El pasado 30 de diciembre, la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional electa en 2015 aprobó, en segunda discusión, el proyecto de reforma de la Ley del Estatuto de la Transición, con el objeto de poner fin al gobierno interino presidido por el diputado Juan Guaidó, quien funge como presidente encargado de la República con fundamento en los artículos 233 y 333 de la Constitución de 1999; y, de acuerdo con las disposiciones constitucionales, al haber recibido el proyecto las dos discusiones reglamentarias, y votado favorablemente, deberá ser publicado en los siguientes días, para su entrada en vigencia.
Durante el debate del proyecto, un diputado -de cuyo nombre prefiero no acordarme- al carecer de argumentos jurídicos para defender la propuesta de reforma legislativa que se discutía , textualmente expresó:
«No es verdad que el artículo 233 cree un Gobierno Encargado, y no es verdad aunque lo digan científicos de la NASA o aunque venga el mismísimo Juan Germán Roscio resucitado a vendernos esa tesis, porque esos juristas connotados le dan la razón al adagio latino que dice que la corrupción de lo mejor es lo peor, porque esos juristas, en su fuero interior, mis amigos, mis profesores, saben que están mintiendo, que están torciendo la razón jurídica, que están vilmente prestándose a una manipulación de la opinión pública para proteger un estatus (sic) quo, unos intereses políticos».
Ante un hecho consumado, como ha sido la inconstitucional eliminación del gobierno interino, vale poco seguir advirtiendo sobre el proceder de los legisladores, pues previamente el Bloque Constitucional de Venezuela y otras instituciones, así como los mejores conocedores del derecho constitucional, expusieron con toda claridad los sólidos argumentos que sostenían y sostienen la legitimidad de la estructura creada en 2019, entre ellos Román Duque Corredor, quien había dicho tiempo atrás:
“ ( … ) ese mandato del Gobierno provisional culminará con la juramentación del nuevo presidente electo en las elecciones libres y competitivas convocadas y organizadas por el Poder Electoral bajo todas las garantías, para dar lugar a la culminación del período presidencial 2019-2025”.
Por su parte, Allan Brewer-Carías había expresado:
“ ( … ) la existencia del estatus de presidente encargado de la República precede y es independiente del Estatuto de Transición; no fue creado por la Asamblea Nacional ni esta puede eliminarlo, de manera que la Asamblea no puede eliminar el gobierno Interino que es la consecuencia de la existencia de un presidente encargado”.
Estas voces no fueron escuchadas aunque sí vilipendiadas por el desafortunado diputado.
“Venceréis, pero no convenceréis” es una famosa cita atribuida a don Miguel de Unamuno, supuestamente pronunciada el 12 de octubre de 1936 -en plena Guerra Civil española- en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, durante una ceremonia en la que se celebraba el “Día de la Raza”, en un nuevo aniversario del descubrimiento de América.
Se dice que la frase iba dirigida al viejo general José Millán-Astray, uno de los cabecillas del Movimiento Nacional, legendario fundador de la Legión Española y héroe de guerra en África, quien había interrumpido al ilustre rector gritando “¡Muera la inteligencia!” y “¡Viva la muerte!”.
Hoy, y guardando las distancias, se ha repetido -en Venezuela- la escena salmantina al resolver una mayoría parlamentaria a trancas y barrancas la destrucción de la estructura que sostenía al presidente encargado, mientras un oscuro y desconocido diputado se creía lucir ante sus colegas pronunciando injurias contra quienes disentían de su modo de interpretar el derecho.
Han vencido, obviamente, pero no han convencido.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional