De acuerdo con el economista de la Universidad de Columbia Phillip Cagan, una hiperinflación es cuando los precios al consumidor (medidos por un índice de precios al consumidor) crecen a una tasa mensual de 50%. En efecto, siguiendo a Steve Hanke, el mejor especialista internacional en materia de hiperinflación, se han producido 56 episodios de hiperinflación en el mundo. En América Latina se han producido casos como el de Bolivia, en septiembre de 1985, cuando la tasa mensual de inflación alcanzó 183% al año, equivalente a una anual cerca de 60.000%; en Brasil, en marzo de 1990 alcanzó una tasa de inflación mensual de 82,4%.; en Perú, en agosto de 1987, cuando la tasa mensual de inflación llegó a 397%.
Antes del siglo XX los sistemas de papel moneda fueron poco comunes, y de hecho se implantaron para hacerle frente a circunstancias extraordinarias como revoluciones o guerras civiles. En tiempos normales, la tasa de inflación se mantenía en niveles muy bajos debido al nexo entre el dinero y la oferta de metales preciosos.
En el siglo XX, por el contrario, el dinero de curso forzoso se transformó en la regla y no en la excepción. Un efecto lateral fue la provocación de inflaciones o hiperinflaciones.
Una de las hiperinflaciones más terribles que recuerda la historia fue la ocurrida en Alemania en 1923 durante la conocida República de Weimar, régimen surgido después de la derrota de ese país en la I Guerra Mundial. El Tratado de Versalles le había impuesto unas cargas y obligaciones a Alemania dificilísimas de cumplir. Y la situación fiscal se agravó notablemente en ese año cuando los franceses ocuparon el Rurh, que era el corazón industrial de la nación germánica. Los alemanes responderían a la ocupación con la resistencia pasiva y huelgas laborales. El gobierno le pagó a los huelguistas tomando préstamos del Reichsbank (Banco Central de Alemania), hasta que finalmente esta situación explotó en una poderosa hiperinflación. ¡En un período de 15 meses los precios subieron 1 billón% en términos anuales!
En el cuadro de arriba exponemos la cantidad de elevadas inflaciones e hiperinflaciones que ha habido en América Latina.
La hiperinflación en Venezuela ha sido un fenómeno económico que se inició en noviembre de 2017, cuando se registró una inflación mensual de 56,7 % e interanual de 1.370 %; en ese período se anunció la creación del billete de 100.000 bolívares. Es considerada la peor hiperinflación en la historia americana. Durante el primer gobierno de Nicolás Maduro, la inflación acumulada entre los años 2013 y 2019 en el país fue de 5.395.536.286%.
Para el economista Steve Hanke todavía en diciembre de 2020 la hiperinflación continuaba a pesar de que la tasa de inflación acumulada había bajado a 7.072%. “Es imposible saber de cuánto será ni cuánto durará la hiperinflación en Venezuela. Yo mido la inflación, no la predigo”. El Banco Central ha procurado revelar durante tres años, desde 2016 hasta 2019, esta información a la ciudadanía; por su parte, la Asamblea Nacional (electa en el año 2015) de mayoría opositora ha entregado estas variables mes a mes y ha revelado que el mes con mayor inflación mensual fue septiembre de 2018 con 233,3% y para febrero de 2019 la hiperinflación interanual había alcanzado el alucinante ritmo de 2.295.981%. De acuerdo con el Informe de Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB correspondiente a octubre de 2023, la tasa anual de inflación para 2021 había sido de 686%. Para el año 2022, según estimaciones, bajaría a 234,1%, y ya para 2023 subiría de nuevo a 314% y finalmente en 2024 volvería a disminuir a 219,1%.
Bibliografía
ESTEVES ARRIA, José Tomás: Entrada: “Hiperinflación” en Diccionario Razonado de Economía, Caracas, 1996,
FERGUSSON, Adam: Cuando muere el dinero, Madrid, Alianza Editorial S.A.,1975.
Hiperinflación en Venezuela, en Wikipedia.
SACHS, Jeffrey y Felipe Larraín: Macroeconomía en la economía global, México, Prentice-Hall Hispanoamericana S.A, 1994.