El domingo culminó, con más pena que “gloria”, el cónclave de la izquierda gubernamental latinoamericana fundado a comienzos de los años noventa de la pasada centuria por el extinto tirano caribeño de la ínsula barataria cubana Fidel Castro Ruz y el corrupto hoy presidiario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Sin la vergonzosa presencia del “buque insignia” francés, mercenario de causas perdidas, Ignacio Ramonet, ni el cineasta de la narrativa de la infamia y legendario lobista palaciego de la bolivariana revolución Danny Glover. Tampoco se le vio la cara al autor del preámbulo de la más violada de las Constituciones que la especie humana se ha dado para sí desde el Código de Hamurabi hasta el presente, Gustavo Pereira. Quién lo iba a imaginar: de entre más de 800 “foristas” paulistas que vinieron a comer y a beber de lo lindo a costa del erario venezolano, solo se oyó, por Radio Nacional de Venezuela, la emisora de la propaganda ideológica del PSUV, al intelectual orgánico de la izquierda jurásica caraqueña, Luis Britto García, exclamando frases hueras sobre el llamado “bloqueo” imperialista a la colonia penitenciaria en que ha convertido el chavismo a este inmenso peladero de chivo que los socialistas y comunistas chavistas insisten en llamar Venezuela.
En los cuatro días con sus noches de onanismo intelectual que duraron las “discusiones” y “deliberaciones” rigurosamente vigiladas por agentes de contrainteligencia para que ninguna “oveja negra” osara disentir del rebaño filotiránico, la nomenklatura de la vanguardia emancipadora se cuidó con especial esmero de condenar con enérgica fruición el Informe Bachelet y cuidar que las “conclusiones” del foro dijeran que en Venezuela se respetan escrupulosamente los derechos humanos, que en el socialismo no se tortura a los presos políticos y que los casos del concejal Fernando Albán y el del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo recientemente asesinado son “casos aislados” de la Venezuela potencia en respeto a los derechos humanos.
En fin, culminó una reunión de la izquierda de derecha del continente latinoamericano que vino de picnic a presenciar las hermosas refriegas en la Cota 905, encabezadas por las bandas armadas del Coqui y el Vampi, que causaron un lamentable resultado de un funcionario muerto y, hasta donde se sabe, cuatro agentes del orden público heridos, unos de gravedad.
Obviamente, en las “mesas de trabajo” del foro no se tocó ni este gravísimo tema de la inseguridad ciudadana ni la insoportable y compleja emergencia humanitaria que tiene a todo un país al borde de la muerte por hambre y por ausencia de medicamentos.
Naturalmente, el país decente, pacífico, civilizado y civilista, los venezolanos que estudian y trabajan para sobrevivir en medio de la hecatombe económica y la catástrofe social que se abate sobre la familia nacional, obviamente hacemos votos porque más nunca se vuelva a repetir esta nefasta experiencia en Caracas de la izquierda autoritaria y filotiránica latinoamericana.
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