El presente artículo, gracias a El Nacional, lo dedico al reconocido profesor de la Universidad de Columbia Jeffrey Sachs. En reciente artículo traducido y publicado en este: “La falsa narrativa de Occidente acerca de Rusia y China”, agosto 24, 2022, denota legítima preocupación sobre la grave situación del actual “desorden mundial”. Estas últimas comillas y denominación es mía. Reproduzco su primer párrafo e invito a reflexionar sobre el mismo: “El mundo está a las puertas de una catástrofe nuclear, en gran parte debido a que los líderes políticos occidentales no han sido honestos sobre las causas de la escalada de los conflictos globales. La narrativa de que Occidente es noble, mientras Rusia y China son diabólicos es simplista y extraordinariamente peligrosa. Es un intento de manipular la opinión pública, no de ejercer la verdadera diplomacia”.
Durante el año 1995 visité Washington en una misión de aprendizaje e intercambio de información sobre oportunidades que se podrían abrir para las inversiones privadas mediante la alianza con el sector público (public-private partnership PPP). Así, mediante dichos desarrollos combinados se podía acrecentar la cooperación internacional y la mayor libertad económica que tendiese al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Mi primera observación al encontrarme en medio de un seminario internacional de desarrollo de infraestructuras, transporte y servicios públicos en general mediante dicha alianza de inversión privada en el campo público fue que la muy mayoritaria asistencia era de colegas provenientes de los países de la entonces “Europa Oriental”, anteriormente ubicados detrás de la llamada cortina de hierro.
La crítica que les hace Jeffrey Sachs a los “líderes políticos occidentales” sobre su deshonestidad al no exponer verdaderas causas de la escalada de conflictos globales prefiero pensar es más bien una exageración de exigencia hacia todos nosotros; incluido él como líder político también. Aunque, de momento, no pertenezcamos a partido político alguno somos todos animales políticos al expresar nuestras opiniones sobre el acontecer, al evidenciar actores e intereses en juego y emitir juicios y ofrecer prescripciones de lo que se debe hacer. Creo firmemente que la compleja dinámica sociocultural, económica y política del mundo en permanente proceso de cambio, continuo e indetenible, aunque a ratos pareciera retroceder o involucionar, marchan inexorablemente como subconjuntos de sociedades humanas hacia la construcción de un conjunto superior de vida civilizada, de mayor libertad y en democracia.
La expresión que más bien suena a chalequeo de que Estados Unidos mantiene, palabras más palabras menos, un delirio de grandeza pasado de moda del que Sachs haciendo sorna expresa: “Solo hay un país cuya autodeclarada fantasía es ser el poder mundial dominante: Estados Unidos”, yo por el contrario no solo considero muy desacertada tal posición de Sachs, sino más bien es esa opinión la que califico de peligrosa, según los tiempos que corren. Ella refleja la incomprensión de los procesos históricos de dominación que unos pueblos han impuesto sobre otros, basados precisamente en su superioridad tecnológico-militar, y luego económica; logrando así desarrollar en su momento dicha hegemonía. Lo preocupante para mí es entonces la discutible declinación que estaría sufriendo Estados Unidos, y que el problema de su cohesión interna la estaría debilitando. ¿Quién sabe con qué grado de involucramiento y participación estratégica de sus competidores o enemigos, según se aprecie, como pudieran ser, o no, Rusia y China justamente.
El fortalecimiento de alianzas mediante estrategias de una diplomacia audaz, que busquen incorporar a otros actores del propio continente americano, como lo es Latinoamérica, pensamos es hoy imprescindible, para crecer en población integrable e integrada que ayude a superar el mundo del narcoterrorismo. Las competencias desleales desde los centros de producción de neoesclavitud y violación de los derechos humanos que se asientan en el Oriente con China a la cabeza. En ello sí coincidiremos con el apreciado profesor Sachs, es necesario un cambio urgente en la estrategia diplomática de Estados Unidos y Europa.
No creo que el mundo esté a las puertas de una catástrofe nuclear, ni en mucha ni en poca proporción debido a que «los líderes políticos occidentales no han sido honestos sobre las causas de la escalada de los conflictos globales”. Creo sí que equipara a los líderes de Occidente con los de países de dictaduras podría equivaler a disminuir y hasta exonerar a los tiranos que deliran en mantener por siempre un obsoleto sistema de su perpetuación en el poder, y en la seudo adoración como dictadores mediante la represión y la hechura de caricaturas de constituciones de bolsillo para justificar su reelección indefinida mediante el Estado militar-policial, como son los casos no solo de China, Rusia y Corea del Norte sino de Cuba, Nicaragua y la otrora vitrina de la democracia de Sur América: Venezuela.
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