Según los datos del Índice Democrático 2023, publicado por la EIU (división de investigación y análisis de The Economist Group), las regiones que registraron una disminución en su puntaje promedio y las mayores regresiones del mundo en materia democrática, fueron América Latina y el Caribe; Medio Oriente y África del Norte. El informe indica que Venezuela continúa en una situación crítica en materia democrática, con una clasificación de “régimen autoritario”, ocupando el puesto 142 de 167 países, con un puntaje general de 2.31 en una escala de 10. Pero, lo que más llama la atención es que la región del Territorio Esequibo aparece en el mapa mundial emparejada en color azul claro con Guyana, marcando una escala de 6-7, lo cual indica que está calificada como “democracia defectuosa”.
Según la apreciación de la EIU, el Territorio Esequibo estaría experimentando cierto grado de apertura democrática al estar desmarcado de Venezuela. Una firma tan reconocida a nivel mundial por ofrecer “perspectivas y análisis de mercados que guían a las organizaciones del mundo”, no puede pasar desapercibidas las implicaciones soberanas que actualmente existen en la disputa territorial entre Venezuela y Guyana.
Desde una perspectiva del derecho internacional, es importante señalar que el reconocimiento de la democracia y el respeto por los derechos humanos son elementos fundamentales en las relaciones entre Estados; por lo tanto, las evaluaciones realizadas por organizaciones como la EIU pueden influir en la percepción global sobre la estabilidad política, la legitimidad de los gobiernos y el ejercicio de su soberanía.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que las evaluaciones de democracia no son determinantes en disputas territoriales, la soberanía sobre un territorio está regida por el derecho internacional, específicamente por los principios de territorialidad y autodeterminación de los pueblos.
El caso específico del Territorio Esequibo, calificado como una «democracia defectuosa» contrasta con la situación actual de Venezuela, y plantea un escenario confuso que debe ser protestado y aclarado, en vista de que la disputa histórica entre Venezuela y Guyana está sujeta a tratados internacionales, acuerdos bilaterales y decisiones judiciales pendientes. La postura de la comunidad internacional, incluidas las organizaciones como la EIU, no altera los derechos soberanos de los Estados sobre un territorio, pero si puede influir en la percepción global del país, lo cual incide en la economía, la seguridad y el desarrollo.
Aunque no desestimo las evaluaciones de la EIU porque son relevantes para comprender el contexto político de la región debido a la magnitud de los estudios que realiza, considero oportuno protestar por este error de apreciación en el estatus del Territorio Esequibo, el cual debe realizarse mediante canales los diplomáticos legales establecidos en el derecho internacional, respetando los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos.
En vista de la gran cantidad de conflictos actuales en distintas partes del mundo, la comunidad internacional enfrenta desafíos complejos en medio de una paz global vulnerable; en tal sentido, es importante considerar el papel y buenos oficios de los actores nacionales, regionales e internacionales para gestionar las correcciones necesarias de este error de apreciación de manera pacífica y diligente.
https://www.eiu.com/n/campaigns/democracy-index-2023/
@lidismendez369