“Unidos todos los venezolanos que amen a su país y sientan hondo el compromiso histórico de haber nacido en la misma tierra que dio a Bolívar y Sucre, debemos conquistar la libertad y recuperar la quebrantada dignidad de la patria”.
Rómulo Betancourt
La compleja transición en un país abordado y permeado por una hegemonía gansteril nos hace evidenciar las marcadas limitaciones que nos ofrece la literatura especializada en temas de transición, “entendida esta como el paso de un régimen político hacia otro” (O´ Donnell, G.; Schmitter, P., 2021), es una conclusión básica, una elementalidad, comprendida por una generación de brillantes estudiantes de la Universidad de Carabobo, en la escuela de Ciencias Políticas en dónde fui Director de Escuela y docente de política y sociedad de la información, materia en la cual escudriñamos el texto de O Donnell,G y Schmitter, P, es menester recordar que las transiciones no son procesos inmediatos, más cuando están atadas a un proceso electoral, en el cual el árbitro es un operador más de la hegemonía dominante.
Los pactos tienen limitaciones, sobre todo en la medida en la cual: “Los gobernantes salientes pueden estar tan desacreditados y en tal estado de desorganización quien no les sea posible negociar con sus sucesores. Ciertas presiones o reacciones anticipadas pueden obligar a los gobernantes autoritarios a dejar el poder sin negociar las garantías mutuas, de tal modo, el desenlace es incierto y dependerá de la lucha de facciones o de una contienda electoral previa… Los opositores asumen el riesgo de competir en estas condiciones o se convierten en victimas” (O´ Donnell, G; Schmitter,P, 2021)
Tal incertidumbre obedece al poder omnímodo de la hegemonía gobernante, la literatura de transiciones no contempla, en la clasificación de regímenes desviados en el poder, el concepto de gansterilidad entronizada en el poder, una forma de gobierno que emplea la colusión de las fuerzas de represión tradicional, con los vínculos asociados al crimen común, logrando este escalar en las esferas del poder, contra este monstruo informe nos debatimos en estos aciagos momentos de nuestra historia, esto ya no puede clasificarse como una kakocracia, como el régimen de los peores, es una gansterilidad desprestigiada, a la cual no le importa nada, solo permanecer en el poder, para perpetuar el latrocinio, que sí los define como cleptocracia abyecta, que ostenta el erario trocado en botín.
Nunca nadie con criterio mínimo, podría pensar que estos elementos, surgidos de las estériles discusiones del socialismo troglodita, aupado por nuestras universidades, alumnos sempiternos, repitientes de oficio, facinerosos hijos de la capucha incendiaria de los años ochenta y noventa, podrían entregar el poder, pese a que el desprestigio es masivo, la repulsa también, pero manejan unas instituciones derruidas por la carcoma de la miseria, de las bajezas y del nihilismo, trocado en distopía lúdica, que logró que una sociedad anestesiada, aplaudiese las payasadas de un gobernador, quien se cree salido de la obra de Bram Stocker, las imágenes caricaturizadas de un presidente quien se hace llamar Super Bigote y de una Primera Dama que también es una caricatura, para distraer mientras roban el erario nacional y se ven incursos en escándalos por tráfico de drogas – No olvidemos el caso de los hermanos Flores- ilustres herederos de la Primera Tía de la República, esta descripción digna de las páginas del Atlas de Cesare Lombroso, todos concuerdan en “el atavismo o agujero de Lombroso, esa cavidad hueca en la cual se urden atropellos y perversiones” (Lombroso, 2005), siendo delincuentes, no es de extrañar que una heredad cual la Julio Claudiana, se aferrase al poder, obligando al Consejo Nacional Electoral, presidido por el “doctor” Hidrobo Amoroso, a no publicar las actas ni los resultados después de setenta y dos horas en un ente que se precia de automático y absolutamente informatizado. ¿ Qué podía surgir de un otrora diputado, que plantease la pena de muerte para los opositores? Obviamente nada bueno, digno, plausible ni progresivo hacia el bien, puede nacer de un alma hueca, vaciada y llena de vilezas, que odia, desprecia, humilla y descalifica toda acción distinta a su pensamiento único y anquilosado en el mal.
Delirios en medio de esta campaña de la emocionalidad:
El candidato a la reelección manida, se presenta como un santo, salido de algún taller de imagenería española, como sí el gobierno anterior no estuviere presidido por él, jamás tanto descaro, prometió siete letras T, desde luego con la pústula de la economía, ciencia de la cual no sabe nada y no acepta ser asesorado, es una suerte de Calígula vuelto en sí, luego del vórtice esquizofrénico que lo hacía sentirse Zeus, Apolo, Diana, o cualquier deidad del panteón grecorromano, “Los días del gobierno de Calígula, llevaron al suicidio a la hija de Marco Antonio, su abuela” (Graves, 2014), obviamente, nosotros, los rehenes de este delirante sujeto, mimetizado con un gallo pinto, no podíamos quitarnos la vida, pero sí votar, porque Venezuela no es un palenque para una pelea de gallos, para retos callejeros y fanfarronerías de barrio.
¿En qué cabeza cabe que puede ser reelecto, quien destruyó la economía de un país próspero, nos defenestró a la antigualla de la hiperinflación, eliminó catorce ceros al Bolívar, destruyó el salario, arruinó a la educación y la salud, copto las naturales vías de comunicación, persiguió, asesinó y reprimió con sádica fruición a cientos de jóvenes? Sólo un loco puede reelegir este estado natural de las cosas, pero también los traidores, los vendidos, los cohabitantes mimetizados en empresarios del mal, votan por sostener estar malditas burbujas de la desigualdad, en donde se explanan toda suerte de perversiones, esas mismas que sufriera Lolia, una matrona romana obligada a pervertirse por la mente enferma de Tiberio, perversiones que le llevaron a quitarse la vida (Graves, 2014). Para los adláteres, enchufados y sanguijuelas del horror, quienes en videos que llenan las redes, celebran dando saltos la trampa que perpetuaría, por un sexenio más este horror, va esta sentencia: serán ustedes víctimas de sus propias acciones y devorados por esta pastosa inmundicia, así es la “vida”, la “vida” cobra, y nadie sale de esta “vida” sin pagar sus atrocidades; no en vano repetí la palabra vida, los valencianos de bien sabrán a cuál video y a qué vida me refiero.
El régimen decidió no pactar una transición pacífica con quienes se le oponían; por el contrario, asumió el suicidio, como bien lo decidiera Egeo, al ver las velas del bajel de su hijo Teseo de un hórrido color negro y sin percatarse del error del vencedor del Minotauro, decidió quitarse la vida (Hesiodo, 1919). En la historia, quien se siente perdido también opta por el suicidio, tal el caso de Cleopatra y Marco Antonio, en la batalla de Accio (Everitt, 2010), suicidarse es desconocer y ocultar resultados. ¿Hasta cuándo podrán contener la presión de Brasil y Estados Unidos? ¿Cuánto tiempo piensan que tendrán en paroxismo al país? Y a ustedes, lectores, la reflexión es a convertir la rabia en cosa viva y productiva, en sentimiento de racional descontento, que nos lleva a la exigencia de nuestros derechos bajo el marco de la paz, de la justicia y de la razón .Los mentirosos son ellos, los aviesos son ellos y los violentos son ellos, el régimen de Maduro está asediado por la evacuación de actas que dan cuenta del repudio de todos los venezolanos, hasta de sus militantes; luego pretenden amurallarse cual numantinos; no esperábamos ningún atisbo de decencia en sujetos expoliados del bien, con una ética deforme y una estética repugnante, pedirles sensatez es una tarea inoficiosa, “son ustedes como los manzanos de la dinastía Julio Claudiana: dan manzanas pequeñas y agrias” (Graves, 2014), en un ejercicio de tropo retórico, son una suerte de mata de mangos, que produce frutos pútridos y repugnantes.
Esta última reflexión les es muy distante, pero en mi rol de educador quiero no haberles advertido, pues producen conmiseración:
El concepto de pacto apareció ya al comienzo de nuestros estudios acerca de las posibles transiciones desde la dominación autoritaria, y fue más tarde reiterado en múltiples oportunidades. Solo el capítulo de Terry Karl sobre Venezuela se ocupa expresa y cabalmente de estos acuerdos, la reiteración de los pactos fue un rasgo importante de la transición española (Terry Karl & Smitter, 1986).
El régimen decide salir como mentiroso compulso, pero las pruebas de las actas son un tsunami inevitable, la espada de Damocles que pende de cada rector del CNE es implacable, pues hasta quienes supuestamente representaban a la democracia se prestaron para la patraña del 29 de julio de 2024. La historia calificará a Maduro como un mentiroso, cobarde, manipulador y torturador, una suerte de Idi Amin Dada, sin nacionalidad demostrada.
Paciencia, Resistencia, Persistencia y no desistir (Tzu, 2009)
X @carlosnanezr
IG @nanezc
Referencias
Everitt, a. (2010). Augustus the first Emperor. Nueva York: Random Hause.
Graves, R. (2014). Yo Claudio. Madrid: Alianza.
Hesiodo. (1919). Teogonía. Tordesillas: Editorial Tordesillas.
Lombroso, C. (2005). Atlas de criminología. México: Maxtor.
O´ Donnell, G; Schmitter,P. (2021). Transiciones desde un gobierno autoritario: Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas. Madrid: Prometeo ediciones.
Terry Karl, C. p., & Smitter, P. (1986). Transiciones desde un gobierno autoritario. Buenos Aires: Paidós.
Tzu, S. (2009). El arte de la guerra. Buenos Aires: Obelsco.