En tiempos de desolación, no hacer mudanza, escribió Iñigo de Loyola, fundador de la compañía de Jesús. Ciertamente que se han quedado atrás los que pronosticaban tiempos de incertidumbre, o aquellos que nos relatan, a veces con placer morboso los entornos VICA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) que parecen caracterizar a la época actual. En realidad, es un análisis que se crea a partir de la nueva situación después de la caída del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética.

Hoy, el ciudadano se preocupa por el cambio climático, esforzándose por ejemplo en eliminar el plástico lo más posible, teniendo en cuenta su presencia constante en todas las actividades comerciales y cotidianas. También el cambio climático que ha generado olas de calor importantes en muchas latitudes del planeta es objeto de su reflexión. Se pregunta si será posible que con el esfuerzo ciudadano, y la actitud más responsable de los gobiernos , se pueda generar para las futuras generaciones un mundo más amable o al menos subsistente, teniendo en cuenta los agoreros que presagian la autodestrucción, esencialmente motivada por la combinación de la densidad de población y el uso irresponsable de los recursos del planeta, incluyendo el agua, probablemente el más importante y que en el futuro será,  según se aventura, cada vez más objeto de enfrentamientos entre los países.

Se habla continuamente de los entornos de incertidumbre, de las dificultades de las que la pandemia ha sido un ejemplo especialmente doloroso y que ha puesto de manifiesto nuestra debilidad, más acusada cuanto más débiles han sido los sistemas de salud y sanitarios .

Y cuando estas preocupaciones más racionales recorrían los continentes, generando progresivamente mayor apoyo ciudadano, han aparecido dos conflictos bélicos que incluso amenazan la paz mundial. Más de un año lleva la guerra de Ucrania, generada por la invasión rusa de este territorio antaño, e históricamente, perteneciente a Rusia.

Como era de prever, la guerra del este de Europa, que ha supuesto una división del territorio del viejo continente, mantiene sus frentes bélicos sin apenas variación y amenaza, como algunos analistas ya previeron en su inicio, con convertirse en una nueva versión de la guerra de Corea, con el frente estabilizado en el paralelo 38.

El sorprendente ataque de Hamás a Israel, que ha supuesto ya más de mil fallecidos, algunos con una crueldad sin límites, está generando transgresiones de los convenios internacionales sobre crímenes de guerra por ambas partes y estableciendo tensiones de gran calibre en el seno de la Unión Europea y en el mundo.

Conflicto con difícil solución a pesar de las numerosas resoluciones de Naciones Unidas desde la fundación del Estado de Israel, pero para acercarnos a entender el problema podemos reflexionar sobre lo declarado por israelitas de influencia mundial como Daniel Barenboim, que ha fundado orquestas con participación de músicos palestinos e israelíes y Harari que una vez más ha acertado preguntándose: “En realidad no sé dónde estaba nuestro Estado”, haciéndose eco del desconcierto de muchos israelíes, sorprendidos por el ataque de Hamás, después de años donde su Estado alardeaba de su superioridad en tecnología e inteligencia militar. Y terminó el escritor la reflexión señalando: “Nos abandonaron”, añadiendo con amargura “Estaban en Twitter. Ahí es donde estaban”. (Harari, 2023)

Mientras los conflictos continúan, los ciudadanos aguardan esperanzados a su finalización y a que podamos enfocar nuestros esfuerzos a otros temas que permitan que los servicios públicos funcionen mejor y hagan la vida ciudadana más agradable. Con funcionarios más capacitados seguramente caminamos en la senda acertada.

Algunas actividades civiles continúan como la reunión de directores de Escuelas de Administración (DISPA) que se celebra estos días en Alcalá de Henares (Madrid) , en la que participa el CLAD donde va a presentar algunos resultados de las actividades de capacitación por parte de las Escuelas latinoamericanas. Entre ellos la apuesta por la educación en valores: cultivar valores éticos y habilidades interpersonales esenciales para un servicio público eficaz y responsable. Por ello, es necesario insistir en aquello que tiene que ver con la libertad, la justicia, la fraternidad y, en fin, con lo que llamamos comúnmente valores.

Los gráficos que a continuación registramos pueden ser un ejemplo de actividades positivas de los Estados.

Fuente: CLAD. Índice de Gobernanza Iberoamericano, 2023
Fuente: CLAD. Índice de Gobernanza Iberoamericano, 2023

Es importante la capacitación de los funcionarios y especialmente en estas materias de gobierno electrónico, pues son el vehículo imprescindible de la prestación de los servicios públicos eficaces. La acusada digitalización de los países europeos y algunos orientales de espectacular crecimiento económico, supone un factor determinante del desarrollo y como se ha señalado, “la digitalización del sector público ha contribuido a mejorar la calidad de vida y agilizar la interacción entre la Administración y los ciudadanos. (Campos Ríos, 2023)


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