La economía responde de mejor manera a los incentivos, pero en Venezuela se impusieron leyes punitivas que establecieron arbitrariamente el tipo de cambio y los precios, leyes plagadas de multas, sanciones y penas de cárcel que desestimularon la producción, causaron una creciente escasez y contribuyeron a propagar la hiperinflación.
¿Cómo fue que la política de controles y los graves errores de la política económica se combinaron para estimular la conformación de un modelo de expoliación en Venezuela?
En Venezuela, la destrucción de las instituciones sirvió para imponer un modelo de dominación basado en la discrecionalidad y la arbitrariedad. Dio lugar a un régimen de expoliación controlado por la complicidad de funcionarios corruptos y oscuros intereses económicos que se disputaron y disputan la asignación de dólares preferenciales, el financiamiento público a bajas tasas de interés y largos plazos, las exoneraciones arancelarias para la importación, las compras gubernamentales, el suministro de materias primas desde las empresas del Estado y otros incentivos de las políticas públicas.
Sin renta petrolera el gobierno ya no cuenta con la capacidad financiera que utilizó para premiar a los incondicionales, comprar a los indecisos y castigar a los opositores. Para sobrevivir a las sanciones, el régimen impulsa la apertura del mercado interno a toda clase de importaciones sin arancel que compiten ventajosamente con la producción nacional, también desmonta los controles de cambio y de precios, desregula y liberaliza la economía, adelanta un proceso de privatización y abre a la inversión privada los sectores del petróleo, gas y minería.
Aparte de la eliminación del control de cambios, del abandono del control de precios y la dolarización, ¿cuáles son los nuevos incentivos que ahora ofrece el gobierno? ¿Cuáles son los intereses que están surgiendo y presionan para cambiar el marco legal y el entorno institucional? ¿Estamos en presencia de cambios radicales a favor de una economía de mercado? ¿Vamos hacia una chinización de la economía venezolana?
Ante el fracaso del modelo estatista que se levantó a partir de una ola de expropiaciones, la reconstrucción de la economía nacional requiere una nueva institucionalidad para impulsar un proceso de desarrollo sustentado en el valor del trabajo, el emprendimiento productivo, la libre iniciativa privada, la competitividad, el respeto a los derechos de propiedad y la seguridad jurídica. ¿Cuáles son las reformas institucionales claves que un nuevo gobierno tendría que tomar para impulsar una verdadera transformación de la economía venezolana? ¿Cuáles son esas leyes y organismos que degeneraron en incentivos perversos y hay que reformar o derogar para crear un ambiente propicio a la inversión y actividad productiva? ¿Cuáles son los nuevos entes del Estado que hay que crear o fortalecer para que ese nuevo marco legal no se quede como letra muerta?
El costo social atribuido a los programas de ajuste macroeconómico y su impacto microeconómico a nivel de un aparato productivo poco competitivo suelen generar resistencias y fuertes conflictos que terminan por abortar las reformas económicas. Un argumento para explicar esos fracasos ha sido la debilidad institucional que mediatiza la potencialidad de las reformas que finalmente no llegan a concretarse. Tan así es, que al primer recetario del Consenso de Washington se le agregó una lista de reformas dirigidas al fortalecimiento institucional y a mejorar la acción supervisora del Estado sobre el sector financiero, las empresas privatizadas, la autonomía del Banco Central, las instituciones de educación del consumidor y la protección ambiental.
¿Cómo se pueden articular, sincronizar y armonizar las reformas macroeconómicas y las políticas microeconómicas con las reformas institucionales en la dimensión mesoeconómica? ¿Cómo lograr una visión de conjunto y un enfoque integral para que no se descuide ninguna de esas dimensiones y así evitar que se ponga en peligro la buena marcha del programa de reformas?
La respuesta a estas preguntas las abordamos con Humberto García Larralde, expresidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, en un nuevo capítulo de la serie “Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela”.
@victoralvarezr