Israel aceptó el chantaje contenido en el acuerdo planteado con el grupo terrorista Hamás.
La negociación implica un alto el fuego por 42 días, permitir la entrada de 600 camiones de ayuda diaria a Gaza, retiro parcial del ejército israelí de la zona y la liberación de casi mil terroristas.
En las cárceles israelíes los asesinos de Hamás gozan de todos los derechos humanos, están bien alimentados con las comidas permitidas por su religión, cuentan con acceso a servicios médicos, actividades deportivas, tienen permitidas las visitas familiares y conyugales (con privacidad), muchos procrean hijos durante su estadía en prisión, tienen la posibilidad de estudiar, cobran un sueldo etc. ¡Demasiado “buenismo” del sistema israelí para mi gusto!
Para que tengamos una idea, en 2011 Israel negoció la liberación de un soldado que había sido secuestrado en 2006. Por su canje, Israel entregó un número importante de terroristas, uno de ellos el maléfico de Yahya Sinwar (los israelíes le curaron un cáncer en la prisión). Precisamente, este desecho humano fue el responsable del atentado del 7 de octubre de 2023, a Dios gracias Sinwar, fue eliminado por Israel y hoy debe de estar en el infierno, seguramente dándose cuenta de que lo de las 72 vírgenes es un invento del profeta para animar a sus seguidores a la guerra santa en contra de Occidente.
Está demostrado que más de 75% aproximadamente de los terroristas que se liberan regresan a sus andanzas.
Los socios de gobierno de Bibi Netanyahu amenazan con romper la coalición; sin embargo, en este caso él cuenta con el apoyo de la prensa y de la izquierda.
Desde mi punto de vista Hamás accede a este acuerdo más que nada por la amenaza de Trump que por otras gestiones. Recientemente, Trump señaló: “Si no están de vuelta los secuestrados para cuando asuma el cargo, estallará el infierno en Oriente Medio”.
El acuerdo habla de liberar a 33 rehenes, 16 durante los primeros 30 días y el resto al final.
Por cada mujer soldada liberada se entregarán 50 terroristas y por cada civil 30. Hamás se da el tupé de escoger algunos de los que se deben liberar. Esto representa un costo inmenso en la sociedad israelí, dividida entre los que entienden que hay que traer a los secuestrados y los que sostienen que el pago es muy alto, tomando en cuenta la cantidad de soldados y civiles fallecidos en esta guerra, no provocada por Israel.
En esta operación ya apreciamos cuál es el valor de la vida en una de las partes, por cierto, parte del canje incluye a israelíes ya fallecidos.
Al liberarse las primeras mujeres rehenes y cuando cuenten sus historias se creará realmente un shock en la población israelí, se sabrá cómo han sido abusadas sexualmente, cómo han permanecido atadas de cuello y manos permanentemente, cómo han sido sometidas a torturas psicológicas y más, esto generará una mayor indignación en los israelíes y despertará un sentimiento ajeno a ellos llamado odio, que siempre va acompañado de sed de venganza.
El canje de terroristas por civiles, niños, mujeres y ancianos no es fácil de digerir, por lo menos para mí que no puedo dejar de pensar en los niños de la familia Bibas en manos de esos monstruos por más de un año.
Por su parte Naciones Unidas en ”Belén con los pastores”.
X: @davidbittano