La hipotimia se apropia de la respuesta emocional de la sociedad a consecuencia de la pérdida de la identidad del ser solo por un clic👎🏻👍🏻. La hipotimia cubre a la sociedad con su manto inhibidor restringiendo y limitando el poder creativo e innovador de una sociedad. Para todo mal hay una cura y para la hipotimia el posliderazgo es la mejor.
Identidad del ser “seres vivos, seres conscientes, objetos materiales o similares”[1] se muestran en nuestras características y valores individuales que nos representan, y que son trasmitidas a través de la familia, la cultura, la religión o simplemente un grupo social. Actualmente la identidad personal se ha transformado en identidad digital; las plataformas sociales Facebook, TikTok, Instagram, etc. retan permanentemente nuestra identidad. Estímulos tecnológicos manipulan nuestra percepción de la realidad. Sin ser conscientes, los algoritmos cuestionan lo que somos y limitan nuestros verdaderos valores sociales.
El estímulo que recibimos se inicia en la vulnerabilidad de nuestra identidad, de nuestros datos, ya que los algoritmos utilizan nuestra información personal para estimular nuestros pensamientos y deseos. Con el título “La revolución digital necesita responsabilidad digital” el Instituto Max Planck de Innovación y Competencia[2] a través de la “Initiative Identity Valley[3]” desarrolla una digitalización basada en valores. Valores representados en una convivencia armónica entre el hombre y la máquina, que proteja nuestra identidad y la psicología emocional de la sociedad.
“La iniciativa crea un foro para empresarios, políticos, científicos y ciudadanos en Europa y quiere promover la confianza entre el hombre y la máquina en la era de la inteligencia artificial. Se trata de economía basada en valores, responsabilidad corporativa, una convivencia digna de hombre y máquina e identidad. La identidad digital, así como los productos y servicios que respetan y protegen las identidades, son un factor crítico de éxito para el futuro.”
Dietmar Harhoff, director del Instituto Max Planck de Innovación y Competencia
Aunque, por otro lado, la identidad del ser tiene un gran numero de significados que se vinculan con preguntas sobre nosotros, preguntas como ¿Qué soy? ¿Cuál es mi función social? ¿Cuál es mi rol en la vida? ¿Soy de un grupo o de otro, de un pensamiento político o de otro? ¿Qué me pasará cuando muera? En ocasiones algunas de estas preguntas son más abstrusas. Es en este punto de difícil comprensión donde nace el posliderazgo del ser que resguarda nuestra estabilidad emocional y nuestra identidad.
Desde el inicio de la humanidad la identidad siempre ha existido. En este artículo, se analiza la identidad desde la Política identitaria o política de identidad en una forma aclaratoria que nos ayude a entender el impacto de las transformaciones digitales y, además, la toxicidad de la infodemia que se presenta como un titiritero manipulando la identidad de aquellas personas con hipotimia propensas a identificarse con personas o grupo que manipulen su ser.
La identidad que pertenece al ser se afirma en su diferencia mientras que la identidad en la identificación con grupos sociales sólo puede afirmarse en la negación de la diferencia que también está implícita en esa identidad. En la “Fenomenología del espíritu”[4] Hegel nos permite entender la relación entre identidad e identificación, ambas se afirman a sí mismas como sujeto y predicado a la vez de sí mismas[5]. Ya sea negativo o positivo, lo cierto es que en los últimos años este vínculo se ha intensificado a consecuencia de las redes sociales. Usaré está relación en un sentido específico del posliderazgo que nos ayude a entender por qué es tan importante el resguardo de la identidad libre en la política contemporánea.
Sin duda alguna, en la actualidad la política de identidad está resurgiendo con fuerza, las tecnologías ayudan en la creación y globalización de nuevos grupos de identidad. Aquí podemos preguntarnos ¿Qué esta mal con ello? Si identificarse con un grupo o con otro es una decisión personal. En realidad, no tiene nada de malo pertenecer a un grupo u a otro, siempre y cuando se haga de forma natural, es decir, cuando no hay intenciones distintas detrás de la portada digital, cundo no hay una estrategia maliciosa de reclutamiento o captación de nuevos integrantes con un fin distinto.
Robert Garner en su libro “Introduction to Politics[6]”, señala que los grupos de identidad han logrado el establecimiento de derechos civiles. Sin embargo, Garner sostiene que las políticas de identidad tienen un lado negativo en la particular relevancia en el contexto de una crítica normativa del pluralismo en su propensión a fomentar divisiones y polarización extrema dentro de la sociedad, mientras que los lazos que nos unen se han perdido de vista.
“La política de identidad ha sido, al menos en parte, el producto de la globalización y el aumento de la migración que ha creado sociedades mucho más diversas culturalmente en Occidente. Ejemplos bien conocidos de políticas de identidad en acción son los movimientos #MeToo y Black Lives Matter.”
Garner, Robert. Ferdinand, Peter. Lawson, Stephanie. (2020. Pag.36)
Hasta cierto punto, los grupos de identidad han fragmentado la sociedad, aunque por otro lado las políticas identitarias están permitiendo reafirmar el valor y la dignidad de los grupos oprimidos. En este sentido, el posliderazgo corta los hilos del titiritero tecnológico con el fin de configurar una sociedad fundamentada en valores, donde la disrupción tecnológica se combina con la imaginación y creatividad de las personas con una identidad y dispuestas a dar valor a las ciudades del futuro.
[1] Olson, Eric. 2003. The Blackwell Guide to the Philosophy of Mind ‘Personal Identity’, en, editado por S. Stich y T. Warfield, Oxford: Blackwell.
[2] Harho, Dietmar. consultado abril 2021 ffhttps://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=https://www.ip.mpg.de/en/nc/the-institute/institute-news/identity-valley-digital-revolution-needs-digital-responsibility-a-german-initiative-for-a-valueba.html&prev=search&pto=aue
[3] NIDA-RÜMELIN. Julian. Consultado abril 2021. en https://identityvalley.org/de/
[4] F. Hegel, Georg Wilhelm. 2017 “Fenomenología del espíritu”. Fondo de Cultura Economica. México, Ciudad de México.
[5] Malabou, Catherine. 2004“The Future of Hegel: Plasticity, Temporality and Dialectic”. Edit. Routledge. New York, USA
[6] Garner, Robert. Ferdinand, Peter. Lawson, Stephanie. 2020. “Introduction to Politics”, Edi. Oxford. New York, USA (Pag. 36-37)