¡El Esequibo es territorio venezolano! Le pertenece a toda nuestra nación. Sin perder legitimidad de su condición de propietario por encontrarse circunstancialmente alejado del territorio, los venezolanos somos en conjunto dueños de todo el territorio derivado de las anteriores posesiones que nuestra Madre Patria España había conquistado para sí. Desde la llegada de Colón en su primer viaje, más tres posteriores, sólo sería precisado más tarde por cosmógrafos de la época, como Américo Vespucio, cuyo uso y costumbre de su cartografía llevaron a denominar así al que por ello se supo era un nuevo continente: América.
Estableciéndose, progresivamente, durante todo el periodo de conquistas y colonización, desde aquel primer arribo en el 12 de octubre de 1492, se inició un largo proceso de trescientos años de asentamientos, fundación de ciudades y vertebración del Reino de España en estas tierras. Por supuesto también otras potencias europeas y grupos de pioneros de la época iban a tomarse y a disputar el control de tierras y fundar otras colonias en dicho nuevo continente, partir de ese siglo XV.
Con el establecimiento de la “Capitanía General de Venezuela” en el año 1777, el Estado monárquico español definía ya para entonces lo que sería luego, a partir del 5 de julio de 1811, con nuestra declaración de independencia, el territorio originario de la patria venezolana. Por cierto la isla de Trinidad era en aquella definición monárquica de 1777 parte de la Capitanía de Venezuela.
Las incursiones y disputas en el Caribe, y aún en tierra firme, británica en la isla de Trinidad, así como otras incursiones holandesas o francesas frente las costas de Coro, hoy estado Falcón, y al noreste de Venezuela sobre áreas de lo que fueron el Reino de Portugal, dejaron huellas imperiales en zonas muy próximas al territorio de Venezuela.
El Esequibo ya no es parte viable, ni permitiremos como nación venezolana que se nos despoje de lo que no le pertenecía a Gran Bretaña, y que nosotros aceptamos como la Guyana Británica, al igual que existe la holandesa y la francesa al día de hoy. Esos son, y sólo esos los territorios que Venezuela reconoce al este de nuestro territorio que está claramente definido por el río Esequibo. Desde la aceptación por parte de Gran Bretaña durante la etapa de descolonización del siglo XX de la independencia de su Guyana británica, con el Acuerdo de Ginebra de 1966 reconocía que se debía, y se debe reparar el daño por una acción fraudulenta de intento de una demarcación que debió ser amistosa y genuina, entre el Estado monárquico británico y el Estado republicano venezolano. Sólo nos dejaron un diferendo ficticio de algo que nunca han debido provocar. El Esequibo no es, ni nunca fue británico. Fin de esa historia.
¡Israel ha sido para muchos, y lo es, un ejemplo de nación resiliente y unida! Las persecuciones de muchos siglos, y de muchos poderosos la obligaron a huir y reconformarse en muchas otras tierras del planeta. Manteniendo su identidad como nación, sus principios y valores religiosos bien entendidos y atendidos, es decir practicándolos sin enfermizos sectarismos, han sido y seguramente serán por muchos años más una gran fortaleza y grandeza, que debe ser administrada con criterios de humanidad. Ella hace parte de una gran cultura judeocristiana, con la cual nuestra cultura venezolana tiene mucho mas que afinidad, identidad, así como con toda la hispana.
Hoy en el caso venezolano tenemos un punto común, aunque el nuestro de años históricamente muy recientes, un cuarto de siglo, distintos en que nuestra persecución no ha sido específicamente de un origen racial, pero si se nos perseguido y se nos ha hecho salir de nuestro territorio para estar regados por el mundo, como a los judíos lo hizo alguna vez España, y luego el nazismo, entre otros. Se nos discrimina y se nos diferencia marcándonos con listas para trabajar o no, para reprimir o no, para repartir comidas y subsistencias o no. Se nos trata de “antipatriotas” porque disentimos y no aceptamos al opresor.
El régimen criminal que controla el poder en Venezuela no es que es irrespetuoso del derecho internacional humanitario, es que es mucho más que eso, es que se burla de él. Va a mesas de negociación, con asistencia de Oslo (como fue el caso de Israel y Palestina), y pareciera que sólo quiere ganar tiempo y prebendas, para seguir dominando, encarcelando, torturando. Sigue matando a quien se le oponga. Bajo otra modalidad de genocidio continuado sobre nuestra nación, el mundo no debe permitir más de modo impávido que Venezuela siga sometida a la existencia de grupos mafiosos que controlando y acordándose en alianzas de redes transnacionales y gobiernos irresponsables se nos someta a la perdida permanente de la libertad y de la democracia por más generaciones, como ya ha ocurrido en Cuba. El continente americano debe estar listo para luchar mediante una Alianza Internacional por la Libertad. Una política de alianza de los buenos en principios y valores para hacer respetar la vida, la libertad, la democracia y el progreso socioeconómico de los pueblos.
@gonzalezdelcas
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