguntarme qué tipo de conflictos intrafamiliares se pudiesen incubar entre esos padres habituados a una dura disciplina laboral, que les mantiene aislados en un mundo radicalmente apartado de la sociedad española, y sus hijos que se han iniciado en el desafío de insertarse culturalmente en ella. Debo decir que esta película dirigida por Arantza Echevarria, está a la altura de la compleja temática social que plantea. No es una cinta de grandes recursos y es factible detectar algún desnivel en la calidad de actuación de su reparto –aunque se acredita tres nominaciones al Goya por actuación además de la de guion–, pero la forma como expone las vicisitudes de una familia de inmigrantes, en la confluencia de temas de diversa índole que retroalimentan positivamente su complejidad, me ha motivado a incluirla entre mis preferidas.

Te estoy amando locamente retrata las angustias de una madre –excelentemente personificada por Ana Wagener–, la cual no puede ocultar más, aunque lo intenta al principio, la tendencia homosexual de su único hijo en la Andalucía de los setenta, como si dijera en la Maracaibo de la misma época. La guardia civil franquista le apresa por delito contra la moral y la madre se ve involucrada en un proceso muy dinámico donde destaca su propia transformación personal. No suelo sentirme atraído por este tipo de historias. La excesiva injerencia ideologizada en España de los temas de género, homosexualismo y demás siglas del movimiento LGTBI en la vida común, termina por germinar en algunos  constituyentes de mi generación una cierta fobia natural a estas temáticas. Me incluyo. Por eso mismo me impresiona el poder de esta película en arrancarte desde lo más profundo de ti una fuerte corriente de empatía, que lleva a identificarnos con el dolor que habría sentido esa madre, colocarnos en sus circunstancias y a comprender muchas luchas por los derechos humanos que, lamentablemente, se han contaminado de abusivos excesos.

Como pueden ver, en mi lista de joyas hispanas no he incluido a las dos películas que más han dado de que hablar en 2023: La sociedad de la nieve, nominada por España a competir por el Oscar en el renglón de mejor película extranjera, y 20.000 especies de abejas. Entre las 2 reúnen 29 nominaciones a los premios Goya. La primera está siendo emitida por Netflix y es dirigida por un director que ya ostenta cartel internacional, Juan Antonio Bayona, por su distinguida filmografía (El orfanato, Lo imposible, El monstruo vino a verme, etc.). Está bien hecha. La sólida artesanía y la afluencia de recursos se hacen notar, pero a mí no me ha ganado como para recomendarla como una joya. Con respecto a Veinte mil…, devela los conflictos de una niña trans en busca de su identidad. Un tema promisorio y original que es maltratado por la forma tan desenfocada y confusa como es llevada a la pantalla.