Antes de inmergir en cualquier asunto, sea complejo o pueril, siempre sé que debo esperar consecuencias. La vida es oceánica, temible por su imponencia. Ya no podremos preguntarle a los vertebrados y primogénitos «tetrápodos» (1) cómo lograron evolucionar para subsistir tanto en ambientes líquidos como terrestres y aéreos.
Empero, los océanos estarán hasta cuando sea preciso sepultar el planeta donde el odio es la reina y la concordia reyezuelo sometido al goce de que le ofrece la serpiente. Permiten que navegues la superficialidad de la belleza a veces azul, otras verde: en sus aguas tu paciencia es presidio.
Zenón (2) reflexionó sobre la conducta de los seres humanos ante circunstancias que, al cabo, todas insignificantes. A mi juicio, el amor, poder, bienes de fortunas la miseria y muerte con momentaneidad e infinitamente nada.
En distintas ciudades de varios países, muchas veces me senté en plazas en busca de quiescencia y miré pasar a los filósofos griegos pero igual a indigentes desconocidos. Algunos se detuvieron frente a mí sin permiso, hablándome en idiomas que conozco pero otros que jamás he logrado escuchar nuevamente aun entendiéndolos.
Placer, riqueza, miseria y muerte son lenguas que jamás desaparecerán en tanto seamos en el mundo. No me atormenta vivir prescindido, sin goce ni disfrute, no quiero ser un individuo opulento o potentado ejerciendo funciones de mando. Soy estoico pero no necesariamente corajudo por ello. Sólo un cobarde y animal de costumbres, «dostoievskyianamente».(3)
Fatuidad sentirse orgulloso de ser un animal con hábitos, alguien que camina hacia donde otros lo hacen, imitador de comportamientos ajenos, socializar con fines personalísimos, de horda iracunda, tótem o tropel nacida del colectivismo. Estupidez pensar del prójimo como el otro que no sabe quién eres, tus intenciones, qué abominaciones cometes de modo directo o mediante mamparas, qué ocultas y cuántas reparaciones te depara el futuro por la tuya culpa. Sé sobre discursos falaces que pronunciarán para preñar de esperanzas al enjambre.
En diferentes locaciones del país y exterior lo confirmo, somos cadáveres en lista de espera para ser cremados o tirados en un hueco «premium» o «reciclaje de basurero»: ambos insolentes de excavadora o pala manual. Mira tu rostro endogámico, luces como tu padre y madre que tuvieron mismo genoma. Nuestros remotos antepasados nacieron cuando ADN (4) número uno se sintió solo y se duplicó en fémina para fornicar. Lo hizo porque no era estoico sino cínico y sentía pánico.
NOTAS.-
(1)
https://www.expertoanimal.com/tetrapodos-definicion-evolucion-caracteristicas-y-ejemplos-24770.html
(2)
https://es.wikipedia.org/wiki/Estoicismo
(3)
(4)
https://www.genome.gov/es/genetics-glossary/%C3%81cido-desoxirribonucleico
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