Por Carmen Rossmery Suárez

En 2018 Carmen Montón se vio forzada a renunciar a su cargo como ministra de Salud de España. Lo propio había hecho la ministra de Educación de Alemania, Annette Schavan, en 2013; y más recientemente, este mismo año,  Christine Aschbache también renunció como ministra de Trabajo y Familia de Austria. La razón en todos los casos fueron acusaciones de plagio en sus tesis doctorales.

Un estudio realizado por Soto (2012), evidencia que los datos sobre plagios no son recientes y se han repetido lo largo de la historia. En el siglo V antes de Cristo, varias obras antiguas de la biblioteca de Alejandría fueron presentadas durante un concurso de poesía por personas que se atribuían la autoría de estas obras. También revela el estudio, refiriéndose a las tesis doctorales, que el caso más sonado y emblemático fue el del ministro de Defensa de Alemania, Karl Theodor Zu Guttenberg, quien fue acusado de plagio en su tesis de doctorado en la Universidad de Bayreuth. La universidad retiró el título de Doctor y el ministro renunció al cargo.

En los estudios de pregrado, uno de los mayores desafíos que enfrentan los docentes universitarios que imparten la cátedra metodología de la investigación, es la lucha contra el plagio en las construcciones de los proyectos. Lo propio sucede en el caso de los posgrados con las tutorías académicas de los trabajos de grado y con las tesis doctorales. En este sentido, se precisa la aplicación de estrategias necesarias para que los estudiantes puedan desarrollar la escritura académica, con la incorporación de las voces de otros autores como punto de partida. (Espaillat, 2021).

La clave de la investigación para la producción del conocimiento científico es hacer ciencia, ya que esta hace que la humanidad experimente cambios y transformaciones positivas. Las tesis como productos académicos de investigación están destinadas a la creación, innovación y difusión del saber. Son un valor agregado ante la estructura económica de un país, y necesarias para que la sociedad mejore en todos sus espacios del conocimiento.

Los aportes genuinos de las actividades de investigación de posgrados, como espacios de producción de conocimientos, son almacenados en la base de datos de cada centro universitario y en algunos casos divulgados en revistas científicas. De allí que los programas doctorales son el ámbito formal y sistemático de la formación de investigadores por excelencia.

No obstante, existe necesidad de formación en los docentes universitarios, no solo como académicos que comparten saberes disciplinares, sino también como investigadores. Para ello, es necesario que las titulaciones sean una verdadera herramienta que proporcione las habilidades y competencias propias de un docente universitario del siglo XXI. El resultado será entonces un docente posicionado como investigador y en condiciones, disposición y necesidad de publicar los resultados de sus indagaciones.

En Venezuela la producción en investigación proviene en un alto porcentaje de las universidades por investigadores acreditados en función de sus méritos y la productividad académica. Un trabajo realizado por Ramírez y Salcedo, (2016), refleja el tránsito de la caída en la producción académica y divulgación de sus resultados. Así, luego de tener un panorama de crecimiento sostenido desde 1996 hasta 2010. Estos hechos demuestran que la baja inversión en educación y la inequidad en la distribución del presupuesto es el escenario que las universidades del país enfrentan en la actualidad.

Es importante destacar que, en Venezuela la propiedad intelectual está estipulada en la Constitución de la República, así como por la Ley de derechos de autor. Esta legislación no contempla desde el punto de vista penal el plagio como hecho punible sino como agravante. Tal debilidad en el sistema penal venezolano requiere de una reforma sobre la ley y los derechos de autor (Martínez, 2009). Ante esta situación, las universidades han dado respuestas de diferentes naturalezas para sancionar tales prácticas que incluye la suspensión por un período de tiempo, la anulación del trabajo o el reinicio de nuevos estudios.

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REFERENCIAS

Espaillat, C. (2021). El plagio en la Educación Superior dominicana: una oportunidad para desarrollar la escritura académica. Cuaderno de Pedagogía Universitaria, 18(35), 37-48. https://cuaderno.wh201.pucmm.edu.do/index.php/cuadernodepedagogia/article/view/411

Martínez, J. (2009). La Regulación Penal del Plagio en la Ley sobre el Derecho de Autor Venezolana Propiedad Intelectual, núm. 12, enero-diciembre, 2009, pp. 114-132 Universidad de los Andes Venezuela REVISTA PROPIEDAD INTELECTUAL. ISSN:1316-1164. MÉRIDA-VENEZUELA. AÑO VIII. Nº 12 enero-diciembre 2009. http://www.ugr.es/~plagio_hum/Documentacion/06Publicaciones/ART002.pdf

Ramírez, T., & Salcedo, A. (2016). Inversión y producción científica en Venezuela ¿Una relación inversamente proporcional? Revista de Pedagogía, 37(101), 147-174. https://www.redalyc.org/pdf/659/65950543008.pdf

Soto, A. (2012). El plagio y su impacto a nivel académico y profesional. E-Ciencias de la Información, 1-13. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/eciencias/article/view/1213

 

 


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