«La nueva tecnología de poder no tiene que vérselas exactamente con la sociedad (o en fin con el cuerpo social como lo definen los juristas); tampoco con el individuo / cuerpo. Se trata de un nuevo cuerpo: cuerpo múltiple, cuerpo de muchas cabezas, si no infinito, al menos necesariamente innumerable. Es la idea de población. La biopolítica tiene que ver con la población, y ésta como problema político, como problema a la vez científico y político, como problema biológico y problema de poder, creo que aparece en ese momento (…) con la tecnología del biopoder, la tecnología del poder sobre la población como tal, sobre el hombre como ser viviente, aparece ahora un poder continuo, sabio, que es el poder de hacer vivir»
Michel Foucault – Defender la sociedad
***
I La inteligencia artificial ¿es realmente una herramienta para el aprendizaje del conocimiento? ¿Cuáles son sus roles ante la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo?
¿Es o será la autollamada inteligencia artificial (IA) un conjunto de herramientas capaces de satisfacer los requerimientos de la sociedad, o es un artilugio de conjunciones humanas recopiladas desde la red para simular un conocimiento cómo si fueran de propios razonamientos?
¿Podrá la IA encontrar las variables necesarias que permitan determinar hacia el futuro conductas específicas de los seres humanos o vivos ante fenómenos naturales? ¿Será que la IA podría predecir con suficiente antelación hechos de conducta humana, los cuales a partir de la suprageocomunicacionalidad generen posibles respuestas ante los requerimientos del cosmoestadismo?
¿Está realmente la IA entre los dos puntos que comunican la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo, generando un equilibrio de posiciones entre las trasnacionales de la neotecnología y los espacios del poder que avanzan hacia nuevos estadios en la (des)concentración política, económica, social y cultural?
¿Es la IA la auténtica relación para alcanzar niveles máximos de vida desde la neomedicina o la neurotecnología como factores mutuos en los contrastes de la biología y la física, y éstos a su vez como ejes transversales en la educación, el ambiente y la astronomía?
Evidentemente, que interrogantes como éstas y otras, se pudieran plantear sobre las nuevas estructuras como ChatGPT (OpenAI), Gemini (Google), Copilot (Microsoft), Grok 2 (X), Meta AI (Meta), o Perplexity, para intentar conocer cuáles serían sus respuestas de IA ante las que necesitamos como sociedad del siglo XXI, desde una concepción avasallante de espacios y estructuras en constante neotecnología, y que pareciera, no tienen escala en sus creadores, pero si grandes limitaciones en quienes tienen el poder en Estados que están convirtiéndose en nomenclaturas fósiles de lo político.
En tal contexto, la IA movida por la suprageocomunicacionalidad que es su verdadero centro en los espacios de las trasnacionales de la neotecnología, conocen muy bien los campos de acción de ésta en empresas, Estados y gobiernos, y sobre todo en la sociedad. Por ello, la IA responde a los enfoques que emplean sus grupos de consumo, que sería el principio de esta historia por parte de los generadores de la suprageocomunicacionalidad, quienes sin decir, adónde avanzan en términos de sus relaciones complementarias de poder, es decir, el cosmoestadismo, no encuentran factores adversos en sus pasos, máxime porque los Estados están enclaustrados con una episteme de positivismo político, el cual no les permite desnaturalizar las características propias de sus interrelaciones estructurales, no sólo agotadas en términos de praxis societaria, sino hundidas entre contrastes geopolíticos por la industria de la guerra, y la ambición de poder que se ha generado por crápulas humanas neototalitarias en países árabes, Rusia y algunos que pretenden erigirse desde América Latina.
Es decir, la suprageocomunicacionalidad está venciendo en el campo de las redes a estos sectores, quienes simplemente les queda lanzar conjuras de “inaceptables” o insultos públicos contra los dueños de las trasnacionales neotecnológicas cada vez que son censurados; al punto que ahora intentando desviar los esquemas de luchas, para no verse derrotados; aplican (auto)suspensiones de redes en sus naciones, lo cual, es otro capítulo de las derrotas de aquellos otrora poderosos “gobiernos” quienes nunca podrán dominar los espacios del siguiente estadio del poder, el cual, se está consolidando aunque los más neototalitarios nieguen lo que está marcando la historia en sus posicionamientos geopolíticos hacia el cosmoestadismo.
II La inteligencia artificial, ¿herramienta o artilugio de la suprageocomunicacionalidad? ¿Estructura indispensable para alcanzar el poder del cosmoestadismo?
Contextualizar la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo requiere que esta díada neotecnológica se convierta en oxigonio con la inteligencia artificial, o sea, sería como la sima (profundidad) y la cima (altura), buscaran un ecuador si estuvieran orientadas desde una verticalidad, o habría que encontrar el intermedio entre sus extremos (derecha e izquierda) desde una horizontalidad. Ante ello, tratando de interpretar las dimensiones que compones los factores de las transformaciones que se generan por la suprageocomunicacionalidad en esta parte de la historia, Maffesoli en una aproximación sobre lo que vendía a ser este porvenir decía (2000):
«En efecto, la intrusión de la tecnología en la vida cotidiana muestra cómo los valores proxémicos, domésticos, banales, reciben ayuda de la «cibercultura». El imaginario, la fantasía, el deseo de comunión, las formas de solidaridad, las diversas ayudas caritativas encuentran en Internet y el «ciberespacio» en general vectores particularmente eficientes. Pero qué expresan estos fenómenos sino la antigua preocupación simbólica que desde siempre ha trabajado el imaginario del hombre que vive en sociedad». (p. 156)
Desde esta concepción, estamos asumiendo que los movimientos sociales, son los que dinamizan las estructuras y componentes de esas poblaciones, siempre que existan patrones de impulso, y en esta etapa histórica, la suprageocomunicacionalidad se ha convertido en ese motor ¿O acaso, es posible concebir un mundo, donde las principales redes y buscadores estén fueran de la internet? Desconocer tal interrogante, sería como ignorar que la IA es producto de éstas herramientas digitales para multiplicar sus esquemas de dominación e intervención societaria, comprendiendo que el ecuador o intermedio esa suprageocomunicacionalidad será alcanzado cuando la misma IA genere las acciones y respuestas necesarias para alcanzar, auténticos niveles de desarrollo, bienestar y crecimiento, apartados de nomenclaturas estériles, formadas por la desinformación y las orientaciones ideológicas corrompidas, cuyo único propósito se puede orientar hacia cualquier finalidad, menos hacia la eudaimonia de las mayorías.
Así, el cosmoestadismo que sugiere una dimensión del poder muy diferente a la que conocemos, cada día eleva sus niveles y amplía sus bases de conformación neotecnológica, y éstas a su vez, ejercen una sólida influencia en sus condiciones de praxis de vida, con Estados que sumidos en un desgaste de problemas internos y externos, tampoco han podido neutralizar sus desequilibrios geopolíticos, mientras la suprageocomunicacionalidad se van renovando y actualizando constantemente en sus esquemas por un mundo que pareciera no tener límites en sus accesos por deconstruir realidades que sobrepasan lo biológico, neurológico y físico en todas sus manifestaciones de ejes sociales, que también van creando otras realidades financieras, culturales, laborales y educativas, lo cual se traduce en esquemas del conocimiento en plena evolución, y cuya devolución solo se muestra implícita en estrictas individualidades, porque lo colectivo está siendo llevado al mundo neotecnológico sin posibilidad de retorno.
III Estados en realidad iconoclasta ante la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo ¿Tendrá la IA respuesta para ellos? ¿Validarán los nuevos esquemas de gobernanzas públicas?
La realidad política, económica, social, jurídica y cultural de los Estados y naciones ante la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo pareciera que solo se remite o intenta sobrevivir ante un razonamiento iconoclasta, cómo si aún estuviéramos en la edad media. El devenir acuñado con ambiciones de encontrar lo más desconocido, es más que una revolución tecnológica, mientras pensamientos débiles y subdesarrollados cognitivamente siguen hablando de “revoluciones políticas”, y otros más anclados en sus visiones neototalitarias hablan de sus concepciones “nucleares”, y los dogmáticos y anclados en sus estadios de obsoletas democracias, ven el “estado de Derecho” con sus particularidades de sanciones o juicios contra las empresas neotecnológicas.
En cada estadio del poder subdesarrollado –aunque se hable de naciones desarrolladas– no existe mínima visión de compartir el poder con sociedades descentralizadas en nuevos esquemas de gobernanzas públicas, y esto solo genera la lucha por el cosmoestadismo que vendrá de manera abierta, entre aquellas formas de gobierno como China que teniendo dinero carecen de toda autonomía del pensar en sus espacios educativos, generando enormes barreras por alcanzar el conocimiento absoluto de la suprageocomunicacionalidad, y por ende, con menos posibilidades de alcanzar el dominio del futuro en el ámbito planetario, mientras que aquellos Estados con sistemas educativos que mantienen diversidad de texturas del pensamiento, niegan la regeneración del pensar en sus connotaciones políticas, lo cual los encasilla en una absurda nomenclatura del poder, que terminará implosionando con sus propias empresas neotecnológicas, porque son éstas las que dispondrán, no solo de las fuentes de información en marcado dominio político, económico y social, sino porque son las que mantienen precisamente el control neotecnológico que desde lo agrícola, hasta cualquier forma de energía requerirá su participación de la llamada inteligencia artificial en la concreción de cada actividad humana.
De esta forma, una nueva forma de gobernanza en políticas públicas no sólo se encuentra insertada en las estructuras de cada asociación de vida; es que la inteligencia artificial, en cada respuesta tecnológica, tampoco dará a los Estados o sistemas de gobierno, respuesta u orientación que pudiera romper con los avances de la suprageocomunicacionalidad, razón por la cual, el único cosmoestadismo posible será compartido y con máximo dominio de las empresas neotecnológicas. El mundo cambia, la vida cambia, la neotecnología cambia, pero los Estados y formas arcaicas de gobierno se niegan a cambiar. Al final, aquellos que se resistan ante la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo serán extinguidos, y ni siquiera la inteligencia artificial tendrá las respuestas ante la desaparición de quienes cognitivamente sólo quisieron forzar mecanismos de poder desde una ultranza imposible de ejercer desde este siglo XXI.
@vivassantanaj_
Referencias
Foucault, M. (1997). Defender la sociedad. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.
Maffesoli, M (2000). El instante eterno. El retorno de lo trágico en las sociedades posmodernas. Traducción de Virginia Gallo. Paidós. Buenos Aires.
Vivas, J. (2016). La regeneración del pensar y las texturas del pensamiento generadas por la epistemología de la trans-onto-complejidad. Apeiron. Madrid.