Tal como lo expresamos y lo pronosticamos, se agudiza la crisis de la gasolina. De hecho, la situación que se ha vivido durante años en Táchira y Zulia se ha mudado al resto del país, y las protestas por la crisis del líquido derivado del petróleo se manifiestan incluso en Maturín, capital de Monagas, el estado con la mayor producción de crudo, o Aragua y Carabobo, mientras en los espacios llaneros nos reportan que hay pueblos que tienen días sin gasolina.
Lo insólito de esta situación es que los militares y funcionarios son quienes, además de haberse convertido en los jefes de mafias del contrabando, también son quienes llenan las pimpinas para uso personal en las propias estaciones de servicio –algo que está prohibido – o bachaquean con el precio del combustible, o en su defecto, prefieren sacarle la gasolina a las ambulancias, amparados en que estas tienen prioridad en el servicio de combustible. En ambos casos estamos ante la más grande inmoralidad que en imágenes comprueba lo mafioso que es el régimen en relación con la crisis que afecta a la población.
Así tenemos al general Alberto Mirtiliano Bermúdez Valderrey, llamado “el Mirtiliano”, jefe de la llamada Zona de Defensa Integral (ZODI) en el estado Bolívar, que no se inmuta en enviar su Toyota Four Runner 2018 asignada por el régimen –como lo ha hecho con todos los generales del resto de las regiones y estados– para que la camioneta, que circula ilegalmente sin placas en el medio de gigantescas colas en las estaciones de servicio, no solo tenga prioridad en surtir de gasolina¹, sino que obliga a sus subalternos para que le llenen diversas pimpinas de gasolina y las coloquen dentro de la propia camioneta, una acción que además de ilegal está prohibida. O sea, que la violación de la ley y los reglamentos para este general son su “divisa”. Acciones como estas señalan que los militares maduristas no tienen mínima moral y ética para estar en posiciones de defensa del país. Si me preguntan qué es traición a la patria, pues la conducta de este generalucho y sus subalternos son la más clara evidencia de traicionar su juramento en defensa de la nación ¿Serán ciertas las denuncias de que este general también es el jefe del contrabando de gasolina en la zona que supuestamente tiene que “defender” de mafias criminales?
Y si lo anterior resulta un escándalo que ocurre en el sur de Venezuela, en el estado Bolívar, los Andes venezolanos no son la excepción. En el bello pueblo de Betijoque, estado Trujillo, una concejal, sin disimulo alguno, escribe por su cuenta de WhatsApp cómo extraen la gasolina a las ambulancias que funcionan en los ambulatorios para bachaquearla entre sus allegados. En este caso, estamos hablando de la “ingeniera” Zormary Lucena, conocida con el diminutivo de “Zor”, quien desde su propio celular, explica a su interlocutor que no tiene problema en conseguirle la gasolina, pero que debe esperar a que llegue la noche, o sea, las horas nocturnas². La susodicha de esta “acción revolucionaria” y electa por el PSUV para funciones edilicias, es decir, redactar ordenanzas que son leyes municipales, y luchar contra la corrupción, entre otras cosas escribe:
Zor: —Claro amor, nosotros estamos vendiendo gasolina (emoticon) pero debes buscarla en la noche.
Receptor: —“¿De verdad Zor? La verdad es que la necesito, tengo la camioneta parada, la cola está fuerte y no se puede. ¿Cómo me puedes poner en contacto? Yo también quiero ese negocio.
Zor: —“Risas, ay mor… A la ambulancia se le saca, pero nadie puede saber eso, sabes cómo es la gente en este pueblo…Por eso te digo que en la noche te la puedo pasar.
Receptor: —Ah ya, claro, la ambulancia no hace cola, hay gente sufriendo por gasolina, y tiene que cuidarse bb. Claro, aquí todo es un negocio, como la harina y el aceite (…).
Ante tales evidencias, queda claro que el madurismo llega a tal nivel de descomposición que las ambulancias en vez de ser empleadas para el traslado de pacientes, son utilizadas para que una “concejal” del PSUV en el municipio Rafael Rangel en Trujillo trafique con la gasolina. Sin duda que el nivel de inmoralidad del madurismo, tanto con militares como de sus “representantes del pueblo”, es bazofia política y criminal.
Emplazamos tanto al general Bermúdez Valderrey o al ministro de la Defensa, o en su defecto, tanto a la concejal mencionada o cualquier vocero del PSUV, en especial a Héctor Rodríguez como “jefe” político de ese grupo al cual pertenece la también “ingeniera”, para que en ambos casos, tanto el referido alto militar o la funcionaria nos desmientan que la camioneta Toyota Four Runner o la conversación de WhatsApp descrita, que se ven en las imágenes de nuestros enlaces desde Twitter, no pertenecen a los ejecutantes.
¡Basta de corrupción, inmoralidades y ramplones! El Ministerio Público tiene la palabra. El pueblo está cansado de tanta humillación y corrupción.
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¹ https://twitter.com/jvivassantana/status/1141058202987089920
² https://twitter.com/jvivassantana/status/1141058906866798592
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