Después de 400 años de dominación extranjera, Grecia comenzó su guerra de independencia el 25 de marzo de 1821 y ahora entra en su tercer siglo de libertad.
Se logró a través de los sacrificios de aquellos que creían en algo más allá de ellos mismos y los cálculos geopolíticos de las principales potencias de la época (principalmente Gran Bretaña, Francia y Rusia).
Aunque los dos últimos siglos han sido testigos de numerosas crisis y conflictos sangrientos (incluso una trágica guerra civil), Grecia continúa evolucionando y manteniendo un papel destacado en Europa, la alianza transatlántica y la comunidad global más amplia de naciones libres.
Aunque la pandemia actual limitó la capacidad de Grecia para celebrar este día histórico en casa y puede haber eclipsado su merecida importancia en el extranjero, el simbolismo del 25 de marzo es indispensable para las naciones democráticas de todo el mundo.
Fue en Grecia donde nació la democracia en el mundo antiguo. Y es en Grecia donde el 25 de marzo de 1821 la democracia inspiró a la Europa moderna y al mundo a seguir el camino hacia la libertad.
Todos los pueblos amantes de la libertad deben celebrar y reconocer el 25 de marzo, pues reafirma los ideales que impregnan nuestras sociedades y nuestra vida cotidiana y brinda esperanza a millones de personas en todo el mundo que continúan privados de los frutos de este gran legado histórico nacido a lo largo de 2.500 años en Grecia.