OPINIÓN

¿Inhabilitada?

por Julio Castillo Sagarzazu Julio Castillo Sagarzazu

Todos conocemos la afirmación que algunos atribuyen a Talleyrand y otros a Fouché, a propósito del fusilamiento del Conde de Enghien: “Es peor que un crimen, es un error”.

Esa clase de errores son los que cometen los gobiernos asediados, sin apoyo social. Comienzan a desconfiar de su propia sombra, cualquier gesto inusual de un allegado lo convierte en sospechoso y terminan viviendo en un mundo irreal en el que solo caben los acólitos más cercanos.

El propio Napoleón terminó en Santa Elena dando órdenes a ejércitos que no existían y Hitler, organizando en su bunker el contraataque para expulsar de Alemania a los aliados que ya estaban a tres cuadras de su refugio.

La “inhabilitación” a María Corina Machado se inscribe en el repertorio de estos actos desesperados y erráticos de un gobierno aislado y que tiene a casi 80% de los ciudadanos en contra.

La medida tiene todo el tufo de una provocación para sacar a Machado del camino de las primarias. Ayer nada más, un portal chavista se preguntaba (y animaba la gente a responder) qué debería hacer María Corina frente a este hecho cumplido. Fue interesante ver cómo todos los robots oficialistas contestaron al unísono: “Calle, calle y más calle”.

Se trata de una nueva tentativa, luego de la fallida de sugerir que el CNE asumiría el control de las primarias. Por varios días esperaron la reacción de Machado, mandando las primarias al diablo. Como no funcionó, dinamitaron al CNE para enviar el mensaje que el proximo será peor (como lo será, sin duda). Tampoco funcionó. María Corina mantuvo la cabeza fría y más bien redobló su esfuerzo en la calle, creciendo exponencialmente el apoyo a su candidatura.

Esta “inhabilitación” in extremis, tratando de que sea una atrapada de “cordón de zapato”, será inútil también. Se quedarán con los crespos hechos. María Corina no tiene ninguna razón para abandonar la vía de las primarias y de trancar una partida que tiene virtualmente ganada.

Queda más de un año por delante. Será un año de aumento de capacidades, de crecimiento de su fuerza; de articulación con demócratas dentro y fuera de Venezuela.

Dicen que cuando tu adversario se está equivocando, no es bueno distraerlo. Esta demostración de desesperación, este bodrio de decisión de la Contraloría, solo aumentará sus posibilidades de legitimar su liderazgo con una contundente victoria en las primarias. Que se sigan equivocando.

«Hasta el final» es algo más que una etiqueta; hoy, más que nunca, encierra la voluntad de millones de venezolanos para producir un cambio.

El 22 de octubre comienza una nueva partida. Todos tendremos una mano nueva.