Este 28 de julio de 2024 es el Día D para las fuerzas democráticas unidas de Venezuela. Representa el inicio del fin del gobierno chavista–madurista (con injerencia cubana), después de 25 años ocupando Miraflores.
El 28J se llevará a cabo el proceso de elección del presidente de la República para el período 2025-2030 y significará la fecha del inicio del fin de este mandato antidemocrático, el cual deberá llegar a su final, de forma constitucional, el próximo 10 de enero cuando sea traspasado a las fuerzas democráticas legítimas.
Hasta el presente, la campaña electoral se puede resumir en un escenario de tres dimensiones beligerantes: la primera, el oficialismo, lleno de discursos de confrontación, violencia y manipulación argumental sobre la población; la segunda, las fuerzas democráticas, con discursos persuasivos y pacíficos que representan esperanza y optimismo para recuperar la libertad y la democracia; y el tercero, las insignificantes campañas de los 8 candidatos restantes que rozan en inoportunas e inútiles.
El activismo oficialista solo mantiene patrones sistemáticos de violencia y limitaciones contra la candidatura de Edmundo González Urrutia/María Corina Machado y quienes lo apoyan: detenciones arbitrarias por razones políticas a miembros de su equipo, desapariciones forzadas de corto plazo, violaciones de garantías del debido proceso; campañas estigmatizantes (“gallo pataruco”, “viejo decrépito”); represalias y sanciones tributarias del Seniat con cierre y clausura contra restaurantes y hoteles que han suministrado bienes o servicios al equipo de EGU/MCM; obstrucciones y cierres de accesos a autopistas; intimidación y suspensión de licencias de conducir a personas que trasladan al candidato de la unidad; decomiso de equipos de sonido; y sabotaje a los vehículos que usan en recorridos de campaña por el país.
Adicionalmente, se advierte en el candidato oficialista/presidente una serie de mezclas tóxicas de otras maniobras que contradicen su propuesta como la única garantía de paz: ventajismo, abuso de poder, promesas vacías, elementos circenses que incluyen abominables coreografías de baile en tarimas de pocas asistencias de personas (muchas obligadas o amenazadas) y alarmantes declaraciones de odio y violencia que vaticinan “un baño de sangre” o “una guerra civil”, así como la desacreditación al trabajo de los medios y las agencias internacionales de noticias (CNN, Reuters, EFE, AFP y AP).
Por el contrario, el activismo de las fuerzas democráticas de la unidad, bajo el liderazgo de María Corina Machado, se encuentra en la dirección correcta ya que mantiene su foco en el cabal cumplimiento del marco legal. La narrativa proselitista del candidato Edmundo González Urrutia ha girado sobre la reconstrucción democrática del país a través de la transición política pacífica y el diálogo inclusivo, el regreso de millones de migrantes, la recuperación del modelo económico y social para recuperar el salario digno y reducir la pobreza, y el respeto y garantía de los derechos humanos.
Los indicadores de tendencias de aprobación de estas ofertas del oficialismo y de las fuerzas democráticas proyectan que la primera (madurismo-chavismo) no ha logrado superar más de 25% del electorado, en cambio, la segunda (fuerzas democráticas de la unidad) casi triplica al oficialismo (60%) en la mayoría de las encuestas transparentes y objetivas.
Por eso, el objetivo del 28J consiste en derrotar y erradicar el régimen represivo para reemplazarlo por uno democrático y poder vivir nuestro futuro en libertad. Es el día más importante de todos los tiempos contemporáneos para Venezuela y las fuerzas políticas democráticas de la unidad.
Por ello, resulta oportuno recordar que la frase “Hasta el Final” de MCM, había sido pronunciada por Winston Churchill en su discurso del 4 de junio de 1940 ante la Cámara de los Comunes: “Lucharemos en las playas” (We shall fight on the beaches), cuando hizo referencia a eventos evidentemente dramáticos, como la repatriación de las tropas británicas de las playas de Dunquerque (Francia) durante la Operación Dinamo (que el propio Churchill calificó como “un milagro”) o la posible invasión nazi de Gran Bretaña.
En ese extraordinario discurso, Winston Churchill insistió, a pesar de la gravedad de los acontecimientos presentes, en el advenimiento de la victoria final y aseguró que el pueblo británico jamás se rendiría con la ya famosa expresión “we shall never surrender” (nunca nos rendiremos). Por supuesto, se trata de uno de los discursos más famosos de Winston Churchill y de la historia del parlamentarismo británico:
“A pesar de que grandes extensiones de Europa y muchos Estados antiguos y famosos han caído o pueden caer en las garras de la Gestapo y de todos los aparatos odiosos de la dominación nazi, no debemos flaquear ni fracasar. Continuaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y cada vez más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos, e incluso si, lo cual no creo por un momento, esta isla o una gran parte de ella fuese subyugada y muriera de hambre, nuestro Imperio más allá de los mares, armado y custodiado por la Flota Británica, continuaría la lucha, hasta que, con la intercesión de Dios, el Nuevo Mundo, con todo su poder y fuerza, saliera al rescate y la liberación del viejo”.
Venezolanos, continuaremos hasta el final con María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Con la intercesión de Dios, con todo su poder y fuerza. Nunca nos rendiremos.