OPINIÓN

Gordura y corrupción

por César Tinoco César Tinoco

En 1991, Marc Abrahams creó los premios Ig-Nobel (del inglés «ignoble», es decir, innoble, despreciable) para “honrar” a científicos, instituciones, hombres públicos y hasta ilustres desconocidos por su contribución a las investigaciones “que no pueden ser reproducidas o no deberían serlo” y para reconocer los logros de aquellos científicos que “primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar”.

Abrahams es graduado en matemáticas aplicadas en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard y editor de Annals of Improbable Research (AIR), una revista de humor y parodia científica, rival de la más antigua Journal of Irreproducible Results (JIR), de la que fue editor entre 1990 y 1994.

Sin embargo y de acuerdo con Yves Gingras y Lionel Vécrin, los premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel («Les prix IG-Nobel», Actes de la recherche en sciences sociales, Nº. 141-142, 2002, pp. 66-71, en dialnet.unirioja.es). El caso es que con los premios, pero fundamentalmente con la sátira involucrada, se denuncia y resalta, pero en debida forma, aquello que se aparta de los cánones de la ciencia.

Los premios se entregan religiosamente en septiembre de cada año, en una ceremonia de gala en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard, 1.100 espectadores espléndidamente excéntricos ven a los nuevos ganadores dar un paso adelante para aceptar sus premios. Estos les son entregados físicamente por premios Nobel genuinos.

La trigésimo primera ceremonia anual del Premio Ig Nobel se llevó a cabo el pasado jueves 9 de septiembre de 2021. Debido a la pandemia de covid-19, la ceremonia se llevó a cabo completamente en línea. Siempre se entregan 10 premios y en esta oportunidad lo fueron en Biología, Ecología, Química, Medicina, Paz, Física, Cinética, Entomología, Transporte y Economía.

El de Economía se otorgó a Pavlo Blavatskyy (con dos yy), por su trabajo titulado  “La obesidad de los políticos y la corrupción en los países postsoviéticos” (Blavatskyy PR. Obesity of politicians and corruption in Ukraine in 2000–2020. Econ Transit Institut Change. 2021; 29:361–365).

Pavlo Blavatskyy es profesor de Economía en Montpellier Business School (Francia). Anteriormente trabajó como profesor de Economía en la Escuela de Administración y Gobernanza de la Universidad de Murdoch (Australia) y como profesor de Economía Experimental en el Instituto de Finanzas Públicas de la Universidad de Innsbruck (Austria), así como como profesor asistente en el Instituto de Investigación Empírica en Economía de la Universidad de Zurich (Suiza). Recibió un Ph.D. en Economía de CERGE-EI, Universidad Charles de Praga (República Checa) y un M.Phil. en Economía de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Sus principales intereses de investigación son la toma de decisiones bajo riesgo e incertidumbre, elección probabilística y elección intertemporal.

El marco teórico de Blavatskyy es simple. Se apoya en dos trabajos. El primero es el de Köbis et al. (Köbis, N. C., van Prooijen, J.-W., Righetti, F., & Van Lange, P. A. M. (2015), “Who doesn’t?” – The impact of descriptive norms on corruption, PLoS One, 10(6), e0131830). El segundo es el de Wang y Yan (Wang, P., & Yan, X. (2019), Bureaucratic slack in China: The anti-corruption campaign and the decline of patronage networks in developing local economies, The China Quarterly, 1–24).

Tales trabajos sugieren que una forma común de cabildeo y corrupción es invitar a los funcionarios gubernamentales a celebrar banquetes con un consumo excesivo de alimentos y bebidas. Y por supuesto, los políticos corruptos que frecuentan tales banquetes están expuestos al riesgo de ganar peso adicional. De este modo, esta «teoría hedónica de la corrupción» postula la existencia de una correlación positiva entre la mediana del índice de masa corporal (IMC) de los funcionarios públicos y el nivel de corrupción política en la sociedad. Correlación positiva aquí significa que mientras mayor es el IMC, entonces mayor es la corrupción y viceversa. El IMC se calcula con la siguiente formulación: el peso (en kilos) dividido por el cuadrado de la altura (en metros).

Blavatskyy recolectó 469 imágenes de rostros frontales de ministros del gabinete ucranianos que estuvieron en el cargo entre 2000-2020. La mayoría de las imágenes se descargaron de dos bancos de fotos (photo.ukrin form.ua y photo.unian.ua). Las fotos faltantes se obtuvieron de los portales de los medios locales de Ucrania. Para cada imagen del conjunto, el IMC del ministro se estimó utilizando el algoritmo de visión por computadora de Kocabey et al. (Kocabey, E., Camurcu, M., Ofli, F., Aytar, Y., Marin, J., Torralba, A., & Weber, I. (2017), Face-to-BMI: Using computer vision to infer body mass index on social media. From Proceedings of the International AAAI Conference on Web and Social Media (ICWSM), Montreal, Canada. AAAI Press).

En cuanto a las métricas de corrupción, Blavatskyy utilizó dos. Por un lado, la serie de tiempo del indicador de gobernanza mundial del Banco Mundial «Control de la corrupción» para Ucrania entre 2000 y 2019 y por el otro, la diferencia entre las dos series de tiempo de la cantidad de relojes de pulsera suizos de lujo exportados por Suiza hacia Ucrania según Suiza y la cantidad de relojes de pulsera suizos de lujo importados desde Suiza a Ucrania según Ucrania. Blavatskyy se apoya en Lan y Li quienes argumentan que tales relojes son un medio popular para transacciones corruptas (Lan, X., & Li, W. (2018). Swiss watch cycles: Evidence of corruption during leadership transition in China. Journal of Comparative Economics, 46(4), 1234–1252).

Así y utilizando la correlación de Pearson, Blavatskyy encontró que la serie de tiempo de la mediana del IMC así estimado de los ministros del gabinete, se correlaciona en el tiempo -y de la manera esperada- con las dos medidas de corrupción utilizadas.

Por si es el caso y le quieren «echar un ojito” y conocer los detalles, el trabajo de Blavatskyy lo pueden ubicar en https://doi.org/10.1111/ecot.12272.