Se han cumplido las expectativas nacionales de dotar de representatividad a la candidata ganadora de la consulta en el evento de selección primaria. La sociedad representada por nueve de cada diez ciudadanos le ha otorgado por voluntad colectiva la insignia de representar a los venezolanos como candidata a las elecciones presidenciales y defender su representación a todo riesgo en un evento protagónico que el régimen quiere negar.

Se pretende ignorar un hecho de esa magnitud, ¿quién le quita a Maria Corina Machado lo bailado? La ciudadanía ha logrado con éxito expresar los deseos de cambio del modelo político muy a pesar de los obstáculos y saboteo del régimen. La acción ciudadana de haber participado en un evento cívico de manera masiva se convirtió en poderosa sinergia producto del esfuerzo individual y decisivo de vencer la desesperanza, y lograr el éxito saltando las artimañas del régimen cuyas acciones con su chabacano estilo pretenden aplicar con injusticia mediante una cacería leguleya cargadas de muestras de ignorancia legal rebatida por expertos e intentando invalidar lo invalidante con manifiesta amarga desesperación y despecho.

Quedó plasmada la voluntad de cambio del venezolano, quien observó con sorna el retiro estratégico de algunos candidatos con la excusa barata de que estaban inhabilitados o, simplemente otearon que no iban para ninguna parte. A otros se les descubrió la intención colaboracionista intentando influir en poner un candidato convenido que favoreciera la continuidad del régimen en el poder dando muestras de servilismo colaborador.

El régimen continúa su campaña intimidatoria intentando invalidar el proceso con una declaración histérica de fraude, y busca a toda costa cobrar de mala manera a las personalidades que dirigieron el proceso enfocándose en el falso positivo de una supuesta inhabilitación y violaciones legales. Se han equivocado una vez más, hagan lo que hagan, no tendrán éxito, están derrotados de antemano ante los vientos de cambio que soplan fuertemente en el país y ven de reojo las premoniciones electorales de los países vecinos.

El régimen intenta desconocer la magnífica acción cívica que ejerció su derecho libre, protagónico y autónomo cuyo resultado fue expresado con la opinión favorable de 2.500.000 personas que afortunadamente pudieron ubicarse en el registro electoral del CNE, sin dejar de mencionar a los que no pudieron expresar su deseo porque no aparecen en dicho registro o que simplemente sus datos estaban desactualizados y no pudieron acrecentar la voluntad popular.

A más de 2 millones de potenciales votantes no se les facilitó la inscripción en acción planeada, igualmente a los millones que migraron de un lugar a otro en nuestro país. Igualmente, no poder hacerlo casi otros 4 millones de votantes integrantes del éxodo más importante de los tiempos modernos cuyas direcciones no aparecen registradas en el instrumento electoral oficial. De no haber sido así, 9 millones de votos se hubiesen manifestado contra la dictadura quien no ha medido los efectos de su obsesión y ofuscación sin tomar en cuenta que están tirando por la borda algunas aperturas internacionales que se les escaparon de las manos en las famosas negociaciones caribeñas.

En lo que eufemísticamente se denomina “diálogo y negociaciones” e interpretando unilateralmente la Constitución intentaron exigir el cese total de las sanciones económicas y el rescate de activos de la actividad petrolera para compensar el drenaje que hicieron sus cómplices y, obviamente ignorando hablar de inhabilitaciones, derechos humanos, o presos políticos, pero tenían el objetivo centrado en que le fuesen suspendidas las medidas o restricciones individuales a declarados delincuentes y sacarlos de los carteles de búsqueda internacional. Su obstinación y mala intención con el pretendido desconocimiento de las primarias han echado por tierra esta aspiración y volvieron a estar en posición de desequilibrio basados en su falta de escrúpulos y de mentiras.

La derrota poderosa les cambió el juego, entran nuevos actores en el campo; el régimen no podrá ignorar la elección de una candidata validada con representación licita y todo el derecho ciudadano para participar en elecciones nacionales, y llegar al final con un modelo de gobierno nuevo, democrático y libre. Ha llegado el momento de profundizar el activismo popular quien ya está sensibilizado para empujar la salida del poder de tanto delincuente e impedir que avance su malévola estrategia, de provocar acciones para desconectar las manos titiriteras de los rectores del CNE y, lograr el apoyo internacional para ayudar a reconstruir el sistema electoral e imponer el voto manual el cual demostró que es más eficiente y realmente transparente.

La ciudadanía venezolana ha comenzado a desplegar acciones para la defensa de la democracia apoyada en agrupaciones civiles nacionales e internacionales que comienzan a dar forma a la imprescindible organización centrada en el rescate de la democracia e inducir el legítimo derecho de enfrentar la pérdida de libertades, la explotación, el hambre y la humillación salarial.

La iniciativa adquiere dimensiones importantes al considerar la necesidad de desbaratar los sistemas fraudulentos y construir un nuevo registro electoral absolutamente determinante para elecciones transparentes y, apoyarse en procedimientos adecuados para actualizar la data de los que son verdaderamente venezolanos, no de aquellos importados procedentes del vecino país, ni esquiroles representantes de países antioccidentales o de chulos caribeños; ciudadanos de pura sepa que actualicen sus ubicaciones en  todo el planeta y en el país, con registros confiables construidos con apoyo internacional como garante, muy lejos del pretendido control de la gente, y del sistema electoral actual el cual deberá ser sustituido con mecanismos claros, de conteo manual a nivel de centros electorales y que se  tenga una verdadera representación civil, de partidos políticos democráticos y dirigentes honorables.

A los corruptos se les acaba el tiempo, recojan sus macundales y revisen sus conciencias, les espera la oscuridad de sus desafueros, los oportunistas tendrán consideración cristiana, pero nadie escapará de la justicia, digamos, “no se vistan porque no Irán al baile” y, finalmente, dejen el espacio para que se reconstruya la Venezuela que todos queremos en democracia y libertad.


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