A un mes de las elecciones generales en España, los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo pasado, que ganó ampliamente el Partido Popular, al igual que todas las encuestas efectuadas por firmas privadas, anuncian el triunfo del PP.
Se espera un cambio sustancial en la política exterior de España hacia Latinoamérica. El presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo, ha expresado: “Latinoamérica será mi prioridad en política internacional», “España tiene que ser el puente fundamental entre Europa y América Latina” y “siempre estaré cerca de quienes luchan por la libertad y lejos de los que la amenazan y la conculcan”. Esta visión deberá concretarse en la política exterior de su futuro gobierno.
En los últimos cinco años, bajo el gobierno que preside Pedro Sánchez del PSOE, la política exterior con Latinoamérica ha priorizado mantener al mismo nivel las relaciones diplomáticas y de cooperación con todos los gobiernos latinoamericanos, sean estos respetuosos de los principios y prácticas democráticas, o por el contrario, que no lo sean y más bien los violen. Esto, a costa de callar ante las violaciones de los derechos humanos, documentadas por la CIDH de la OEA, por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y por ONG privadas.
Si un país no diferencia en su trato a los gobiernos democráticos, con relación a los autoritarios o totalitarios, provoca en los latinoamericanos un rechazo hacia su política exterior y por consiguiente, disminuye su capacidad de influir.
Algunas prácticas diplomáticas actuales podrían cambiar, para reflejar la nueva visión, priorizando el trato a los gobiernos democráticos, en el nivel de las relaciones diplomáticas, en las reuniones de alto nivel y las visitas oficiales o de Estado, en la canalización de la generosa cooperación española y en la influencia en la política exterior de la Unión Europea, para que las resoluciones del Parlamento Europeo, cargadas de buena voluntad, se traduzcan en acciones diplomáticas, a diferencia de lo que ocurre actualmente, porque el encargado español de la política exterior de la UE sigue las mismas prioridades de la política exterior hacia Latinoamérica del actual gobierno de España.
Una política exterior coherente con los principios democráticos permitiría enviar un mensaje claro e inequívoco a los ciudadanos latinoamericanos y a los gobiernos de Norteamérica, de Europa y del mundo, que España defiende la libertad y la democracia y rechaza los gobiernos autoritarios o totalitarios.
El Partido Conservador (PC) ha sido partido hermano del Partido Popular (PP) por décadas; les deseamos que triunfen en las próximas elecciones generales, convencidos de que traerá cambios positivos para la libertad y la democracia en Latinoamérica.
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El autor es presidente de honor del Partido Conservador (PC) de Nicaragua.