OPINIÓN

Hay que salvar la primaria

por Gonzalo González Gonzalo González

Juntas Regionales de Primaria

El realismo político indicó la pertinencia de la primaria abierta como el método conveniente para elegir el candidato (a) presidencial de las fuerzas democráticas. La ausencia en el campo democrático de una figura reconocida por todos susceptible de generar consenso, así como las diferencias políticas, desconfianzas y enfrentamientos no resueltos; además de la necesidad de oxigenar a los partidos, a sus líderes y de recuperar la capacidad de representación del sentimiento de cambio fueron clave para acordar esa decisión.

La decisión de acudir a la primaria tuvo un primer avance cual fue la conformación de un amplio consenso en la designación de una comisión de primaria de solvencia política, ética, calidad profesional y compromiso sin discusión. De ese consenso participaron sectores que hace tiempo no coincidían, lo cual fue un progreso reseñable a escalar y profundizar.

La convocatoria a los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente (REP) a participar en la escogencia del candidato (a) democrático tiene el potencial de devenir en la construcción de una masa crítica socio-política unida y organizada con capacidad para ganar las presidenciales y ser el embrión de una potente coalición de poder.

La primaria abierta es una competencia cuyo resultado es vinculante con consecuencias legales porque se trata de elegir un candidato (a) presidencial con chance de ganar las elecciones. No es, y algunos parecieran olvidarlo, una consulta o un pronunciamiento ciudadano no vinculante y carente de efectos legales.

Su realización supone un esfuerzo financiero, organizativo, logístico y de seguridad importante. Se trata de crear las condiciones materiales de apoyo para que millones de ciudadanos puedan libremente y en un ambiente de seguridad movilizarse a expresar mediante el voto su opinión.

La primaria del 2012 resultó un éxito por el compromiso constructivo de partidos, sociedad civil organizada, el apoyo militante de parte de la ciudadanía y la  rectoría y gestión de la comisión de primaria de la época; también porque se usó la Plataforma Tecnológica del CNE y los centros educativos como sede de las mesas de votación. La cooperación del CNE no estuvo exenta de contratiempos, era lo esperable.

La actual comisión de primaria le solicitó al Poder Electoral su colaboración para poner a disposición de la primaria: la plataforma tecnológica para que el voto fuese automatizado, los centros de votación y la seguridad del evento.

En los sectores democráticos hay divergencias sobre la conveniencia de la inclusión del CNE en el proceso. Quienes apoyan esa inclusión lo hacen desde la convicción de que lo conveniente para garantizar viabilidad, eficiencia, pulcritud, fiabilidad y verificabilidad del proceso es hacerlo automatizado y ello solo es posible con esa cooperación. La opinión contraria duda del sistema y propone descartar la cooperación del CNE y volver al voto y escrutinio manual; posición que se ha reforzado con la sobrevenida inclusión en el paquete de cooperación ofrecido por el CNE del uso de captahuellas. Por supuesto, el régimen hará todo lo que pueda para complicar e impedir la primaria y estimular la discordia en el seno de las fuerzas democráticas.

La opción de no tener colaboración del CNE y hacer la primaria con el voto y el escrutinio manual supone disponer de recursos de diverso tipo para organizar el proceso: conseguir locales para centros de votación, contratar empresas para imprimir el numeroso material electoral, almacenarlo, transportarlo y garantizarle seguridad. Aun teniendo los recursos financieros para suplir esas necesidades queda pendiente el asunto de cuáles empresas se van a arriesgar a prestar esos servicios a la oposición en las presentes circunstancias.

Ante ese escenario los partidarios del voto manual no sugieren alternativas o propuestas concretas y viables sino que se limitan a contestar cuando se le requiere al respecto con consignas, vaguedades y frases voluntaristas teñidas de populismo por aquello de proponer opciones simples a asuntos complejos.

Esta divergencia de no saldarse a tiempo y constructivamente amenaza con abortar el proceso o desnaturalizarlo. Lujo que no podemos darnos. Lo importante para todos es conjurar los peligros señalados, fortalecer y despejar la ruta hacia la primaria. Para ello es necesario trabajar un acuerdo superador de las diferencias y respaldar a la Comisión de Primaria.