Venezuela está sumida en la más profunda crisis humanitaria compleja de su historia republicana, donde el socialismo del siglo XXI, o la barbarie roja, ha desmantelado las instituciones democráticas, controlando los medios de producción, los medios de comunicación y avanzando hacia un totalitarismo o a una tiranía similar a la del modelo cubano, mediante elecciones fraudulentas. Frente a esta situación de crisis por parte del régimen, con un modelo hegemónico y una oposición fraccionada cuya dirigencia no ha logrado la reconquista de la democracia, luego de las fraudulentas elecciones parlamentarias del 6D y la consulta popular del 12D de 2020, es necesario definir una hoja de ruta, que propongo con base en las siguientes acciones:
1- Organización
Desde el año de 1999 hasta la actualidad, las fuerzas democráticas han sido conducidas por la Coordinadora Democrática, la Mesa de la Unidad Democrática y El Frente Amplio sin resultados concretos. El avance ha sido muy poco, más bien, al contrario, la profundización de la crisis es mayor porque se ha partido de organizaciones políticas que han monopolizado la representación de las fuerzas democráticas, a través del llamado G-4 y G-7, dejando a un lado las estructuras organizativas de la sociedad civil, por lo que se hace necesario revisar ese modelo fracasado y diseñar una nueva organización socio-política que amplíe la base social, que permita a los partidos políticos y la sociedad civil se integren además, por organizaciones gremiales, laborales, agrícolas y productivos, culturales, académicas, económicas, estudiantiles y muchas más, que se deben unificar coherentemente para que alcanzar triunfos concretos en rescatar la democracia y libertad.
2- Ideología
En las dos últimas décadas, se ha intentado reconquistar la democracia con métodos clásicos, tradicionales frente a una dictadura. Hay que pasar de la lucha por la democracia a la lucha por la libertad. Lo vimos en el pasado debate electoral, es por ello que con la finalidad de definir una estrategia se debe escoger entre elecciones libres o liberación nacional, porque estamos en presencia, no de una organización política controlada por el régimen tiránico, sino ante una devastadora estructura criminal de delincuencia organizada, mientras que las fuerzas opositoras utilizan modelos democráticos, ellos implementan métodos delincuenciales. Es impostergable pasar de la lucha por la democracia a una batalla por la liberación y la libertad, inspirados en los padres de la patria y en los valores de la constitucionalidad.
3- Espiritualidad
Tenemos que asumir la defensa espiritual de Venezuela , porque el régimen se ha valido de fuerzas oscuras afrocubanas para la conquista y consolidación del poder, utilizando esos recursos como una política de Estado. Para combatir estos feroces adefesios hay que convocar a la práctica de la fe y la religiosidad de todas las organizaciones de conciencia en Venezuela, promoviendo la defensa espiritual de nuestra amada Venezuela, con ayunos, oración y lectura de la Biblia. Cada quien desde su profunda fe, los católicos a través de misas, rosarios y exorcismos y los cristianos predicando la palabra y el evangelio y reprendiendo a las fuerzas malignas, al igual que las otras corrientes espirituales que se quieran sumar a esta iniciativa.
Es importante la defensa espiritual de Venezuela con base en los siguientes objetivos: I La Liberación física y espiritual del país, II La reconstrucción de la nación III La elección de gobernantes sabios y prudentes. El día que todos, desde el punto de vista espiritual, nos unamos en una lucha de liberación, en una batalla espiritual contra las fuerzas de las tinieblas, las fuerzas malignas, el actual régimen será derrotado.
4- Diplomacia
El Grupo de Lima, la Unión Europea, la OEA y Estados Unidos han ejercido una diplomacia declarativa. Necesitamos pasar a una diplomacia activa y efectiva, para lo cual hay que diseñar una estrategia integral de acciones concretas, una diplomacia producto de una planificación por escenarios para lograr resultados específicos, unificando criterios, tanto en la diplomacia del gobierno de iuris, como en la diplomacia de nuestros aliados internacionales, una alianza de fuerzas internas y externas para alcanzar el éxito esperado mediante una diplomacia coherente y efectiva.
5- Justicia
Debemos impulsar la justicia tanto en el ámbito nacional como la justicia penal internacional. En ese sentido la Corte Penal Internacional es una institución en la que se debe lograr sanciones penales, en la medida en que logremos que la fiscal de la Corte aliada del régimen de Maduro se inhiba, sea recusada o removida del cargo y se asigne el caso a un fiscal imparcial. Las sanciones económicas contra jerarcas del régimen no han dado el resultado esperado, ellas afectan más al pueblo que al régimen de Nicolás Maduro, en cambio las sanciones penales internacionales con base en el Estatuto de Roma, son directas y personales contra Maduro y altos funcionarios de su gobierno.
Es impostergable impulsar la justicia internacional para que ¡haya justicia en La Haya! Y la justicia universal, pidiéndole al cosmos que la justicia divina juzgue a los responsables de los delitos atroces y los crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
Consideración final
Ante la crisis humanitaria compleja que afecta al país, sugiero un gran acuerdo nacional tomando en cuenta, entre otros, la responsabilidad de proteger (R2P), esas cinco iniciativas estratégicas, que propongo impulsar para lograr la anhelada liberación de Venezuela, librando la nueva Batalla de Carabobo en el año 2021 cuando celebramos el bicentenario de esa hermosa jornada histórica, herencia de nuestros libertadores.