Finalmente, luego de intensas y dramáticas negociaciones entre la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) y la Plataforma Unitaria, se llegó al consenso de entregar la candidatura de la oposición al embajador Edmundo González Urrutia, figura casi desconocida por la ciudadanía en general.
Los retos ahora son dar a conocer el candidato para la elección del 28 de julio a fin de que obtenga muchos, muchísimos más votos que Maduro en el entendido de que cuanto mayor sea la brecha a favor de la oposición le será mas difícil a los chavistas hacer la trampa que seguramente tienen pensada.
Insólito como pueda parecer habrá que desmontar las maniobras que ya se intuyen, por parte de actores políticos que se sienten desplazados de sus aspiraciones. Los hay, los conocemos y pronto mostrarán sus intenciones.
Menos grave en términos numéricos -pero con potencial de dividir a la oposición- es la necesidad de divulgar que aquellos personajes que aparezcan en el tarjetón postulados al amparo de logos partidistas tradicionales serán los bien llamados “alacranes”, camuflados detrás de los nombres de partidos políticos tradicionales cuyos símbolos y autoridades han sido secuestrados por vergonzosas decisiones emanadas del Tribunal Supremo de Justicia supeditado a las instrucciones emanadas del oficialismo.
Posiblemente seguirán moviéndose las piezas de aquellos que no quisieron participar en las elecciones primarias del pasado 22 de octubre, optando ahora por presentarse en forma individual (Benjamín Rausseo, el “Burro” Martínez, Ecarri, Fermín, Bertucci) y demás fauna que, acumulando un porcentaje total menor a 4% entre todos, seguramente contribuirán a la atomización del voto en perjuicio de la candidatura unitaria.
Con los vientos que soplan al día de hoy la abstención no parece que vaya a ser un factor determinante, como lo pudo haber sido si se hubieran anotado otras candidaturas con mayor o menor credibilidad oposicionista (Rosales).
Sin embargo, tal como reza el dicho popular “los rusos también juegan”, lo cual puede traducirse en fantasiosas acusaciones e imputaciones que anuncie el muy imaginativo fiscal general Saab, medidas judiciales o de simple “porque me da la gana” que se traduzcan en nuevas inhabilitaciones como las dadas a conocer hace pocos días en perjuicio de candidatos genuinamente opositores con posibilidades de triunfo en elecciones municipales o estadales. Todo ello es posible y tanto más probable, según sea el temor de los que mandan de perder el poder y la impunidad que hoy disfrutan.
No es descartable tampoco un episodio militar presentado como defensa territorial del Esequibo. Tal escenario tiene poca posibilidad de ser exitoso: primero, por la falta de apresto de nuestra Fuerza Armada; segundo, por los anunciados apoyos militares ya comprometidos con Guyana; tercero, por la segura repulsa de la comunidad internacional en general y de casi todo el continente americano en particular. En todo caso, una suspensión del acto electoral pudiera ser útil, momentáneamente, para quienes se saben derrotados de antemano.
En los días y semanas por venir seguramente habrán presiones sobre María Corina provenientes de quienes aspiren a co-conducir la campaña electoral. La posición de este articulista es que el único conductor y líder es MCM siendo que la “colaboración” de sectores políticos tradicionales es definitivamente tóxica. Un pasivo y no un activo. Sabemos que tales presiones están ocurriendo.
Antes de concluir estas líneas creemos útil contribuir con una opinión acerca del candidato González Urrutia, a quien conocemos muy cercanamente no solo en el terreno de la lucha por la democracia sino a nivel personal y familiar por varias décadas. Hemos compartido por casi veinte años la pertenencia al Grupo Ávila, dedicado a la reflexión sobre temas internacionales. Hemos participado juntos en eventos políticos y académicos, tanto en Venezuela como en el exterior. Hemos conocido su casa y él la nuestra. Todo ello nos permite afirmar que se trata de un honorable caballero, que jamás soñó verse en esta vuelta del destino. Por ello avalamos su afirmación de que asume el reto con humildad y amplitud.
Ahora de lo que se trata es de ganar la elección, de navegar con firmeza y serenidad hasta enero cuando toque asumir. Dios, sus amigos, sus aliados políticos y la propia inspiración de Edmundo le permitan sortear las difíciles jornadas que le esperan para llegar a la transición que todos deseamos.
@apsalgueiro1