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Hiroshima, mon amour

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Blinken

Antony Blinken

Yo nací (perdonadme) en la edad de Hisroshima, mon amour, la película de Resnais (con guion de la Duras) fundante de la Nouvelle Vague. Ahora, un burócrata del Deep State, Tony (Antoñito) Blinken, el que dio de comulgar a los medios la oblea de que la computadora de Hunter era «desinformación rusa», ha hecho como secretario de Estado la declaración que nos convierte a todos oficialmente en tontos del haba: – «La guerra nuclear no es peor que el cambio climático». Y la gente, al oírlo, se ha ido a ver Oppenheimer para saber cuántas pastillas de yodo hay que tomarse como antídoto del hongo nuclear. Y quien no tenga pastillas, allá él. «La muerte, sin frases», dijo el abate Sieyes al votar la muerte del rey.

Cuando Steiner trabajaba en The Economist tuvo que entrevistar en Princeton a Oppenheimer, y éste empezó diciendo que se negaba a creer que su secretario le hubiera concedido una cita, pero que disponían de tres minutos para hablar, pues tenía mejores cosas que hacer que ver a periodistas. –Luego soltó una andanada contra el periodismo, a la que repliqué: «Tal vez haríamos mejores artículos si usted se mostrase un poco más humano». En entrevista con Ronald A. Sharp, cuenta Steiner que fue luego a charlar al despacho del «mayor especialista americano en Platón», Cherniss, y apareció Oppenheimer con sus famosos andares y se sentó detrás. Es, dice Steiner, uno de los trucos más crueles y brillantes que hay: lo hace a uno el amo de la situación; las personas que no pueden verlo mientras les habla están totalmente indefensas, y Oppenheimer tenía un dominio increíble de estos trucos de histrión.

–Cherniss me explicaba cómo editaba un pasaje de Platón con una laguna, tratando de llenarla. Oppenheimer me preguntó qué haría yo con un pasaje así, y vacilé. «Es una completa estupidez», dijo él. «¡Un gran texto debe tener blancos!». Entonces perdí mi sangre fría: «Eso es el tópico más pomposo del mundo. Para empezar, es una cita de Mallarmé. El tipo de paradoja con que uno se puede entretener mientras guarda las vacas. Pero si se edita un texto de Platón para nosotros, seres corrientes, me encanta que se llenen las lagunas. Y la réplica de Oppenheimer fue soberbia: »No, lo que es de filosofía debe saber usted más que de poesía. Es la carencia implícita lo que estimula el debate«.

En tanto que burócrata del Deep State, Blinken se cree en posesión de un CI Oppenheimer, e incluso un candidato presidencial, Robert F. Kennedy, ha tenido que sacar a pasear el alegato del fiscal Jim Garrison (Kevin Costner en JFK): –Hasta que se deshaga el trabajo de los asesinos de Kennedy, los presidentes irán y vendrán, pero la maquinaria de guerra y sus extensos tentáculos de inteligencia seguirán. El asesinato redujo al presidente de  Estados Unidos a un funcionario transitorio, un servidor del conglomerado bélico. ¿Cambio climático o guerra nuclear?

Artículo publicado en el diario ABC de España

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