Foto: Cortesía Fort Lauderdale Police
Con sumo dolor he tenido que conocer, desde una relativa cercanía, la ocurrencia de dos colapsos de estructuras de ingeniería, cada una para distinto uso y de manejo de tecnologías de diseño y construcción; ambos con consecuencias fatales. El puente peatonal colapsado en marzo de 2018, sobre la calle Flagler y 109 avenida en Sweetwater, así como el reciente colapso de la Torre Champlain en Surfside, Miami Beach, en el mismo condado de Miami Dade de Florida.
Expuse, como uno de los oradores en el acto del 5 de julio en Doral, Florida, la problemática de ausencia de respaldo a las actuaciones públicas correctas de los buenos servidores. A la indispensable unión de conocimientos, coraje y auténtica trayectoria profesional de servicio ciudadano, de cualesquiera de nosotros que hayamos cumplido responsabilidades. De buenos parlamentarios como fue Paciano Padrón, por ejemplo, según opiné y opino, quien me antecedió en la palabra en dicho acto por cierto. Como ingeniero ucevista, con experiencia y formación académica económica, política y de gobierno, dentro y fuera de Venezuela, siempre he sentido la necesidad del trabajo en equipo para «vencer las sombras» de las dificultades ante casos exigentes, y con visos de corruptelas que empañan la transparencia para el entendimiento y el encuentro de las soluciones a los problemas.
Algo debe estar alertándonos nuestras grietas como el hampa,y ante los terribles hechos, no solo sobre específicas y pertinentes investigaciones técnicas que se desprenden como indispensables actuaciones para determinar las causas, responsabilidades y futuras acciones de prevención de nuevas ocurrencias de tragedias; sino sobre la filosofía de formación de los individuos, los valores y principios, la ética de los profesionales para afrontar los retos del continuo desarrollo socioeconómico.
¿Como operan las fuerzas que deben ser equilibradas para lograr la estabilidad de una estructura, de un sistema? Las grietas que se hacen evidentes en tales estructuras o sistemas algo nos avisan, algo nos dicen con su aparición de la ocurrencia de algún tipo de alteración en el estado de normalidad o equilibrio, previamente asumido para el diseño y la construcción de dicho sistema de estabilidad de una estructura confiable para resistir y manejar dichas fuerzas operantes, y para que se pueda desenvolver nuestra vida cotidiana sin las consecuencias de tan alta factura. Así podríamos alertar también sobre la facilidad con la que se hacen difusión de videos conclusivos de causas que apenas se están investigando, o las irresponsables formas de manejo de información frente a los directo deudos de los fallecidos para comercializar tan terrible hecho mediante usos comerciales o de propaganda.
La ciencia política, al igual que otras áreas del conocimiento, también nos permitiría detectar por medio de otro tipo de observación, de otros tipos de grietas en cada sistema político de una sociedad o nación la fatiga, y por tanto inminente colapso de las estructuras que soportan a un gobierno. En Venezuela la realidad del hampa que gobierna zonas en las principales ciudades y las guerrillas de las FARC y del ELN que así lo hace en al menos la mitad de los estados de nuestro territorio. Un gobierno virtualmente caído, pero aún dolorosamente sostenido básicamente en el miedo de una población sometida a la represión, y más aún huérfana de una conducción política capaz de unirse para llevarla a una calle sin retorno ¡hasta que caiga la tiranía! Las elecciones justas y democráticas se engendran desde allí, y no al revés. No.
A partir del estudio, la observación científica y mediante pruebas de laboratorio, pruebas en modelos o prototipos, además de la propia experiencia histórica a escala real y en situaciones extremas, el hombre ha podido ir desarrollando nuevas tecnologías constructivas, materiales y equipos de construcción que le han permitido continuar innovando y desarrollando, desde el campo del diseño y de la ejecución, majestuosas obras de ingeniería. Tales sistemas o estructuras sin embargo deben mantenerse y operarse bajo rigurosas normas e inspecciones regulares para realizar los ajustes o mantenimientos indispensables en el tiempo. Pero el error humano existe, y es menester reconocer nuestras fallas antes que ninguna otra.
Ofrecer dirigir soluciones, que las más de las veces exigen altas cuotas de sacrificio y madurez personal para lograr un objetivo tan extraordinario como la liberación de una nación, en un tiempo histórico sólo reservado a los talentos más desarrollados y de descomunal coraje, implica saber convocar a los expertos, a los talentosos, a los corajudos y leales, cuando se trata de política. Tamaña tarea implica, así mismo, entender la diferencia entre negociar para pactar en función del interés superior de una nación, o el hacerlo por presiones de otros actores que pretenden nuevamente cohabitar en el usufructo de una plataforma de constantes inestabilidades. Estructuras que de tanto en tanto continuarán produciendo colapsos y muertes, seguramente entre los sectores más vulnerables del sistema país al que se le traiciona, cuando no se procura el manejo del conocimiento para el manejo de las fuerzas actuantes, para lograr la solución de equilibrios necesarios, como en cualquier estructura donde hay la atracción de la gravedad.
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