Cuando la psicología aun no tenía la buena prensa de hoy y los coachs motivacionales no habían conquistado el territorio de la asesoría personal, nuestros abuelos aconsejaban contar hasta 10 antes de tomar una decisión importante, luego de sufrir un shock, una rabieta o recibir alguna noticia desagradable.
Eso es lo que ha debido hacer el gobierno antes de convocar el referendo sobre el Esequibo, luego del shock del resultado de las elecciones primarias.
Se levantaron de la lona desconcertados, sin saber dónde quedaba su esquina y sacaron de la chistera una idea que puede terminar jugándoles una mala pasada, como la que le hizo la escoba encantada a Mickey Mouse en Fantasía, la sublime película de Disney, cuando interpretaba al Aprendiz de Brujo.
En efecto, si juzgamos por los resultados de la iniciativa y lo analizamos a precios de hoy, los beneficios han sido exiguos: estamos a poco más de un mes para la consulta y solo han logrado convocar a los mismos de siempre. Los pases VIP para los saraos que, de tanto en tanto, se convocan en Miraflores o en escenarios más dramáticos como la Sala Ríos Reyna del Teresa Carreño, no han tenido la demanda esperada. No hay una sola declaración de los aliados internacionales de Maduro que se sientan, aunque sea obligados, a dar una declaración diplomática de apoyo a la gesta reivindicativa. Más bien es el gobierno de Guyana el que puede exhibir como oropel solidaridades tan variopintas como las de Estados Unidos y el Caricom.
Tampoco podemos afirmar que el referendo se haya convertido en un detonante emocional del patriotismo. Entre otras cosas, porque el gobierno, en lugar de haber impulsado el tema luego de un gran debate nacional, recogiendo las opiniones de expertos de “verdad, verdad” y haber logrado cierto grado de consenso previo, lo lanza como respuesta a las primarias de manera atropellada, mostrando al país mayoritario que le adversa las costuras de la maniobra. Honestamente, para decirlo con las palabras de un excandidato a las primarias: “No se ve ambiente de referendo”
Otro error ha sido la fecha. ¿Cómo harán con la Navidad, las gaitas, las hallacas y ahora que hasta en las oficinas públicas dieron permiso para disfrazarse de Santa Claus? Ya Mariah Carey hizo su trabajo, dando el pistoletazo de salida. Faltan Guaco, Maracaibo 15 y los demás grupos gaiteros que calientan motores desde agosto.
¿Cómo van a subir “la cuesta de enero” con la gente limpia, después de que haya gastado los 20 dólares de “aguinaldo” en cuatro partes?
Van a tener que sacar muchos otros conejos de la chistera para atravesar el desierto hasta las elecciones.
Sin embargo, no se le puede arrear toda la caña al gobierno. Hay que decir que ha logrado interesar a una parte de la élite política e intelectual del país, como había que esperar, y han convertido el tema en un asiduo visitante de los chats en las redes sociales.
Incluso, es de agradecer que quienes somos legos en la materia hayamos podido escuchar enjundiosos análisis del tema. Nos hemos deleitado con opiniones como las de Kenneth Ramírez, Lauren Caballero, Eloy Torres, el general Faúndez y muchos otros expertos venezolanos. Gracias a ello, tenemos un mejor conocimiento del tema y del tamaño del disparate que nos están proponiendo.
Pero bien, no molestemos al adversario cuando se está equivocando, aunque mejor le hubiera valido a ellos y al país contar hasta 10 antes de meterse -y meternos- en este berenjenal al que, hoy por hoy, muy pocos le arriendan las ganancias.