“Generando espacio vacío”

En una oportunidad, un amigo cuya mentalidad considero interesante, me comentó refiriéndose a la decisión de dejar algo atrás: “Es bueno lo que hiciste, estás generando espacio vacío que puede convertirse o emplearse en algo nuevo”. Esas palabras retumbaron por mucho tiempo en mi cabeza, una y otra vez, cuando alguna cosa se desvanecía venía a mi psiquis la frase y cobraba vida: “estas generando espacio vacío”. Ahora entiendo que sus palabras me invitaban a sumergirme un momento que lejos de ocuparme en una cosa u otra, requería reflexión, holgura, quietud. Nunca imaginé lo que vendría después.

Si bien el espacio es la parte ocupada por un objeto, también puede ser la distancia entre dos de ellos. Cuando hay demasiadas cosas en un lugar, se tiene la impresión de que no hay espacio para nada más, pero si las mismas cosas las colocamos en un espacio más grande, nuestra perspectiva se transformara. Por lo que generar espacio vacío puede implicar de forma práctica dos tipos de procesos en nuestra vida: el primero requerirá una evaluación exhaustiva, que puede llegar a ser incómoda y confrontante de aquellas cosas que tenemos de más y generan carga innecesaria. La segunda, puede tratarse de la escogencia de un nuevo lugar para todo lo que es nuestro, un ensanchamiento voluntario de la tienda, una ampliación del espacio, conservando o no todo lo que ya se tenía.

En vista de que los extremos son malos o tienden a radicalizarnos, me atrevo a plantear un tercer proceso que pueda ser incluso más enriquecedor y formativo, la integración de los dos primeros. Tomar un tiempo para evaluar qué cosas ya no son necesarias, entiéndase no hablo de objetos materiales, sino de ocupaciones, actitudes, pensamientos, ideas y hasta proyectos. Decidir voluntariamente limpiar todo aquello y generar lugar nuevo, para posteriormente tomar todas esas cosas y cambiar de espacio o levantar columnas nuevas y ampliar el espacio que ya se tiene. Esto abrirá caminos de entrada y salida, ampliará los horizontes y renovará la visión.

Comienza a tener sentido eso de generar lugar, les garantizo no es un proceso fácil de hacer, se requiere un mínimo de determinación, aunque existan pocas fuerzas. También cierto apoyo, porque las cosas grandes y pesadas que almacenamos en la mente y el corazón deben ser identificadas y removidas en equipo, y tomarse un tiempo es clave, ya que como puedes emprender tal reforma solo con vistazos rápidos y pocos minutos disponibles. Así como nunca una mudanza será sencilla y puede que algunas cosas se extravíen y se rompan en el proceso, de igual forma las transformaciones de nuestro mundo interior requieren que algunas tazas se rompan y su contenido olvidado fluya para ser limpiado.

En lugar de cultivar un enorme árbol de arasá, por decirlo de forma elegante, podemos ramas senescentes, para que los turiones de grandes y portentosos brazos reciban luz y se desarrollen. Quizás un día generen sombra y abrigo a nuevos transeúntes inexpertos que yazcan aturdidos. Solo así, frondosos y perennes junto a ríos de palabras y sabias costumbres, vivamos dignos del soplo que nos dio vida y agrupó como quien junta la arena.

@alelinssey20