269 presos políticos, que algunos amigos califican de Mandelas, presos por tener pensamiento propio y manifestarlo. No les permiten el nombramiento de abogados para ejercer su defensa y aportar pruebas.
Los venezolanos sufrimos la vulneración total del Estado de Derecho, el derecho a la justicia y el debido proceso. El ensañamiento alcanza hasta los familiares.
Cada día se multiplican los abusos crónicos de la legislación espuria sobre terrorismo, para perseguir a quienes defienden y exigen derechos. Terrorismo de Estado es perseguir a personas por lo que dicen.
Emirlendis Benítez entró a prisión caminando y está en silla de ruedas. Un cuadro inhumano.
En el país no hay jueces sino subalternos del Poder Ejecutivo. Cunde la violación del derecho, de manera cruda y dura, a los acusados no les permiten aportar pruebas. En este sistema de justicia depravado, la indefensión es total. Proscribieron el derecho a la defensa. Toda una madeja coludida para hacer daño y golpear al pluralismo y la libertad de expresión.
Muchas personas sufren prisión injusta por hacer nada. Hay límites que deben respetarse y no se respetan. Ni el cumplimiento de la pena garantiza la libertad. Hacen lo que les viene en gana.
Aumentan las perversiones totalitarias por la ausencia de contrapesos institucionales y división de poderes. Se toman decisiones judiciales sin que se den los supuestos de hecho de las normas. Ya no cuidan la mínima forma y dejaron de cubrirse con la hoja de parra.
La libertad por la que luchamos es para ponerle coto a la hegemonía mafiosa que suprime los derechos políticos, que es la base de la alternabilidad del poder.
Lo criminal está sobre lo político y lo jurídico, y se desdeña a quienes proclaman principios que afirman la dignidad de la persona.
El pueblo está cansado y la canalla no puede caminar libremente en medio de la gente. Son repudiados.
La proyectada ley contra el fascismo es el complemento de la Ley contra el Odio. Se trata de justificar las atrocidades cometidas y de restringir el espacio público y cívico, en medio de una campaña electoral, todo un despropósito, cuando más se requiere del debate.
El costo de salida del régimen es más alto que el costo de permanencia.
¡Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los tres comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!