Hoy me siento avergonzada de ser dominicana. Es uno de los seis países que dan vergüenza ante el mundo por tener una ley que prohíbe todo tipo de aborto. Estamos luchando para que, por lo menos, se acepten tres causales en el Código Penal, cuando haya un embarazo que reúna estas tres situaciones:
- Representa un riesgo para la vida de la mujer. O sea, de cualquier forma la mujer puede morir, y es posible que no se termine su embarazo y el feto muera con ella. Esto le pasó a mi madre, que por muchos embarazos seguidos y pérdidas, desarrolló un problema cardiaco que acabó con su vida a los 52 años. Somos cinco hermanas. En el sexto embarazo, el ginecólogo le explicó a mi papá que su condición cardiaca le impedía llegar al cuarto mes, y que ambos morirían. Valientemente, mi papá le pidió impedir el embarazo. Eso no se puede hacer hoy y mi mamá estaría destinada a morir, junto a mi futuro hermano. Si el médico impide la continuación del embarazo sería condenado a 20 años de prisión, según la ley que se pretende aprobar.
- Sea fruto de una violación o incesto: esta ley pretende que niñas y mujeres adultas terminen un embarazo, aun siendo producto de una violación o incesto. Ahora mismo, una niña de nueve años está siendo obligada a tener el hijo, tras la violación de su padre. No es solo una, sino miles las que viven esto cada día en República Dominicana.
- Existan malformaciones fetales incompatibles con la vida: esto es el colmo de la crueldad y la tortura contra las mujeres. En este caso, el feto no tiene futuro, porque fuera del útero se muere. La madre se expone a que se pudra dentro del vientre, y ella también muera por una enorme infección. Esto es un vil asesinato.
En República Dominicana se penaliza la interrupción voluntaria del embarazo en cualquier circunstancia. De 195 países, solo 6 en el mundo penalizan el aborto en cualquier causal. Tuvimos el honor de que el ilustre lingüista y filósofo Noam Chomsky se pronunciara sobre la importancia de aprobar las 3 causales para los derechos de las mujeres dominicanas.
Ahora mismo, un grupo de mujeres abrieron un campamento frente al Palacio Nacional, para exigir al presidente de la República, Luis Abinader, que esta ley asesina no sea aprobada por los diputados y el Senado.
Pido ayuda al mundo. Basta ya de abusos contra la mujer. Basta de que los gobiernos, casi siempre representados por hombres, y con la ayuda de la Iglesia Católica, sean quienes legislen en este sentido.
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