Resulta extraño escribir en un periódico y no lograr después leer lo que uno ha escrito ni lo que escribe nadie por la falta de libertad de expresión que priva en el país. No he descargado un VPN todavía, en parte porque no sé hacerlo y porque la vida lo hace caminar a uno con pasos rápidos y el propósito se va dejando de lado. Quiero leer las noticias y no puedo. Es triste y confuso, porque uno se siente silenciado, anulado: habitante de un mundo extraño que cada vez más parece una burbuja. Si a mí, que quiero leer el periódico, se me ha hecho laborioso lo del VPN, ¿qué puede esperarse del que de verdad no tiene conciencia de lo que significa leer las noticias o tiene menos tiempo que yo y menos ganas de solventar el obstáculo?
La libertad de expresión es esencial en la vida de todo individuo. Es un derecho. Toda censura deja en evidencia al autoritarismo, pues la palabra se asocia a la democracia, a esa vida “en común”, como dijera Luis Castro Leiva, en la que debe fluir la información y el diálogo. Este es siempre ente dos o entre muchos, y solo en un ámbito de intercambio de ideas puede hablarse de democracia.
Tengo que resolver lo del VPN rápidamente, pero pienso en tantos que no lo hacen ni lo harán y que tiraron tal vez la toalla en sus luchas por seguir informados, y me entristezco. Es importante mantenerse comunicados porque solo así podremos seguir salvándonos del intento de anulación por parte de este régimen de bandidos. Solo así podremos sentirnos parte de una comunidad que lucha por mantenerse unida con un objetivo. El régimen busca no solo acallar, sino desintegrar toda pequeña comunidad aislando a sus integrantes. Así nadie sabe qué le pasa al otro, qué siente el otro, qué le han hecho o si sufre y por qué. Así dejamos de sentirnos parte de un pequeño grupo que lucha en este gran país secuestrado.
Todo grupo pequeño es siempre un núcleo vivo: es siempre un grupo que hace vida en comunidad y se mantiene activo ante las agresiones venidas de fuera. Mientras se siga la lucha entre los muchos que somos, habrá esperanza de salir de esta opresión, porque somos más y los dictadores siempre caen. Ante el intento de acallarnos surgirán voces nuevas, voces que se resisten al silencio y al autoritarismo porque se saben libres.
Descarguemos el VPN y evitemos así la censura.