La primaria los hipersensibilizó. Los descalabró.

Basta asomarse a ver las informaciones que pueden circular después del 22 de octubre. Algo más de un mes, que es nada. Lanzan el referéndum del Esequibo, hacen su simulacro y todo lleva a pensar, sin cifras, que aquello no les resultó para nada como ellos pensaban, a pesar de la descomunal propaganda tan costosa. Todo apunta mal para diciembre. No serán los 10 millones de votos para mostrar. Encima, la popularidad del régimen en caída libre, o estancada en las bolsas CLAP.

Paralizaron, con el brazo jurídico, las elecciones rectorales en la Universidad de Carabobo. ¿Por qué sería? Le temen a los universitarios cantando victoria, del lado que estén. Esto a pesar de que, con el mismo reglamento ahora impedido, las permitieron lisas en la UCV. ¿Por qué sería? No conformes con eso, meten preso a un compañero de nuestro partido, Encuentro Ciudadano, por decir verdades inteligentes vía X, por el uso de la palabra, palabra crítica, palabra hiriente. Amenazan con judicializar a unos muy brillantes humoristas por un chigüire que no les luce nada gracioso a quienes detentan malamente el poder. La candidata dice que va a Carabobo, donde le abren las puertas los abogados en su colegio y vía TSJ, siempre dispuesto, cambian la directiva e imponen otra, olvidando el derecho a la libre asociación. A Marino Alvarado, el diligente defensor de derechos humanos de Provea, le tiran una persecución en un acto por el trabajo y los trabajadores en Yaracuy. Atacan más portales como el de La Gran Aldea. No quieren que circule información ni opinión libre. No quieren.

Pero, ¿qué significa todo esto? Imposible dejar de verlo en conjunto. Imposible dejar de verlo más allá, sumado a la supuesta negociación de Barbados. Digo supuesta porque es un tira y encoge descomunal. Rodeado de secretismo y de ambigüedades indecibles. Liberar a los presos políticos no lo han hecho. Soltaron unos muy significativos, como para mostrar alguna intención. Luego, siguen apresando y saltándose derechos humanos a diestra y siniestra. Todo parece indicar que no habrá el cese a la inhabilitación y las elecciones libres, verificables, con observación internacional, parecen también alejarse, según estas últimas nerviosas acciones. Barbados nos deja imberbes.

El nerviosismo se desata. La primaria los dejó locos y andan de carambola, sin rumbo, sin guía. Todo les escuece. Más intención de meter miedo es mayor muestra de sus debilidades. Poder quebrantado. Todo apunta mal para las presidenciales. Para las demás. Encima, tienen una fecha al final de mes para cumplir. Fecha con la que no lucen las intenciones para cumplir. Las sanciones los marcan. Con ellas justifican el descuido de los derechos laborales, la inclemente desatención de los servicios públicos, mientras derrochan los recursos en seguridad, propaganda y maquillaje, mucho maquillaje a la vista de todos, para que creamos, creen ellos.

Crispados andan. Por demasiadas razones. Todo les ha salido peor de lo peor que pensaban. La primaria los descalabró. Las sanciones siguen su presión. Y los venideros comicios no les deparan un futuro halagüeño, necesitan más acciones contrarias a los derechos humanos. El deseo de hacer ver con más énfasis quienes tienen el poder y quienes no tienen intención alguna de soltarlo, choca con toda la realidad nacional y los señalamientos internacionales. Por allí ronda también la Corte Penal Internacional. Queda a los opositores profundizar la lucha hasta lograr el supremo objetivo. Sólo en unidad y con el apoyo externo será posible, como se ha dicho hasta el cansancio, aunque algunos no terminen de entenderlo.


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