OPINIÓN

Hombres de mala entraña

por Argenis Gadea Argenis Gadea

“La historia que se conoce son apenas capítulos de la historia que no se conoce”. Dijo Jorge Luis Borges alguna vez. Este capítulo de la historia venezolana que lleva 25 años, y con todas las ganas de seguir ampliando la miseria y la pobreza que hoy sufren los venezolanos, es simplemente por la codicia y el vicio del poder por parte de Maduro y sus cómplices…. Para los venezolanos de bien que están adentro y afuera del país, había una gran esperanza y positivismo que las elecciones y la transacción de Maduro y su claque iba a hacer tranquila donde iba a reinar una gran fiesta nacional, pero también teníamos presente que estábamos al frente a hombres de mala entraña. Hombres de mala entraña han existido siempre en toda la historia de la humanidad; y en Venezuela hemos tenido a hombres de mala entraña en el poder, pero con la diferencia que aquellos hombres de mala entraña del pasado querían e hicieron algo para Venezuela para alimentar sus egos y poder sentirte un poco mejor sabiendo que eran hombres de mala entraña. Por motivos cronológicos, el primer hombre de mala entraña que conocí en el poder fue a Hugo Chávez, con su talante de criollo avispado. Creyéndose dueño de Venezuela en su mejor momento, mostró cómo ser el perfecto hombre de mala entraña y a su lado estaban los aspirantes a coronar la silla presidencial, pero eso sí, siendo un hombre de mala entraña.

¿Cómo se aprende a ser un hombre, pero sobre todo un buen hombre? Pienso que hay una sola vía, aprendiendo cómo fueron otros hombres, sus actitudes y propósito: tenemos muchísimos hombres, extraordinarios hombres: en la política, en la filosofía, en la literatura y en la historia adentro y afuera de Venezuela. Pero ¿cómo se aprende a ser un hombre de mala entraña? El hombre de mala entraña no aprende a ser hombre de mala entraña. Él nace con eso. Si es detectado a tiempo por los padres, se puede controlar y se les puede enseñar que ese no es el camino, pero hay algunos que se esconden dentro de ellos mismos y solo esperan el momento para quitarse la careta y ser como siempre quisieron ser, es decir, hombres de mala entraña. Lo que pasó el 28 de julio. Se puede decir que los hombres que tienen secuestrada Venezuela en estos momentos son los verdaderos y perfectos hombres de mala entraña; tenemos al fiscal general Tarek William Saab, un hombre desfigurado estéticamente y moralmente, dando declaraciones y ruedas de prensa diciendo que los muertos que se ven por las redes sociales son mentiras, que todo es un montaje, que solamente son actores de segunda bañados de ketchup, salsa de tomate. Hay que ser un hombre de muy mala entraña para decir eso, partiendo de que el ketchup en Venezuela cuesta 15 dólares, un sueldo de un profesor universitario. Todo lo que representa el chavismo y ahora el madurismo no es otra cosa que una inmensa colección de mentiras, odio, y de perfectos hombres de mala entraña. A pesar de que están descubiertos y que no ganaron las elecciones, Maduro se aferra al poder con Vladimir Padrino López, digno hombre de mala entraña que pasará a la historia como el mayor traidor de los valores éticos y humanos. Se aferran y no quieren salir diciendo que ganaron a pesar de que nadie les cree y, además, que existen las pruebas. ¿Cuánto durará esta situación en Venezuela? No lo sé. Lo único que sabemos es que el enemigo de la vida, de la libertad y que casi siempre los hombres de mala entraña pierden cuando ganan.